El mítico edificio de Los Guerrilleros se convertirá en un hotel de cinco estrellas

La grúa asoma por los tejados de la Plaza de la Trinidad como un Tiranosaurio Rex entre los árboles. El trasiego de los obreros llama la atención en una esquina que parecía olvidada, entre Alhóndiga y Buensuceso. El imponente bloque de cuatro plantas, de fachada rosa a rodales, luce ahora las banderolas de Mulconsa, la constructora encargada de transformar el emblemático edificio de Los Guerrilleros en un hotel de cinco estrellas.

El bloque, uno de los últimos vestigios de la renta antigua de Granada, es el nuevo proyecto de la cadena Hidden Away Hotels, fundada en 2013 por Ignacio Jiménez Artacho y Carmen Cordón. «Imagina mi alegría. Yo pasaba por esa plaza cada mañana, cuando estudiaba Derecho. Me hace especial ilusión porque Granada es mi tierra», dice Jiménez, ex directivo de las cadenas Barceló y Occidental, granadino de pro y hermano del arquitecto y profesor de la UGR Eduardo Jiménez Artacho. Cordón, por su parte, fue antes miembro del consejo de administración de Grupo Hospitalario Quirón.

«Estamos especializados en encontrar edificios carismáticos –sigue Jiménez–, en algunos casos prácticamente derruidos, para reconvertirlos en lugares singulares y hoteles de lujo. Buscamos edificios que tengan una historia que contar, en el centro histórico de ciudades con un gran movimiento de gente durante todo el año».

Con una inversión de más de siete millones de euros entre la compra del terreno y la reforma, el hotel abrirá sus puertas el próximo mes de septiembre. ¿El nombre? Hotel Seda Club, que será el sexto de la cadena Hidden Away Hotels, propietaria del Posada Tierra Santa, Samaritana Suites y Cas Catxo, en Mallorca; del Gran Hotel Inglés, en Madrid; y del Gravina 51, en Sevilla.

«Granada era un destino que teníamos en pendientes, pero no encontramos el edificio ideal hasta 2020, cuando cerramos la compra. La ubicación nos encanta, es una maravilla de sitio. Queremos recuperar la fachada tal cual era, porque nuestros proyectos de rehabilitación se definen por ser muy respetuosos con el patrimonio y la fisionomía de los edificios. Es nuestra seña de identidad».

Es el caso del Gran Hotel Inglés de Madrid, buque insignia de Hidden Away Hotels: «Era el hotel más antiguo y lujoso de Madrid, pero decayó hasta ser incluso ocupado... Cuando lo compramos, en 2017, lo reconvertimos en uno de los más lujosos del Madrid actual, de los más singulares de la ciudad y destacados del mundo».

El objetivo en Granada, con el edificio de Los Guerrilleros, es el mismo. «Queremos recrearnos en la historia. De hecho, se va a llamar Seda Club porque, buceando en la historia, descubrimos un episodio potentísimo relacionado con los Reyes Católicos. Resulta que, cuando terminó la Toma, Granada producía una de las mejores sedas del mundo. Venían hasta delegaciones de China para ver qué pasaba aquí, en los talleres de la Alcaicería. Esa historia es la que inspira el diseño del hotel». En la Toma, Isabel y Fernando contaron con el apoyo de un grupo de arqueros ingleses dirigidos por Lord Scale. «Al terminar la guerra, los reyes recibieron a Lord Scale, que llegó ataviado con las mejores sedas de Granada, fascinado por su calidad. Esa fue la conexión, la historia que da su aspecto al Seda Club, que recrea de alguna manera los clubs de caballeros ingleses en sus colonias».

El proyecto de arquitectura lo firma el estudio del también granadino Carlos Quintanilla Moreu (Quintect), y el diseño interior corre a cargo del neoyorkino David Rockwell. Rockwell goza de fama mundial por su diseño de interiores en tiendas, restaurantes, hoteles, productos y espacios de todo tipo donde prima el máximo lujo: el Museo Walt Disney de San Francisco, el Casa Dani (del chef español Dani García) de Nueva York, el centro Warner de Los Ángeles, el mirador sobre la Zona Cero de Nueva York… Para que se hagan una idea, Rockwell es el responsable de la escenografía de los premios Oscar en los teatros Dolby Theater y Union Station, en Los Ángeles. «El interiorismo del Seda Club promete ser espectacular y muy original», añade Jiménez.

El hotel de Plaza de la Trinidad será un cinco estrellas lujo, «sin concesiones», imbricado en la Small Luxury Hotels, una sociedad mundial que trabaja con este tipo de establecimientos de lujo. Así, de las 34 habitaciones de las que disponía el edificio, el hotel tendrá 21. «Serán siete suites y el resto de tamaño muy amplio», apunta Jiménez, que indica que las tarifas rondarán los 350 euros por habitación.

Además, habrá un lobby bar «con coctelería de altísimo nivel y un restaurante abierto a toda la ciudad»; spa con piscina y cabinas de masajes; un pequeño reservado para celebraciones privadas; y la terraza será un mirador con unas vistas asombrosas a la Catedral de Granada. En total, 2.200 metros cuadrados «de altísimo nivel», subraya el director.

Jiménez, que nunca ha perdido su vínculo con Granada, cree que el Seda Club «aportará valor a la ciudad, a la plaza, al barrio y al posicionamiento de Granada entre los clientes que buscan un alojamiento de altísimo nivel, igual que en Madrid o París». «Nos da mucha alegría», termina.

Curiosamente, Granada cuenta en estos momentos con dos obras de cinco estrellas en marcha. Al de la Plaza de la Trinidad hay que sumar el de la plaza de Villamena, que, tras una década cerrado, será un hotel de lujo con 86 habitaciones, impulsado por el grupo Wellington. Así, el centro histórico tendrá dos grandes apuestas por el turismo de calidad, ambos con unas vistas envidiables a la Catedral de Granada. Y hay un tercer caso. La cadena Mercer Hoteles tiene el proyecto de abrir otro hotel de cinco estrellas en el edificio Colón, en la esquina de Reyes Católicos con Gran Vía.

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