Una mensajera encargada de mostrar el legado nazarí de Granada
La guía turística Alicia Berrio comparte con IDEAL los entresijos de su trabajo en una excursión por la Alhambra
El sol es el protagonista de este día de verano. 34 grados de puro calor seco granadino acompañan a los turistas en la Alhambra, que se refugian bajo los árboles del Generalife y se detienen junto a las fuentes de agua para refrescarse. Son las cinco de la tarde y es julio. Españoles y latinoamericanos son las personas que conforman el grupo que guiará Alicia Berrio, guía turística, por el complejo monumental nazarí, pues los visitantes extranjeros que proceden de Europa prefieren épocas en las que las temperaturas son más suaves.
Hay muchas formas de comenzar la visita de la tarde: algunos llegan directamente al punto de encuentro y otros han entrado en ambiente previamente en los restaurantes próximos a la Alhambra. La degustación del menú nazarí en Jardines Alberto y las diferentes especias típicas de oriente que lo acompañan te transportan al monumento, a esa cultura en la que estás a punto de introducirte.
La mezcla de sabores que deja en el paladar el cordero, la canela y las pasas se entremezclan con los olores de los diferentes árboles y plantas del Generalife. «El ciprés representa la hospitalidad», explica Berrio, que lleva desde 2012 enseñando la Alhambra a locales y turistas. «Antes era casi impensable ser guía en la ciudad si no tenías a alguien conocido, un padrino», señala. Por lo que antes de dedicarse de pleno a hacer tours por Granada, hizo visitas por otras ciudades de Andalucía como Córdoba, Sevilla y Málaga, en inglés y francés.
«Poco a poco te vas abriendo puertas, haces contactos», indica, y expone la necesidad de estudiar y aprender todo lo que se pueda, ser camaleónico y adaptarse a los diferentes grupos, algo esencial en esta profesión. «Imagina que tienes una visita y son botánicos, y están más interesados en los jardines. Al final cada día aprendes cosas diferentes, y eso es lo que me motiva», manifiesta.
La visita continúa por el Palacio de Carlos V. Aquellos que han estado en la ciudad italiana de Florencia viajan por un momento al Palacio Medici Riccardi debido al gran parecido de ambas construcciones renacentistas. Lo siguiente es la Alcazaba y la falta de vegetación comienza a hacer mella. Las impresionantes vistas del Albaicín y del Sacromonte engañan por un momento a los sentidos y el calor que desprende del suelo parece menos sofocante. Eso sí, la ilusión dura poco tiempo.
Los hándicaps de trabajar en la calle
El calor puede ser un hándicap para los guías turísticos, pero también la lluvia y cualquier otra inclemencia meteorológica. Pero estos mensajeros de la cultura granadina son profesionales todoterreno y se adaptan a cualquier circunstancia. «Intentamos hidratarnos bien, ir por las sombras y hacer una parada en medio de la visita para que la gente esté cómoda también», expone la guía, aunque pueden surgir otros inconvenientes: «Hay veces que estás cansado, no has dormido bien, padeces algún problema físico o no te da tiempo a comer».
Por ello, su forma de desconectar después de la jornada es relajándose. «Me gusta descansar la cabeza, no escuchar a nadie, porque, aunque es un trabajo duro físicamente, mentalmente también lo es, sobre todo cuando vas cambiando de idioma constantemente».
El día a día de Berrio nunca es el mismo, su jornada depende de los grupos de visitas que tenga. «Te vas programando», señala. Además, el hecho de ser autónoma, le permite conseguir un abanico de clientes más amplio. «Estamos dentro de AGIP, la Asociación de guías intérpretes del Patrimonio de Granada, y también pertenecemos a CEFAPIT, que es la Confederación de Guías Oficiales de Turismo de España». De esta forma se conoce a gente del sector, aunque asegura que también puedes presentarte tú mismo en una empresa y preguntarles si necesitan un guía. «Luego tienes tus propios clientes, que vas haciendo con el tiempo, gente que ya ha tenido alguna visita contigo y le ha pasado tu contacto a algún amigo o familiar...».
Esta visita a la Alhambra, en concreto, fue reservada a través de 'Granada Turismo y Ocio'. Este tipo de empresas se encargan de gestionar la búsqueda de guías para grupos de personas que ellos mismos constituyen, según sus horarios y necesidades. Dentro de los contactos de profesionales que los dueños de la compañía han llegado a reunir, pues estuvieron años dedicándose a este mismo negocio, se encuentra Berrio. Así llegó a ser la guía de esta excursión en la que se sumergió IDEAL.
Como decía, los contactos son muy importantes en esta profesión, aunque reconoce que ser guía turística en Granada es «fácil». «Jugamos con ventaja», comenta con orgullo, y hace referencia no solo a otros rincones de la ciudad, como el centro, el Monasterio de San Jerónimo o la Cartuja, sino también a otros lugares de la provincia como la Costa Tropical o el Geoparque. «La gente se va muy agradecida», asegura, después de ver la belleza que ofrece Granada.
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