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Una trabajadora del Servicio de Farmacia del Hospital Virgen de las Nieves de Granada muestra dos dosis de herioína recién preparadas en el laboratorio.

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Una trabajadora del Servicio de Farmacia del Hospital Virgen de las Nieves de Granada muestra dos dosis de herioína recién preparadas en el laboratorio. Pepe Marín

En las tripas de la fábrica de heroína de Granada

Memorias de Ida y Vuelta ·

El Hospital Virgen de las Nieves es el único del país que produce las dosis legales de esta droga para sus pacientes toxicómanos | Los trabajadores del laboratorio siguen un estricto protocolo de seguridad y de esterilización para garantizar que el producto sea apto para tan peculiar consumo

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Domingo, 24 de marzo 2019, 13:01

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Granada es la única ciudad de España que produce heroína. Es sintética, es legal, es gratis y está sin cortar, sin adulterar. Cien por cien pura, está destinada a los pacientes que son heroinómanos, herederos del programa Pepsa que comenzó en el año 2003 como ensayo clínico en la Escuela Andaluza de Salud Pública para dispensar heroína legal y que ahora se ha transformado en un programa más del Servicio Andaluz de Salud. Suena a ciencia ficción pero es tan real como la misma vida y la muerte.

Tan real como los botes de medio kilo de diacetilmorfina que descansan cómodamente en las estanterías de la sala blanca de este laboratorio ultrasecreto que es el símbolo de una apuesta de la salud pública andaluza y que comenzó el siglo pasado. Yera muy complicado.

Hace tres décadas, en 1998, la Junta de Andalucía subió la apuesta. Fue entonces cuando la Consejería de Asuntos Sociales amenazó con recurrir a la vía judicial si el Ministerio de Sanidad no accedía a solicitar la importación de heroína a Naciones Unidas para este plan de suministro a toxicómanos fracasados. Se basaba en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) había dado ya su visto bueno formal al proyecto, tal y como informó este periódico en estas fechas.

Vídeo. PEPE MARÍN

Mientras tanto, el Hospital Virgen de las Nieves daba un paso de gigante y aprobaba el suministro de heroína para toxicómanos. Era una cuestión ética, no administrativa ni legal, y fructiferó. «La Comisión Ética del Hospital Virgen de las Nieves de Granada ha aprobado el Plan de suministro de heroína para toxicómanos que hayan fracasado con otros métodos terapéuticos. La Comisión concluye en su informe que el proyecto del Gobierno andaluz cumple con los principios éticos, legales y sanitarios para acometer la investigación», publicaba IDEAL.

A la izquierda, cobertura informativa realizada por el periódico IDEAL en la época. A la derecha, un toxicómano se inyecta heroína.
A la izquierda, cobertura informativa realizada por el periódico IDEAL en la época. A la derecha, un toxicómano se inyecta heroína. R. I.

Pero, la heroína seguía sin llegar. En 2001, un dictamen emitido por la comisión mixta, que fue creada por el Gobierno en abril de 1999, señalaba que «no se dispone de evidencias científicas de que la prescripción de heroína sea una forma efectiva de tratamiento, pero se considera que no se han realizado los experimentos necesarios para poder validar o no esta afirmación, por lo que se aceptan». Fue un paso fundamental.

Este mismo año, por fin, el Consejo de Gobierno de la Junta pudo aprobar el plan destinado a la dispensación de heroína con fines terapéuticos. Fue remitido a la Agencia Española del Medicamento, que le dio luz verde en 45 días con la autorización del Plan Nacional sobre Drogas. Los siete sellos se habían abierto, desde la OMShasta el Comité de Ética del Hospital Virgen de las Nieves, desde el Plan Nacional sobre Drogas hasta la comisión del Gobierno. Pero, ¿de dónde venía la heroína?

La heroína que vino de Escocia

Joan Carles March, investigador principal del denominado Pepsa (Programa Experimental de Prescripción de Estupefacientes de Andalucía), recuerda que «tuvimos que buscar mucho, pero la encontramos. Fue como en una película. La heroína base, diacetilmorfina, venía desde un laboratorio en Escocia. Llegaba en avión al aeropuerto de Barajas y el envío lo custodiaba la Guardia Civil. Y de ahí, hasta Granada, con escolta y todo», recuerda ahora vivencias del año 2003.

Y con esa heroína base ya en Granada, se abrieron los laboratorios del Hospital Virgen de las Nieves, se crearon 'salas blancas', que es como les llaman;o también 'salas limpias', y se establecieron una serie de protocolos de seguridad y de esterilización para que las dosis de heroína fueran, simplemente, perfectas, y se garantizara la salud de los pacientes yonquis y también del propio proyecto Pepsa. Se consiguió y, de hecho, hoy, ya bien entrado el año 2019, el laboratorio sigue funcionando y prepara semanalmente las dosis de heroína que demanda este servicio.

La heroína base, diacetilmorfina, venía desde un laboratorio en Escocia. Llegaba en avión al aeropuerto de Barajas y el envío lo custodiaba la Guardia Civil

Joan Carles March

Hoy en día el protocolo para suministrar la heroína al laboratorio de granada ha cambiado. «La diacetilmorfina, que es el nombre farmacéutico de la heroína llegaba desde Escocia a la Agencia Española del Medicamento en Madrid, donde se custodiaba hasta que la retirábamos en el momento en que la necesitábamos. Se gestionaba a través de la Agencia de Servicios Sociales, que tramitaba la adquisición de este compuesto». Pero, «desde hace unos años ya hay un laboratorio español que sintetiza opiáceos, entre ellos diacetilmorfina, y nos abastece. Es mucho más cómodo obtenerla».

«Como cualquier principio activo opiáceo, se pide por un vale de estupefacientes y la retirada se realiza a través de la Policía Nacional. Los agentes se citan con el farmacéutico de Granada en Madrid y es escoltado hasta la Agencia Española del Medicamento, donde se la suministran», añaden.

Personal de laboratorio durante el proceso de fabricación de las dosis de la heroína. En las otras dos fotos las dos persentaciones, en solución en bolsas y en tarritos, ya liofilizada. Pepe Marín
Imagen principal - Personal de laboratorio durante el proceso de fabricación de las dosis de la heroína. En las otras dos fotos las dos persentaciones, en solución en bolsas y en tarritos, ya liofilizada.
Imagen secundaria 1 - Personal de laboratorio durante el proceso de fabricación de las dosis de la heroína. En las otras dos fotos las dos persentaciones, en solución en bolsas y en tarritos, ya liofilizada.
Imagen secundaria 2 - Personal de laboratorio durante el proceso de fabricación de las dosis de la heroína. En las otras dos fotos las dos persentaciones, en solución en bolsas y en tarritos, ya liofilizada.

En solución o en viales

Y es aquí en Granada, en esta fábrica de heroína, donde se transforma en las «dos formas farmacéuticas en las que son utilizados por los pacientes, en bolsas en solución o en viales liofilizados (los tarritos)». Los responsables explican que «la característica es que son fórmulas farmacéuticas estériles, para la administración por vía intravenosa. Estériles es porque van a la vena y no tienen ni partículas ni microorganismos».

Por supuesto, la 'sala blanca' de este laboratorio es especial «porque necesitamos unas condiciones idóneas para el producto. No es porque nosotros nos podamos contaminar sino para que nosotros no contaminemos el producto. Tienen todos los parámetros controlados como presión o temperatura.

Para acceder se requiere una indumentaria y un procedimiento de trabajo exhaustivo». Sin embargo, insisten en que «todo este proceso se aplica no solo para la preparación de la diacetilmorfina, sino también para todos los preparados en laboratorio, como los sueros o los tratamientos de quimioterapia. Es el mismo 'modus operandi' para todas las fórmulas magistrales intravenosas del hospital Virgen de la Nieves».

Pasillo de entrada al laboratorio del Servicio de Farmacia del Hospital Virgen de las Nieves.
Pasillo de entrada al laboratorio del Servicio de Farmacia del Hospital Virgen de las Nieves. Pepe Marín

'Breaking Bad'

Entrar en las tripas de la fábrica de la heroína de Granada supone cambiarse de ropa un par de veces. Primero hay que desvestirse y colocarse el clásico pijama verde de dos piezas y unos patucos en los zapatos. Luego se abre una puerta que da paso a un pasillo largo e inmaculadamente blanco. Uno diría que en cualquier momento se va a perder la gravedad y vamos a despegar.

Otra puerta y otro cuarto donde ya uno se da cuenta de que la cosa va en serio. En bolsas al vacío se presenta la segunda parte del uniforme de laboratorio, completamente esterilizado y compuesto de un mono integral con capucha, polainas, guantes dobles, una mascarilla y unas gafas. Si tienes buen tipo puedes protagonizar cualquier película tipo 'Resident Evil' o 'Apocalipsis Zombi' sin problema. Hemos tardado media hora en todo el proceso, solo para acceder dentro.

Por fin, tras la enésima puerta y ya convenientemente uniformado y esterilizado (equipo fotográfico incluido gracias a unas gasas de alcohol frotadas por las cámaras), se accede a la 'sala blanca', tan blanca como la propia heroína. Ahí trabajan los farmacéuticos del Hospital Virgen de las Nieves «con minuciosidad», explican.

«Hay una única sala con cuatro zonas, pero las propias de elaboración de las dosis de heroína son dos. En la primera zona de la sala blanca se llevan a cabo las operaciones de pesada y de acondicionamiento final del producto. En la segunda zona, en el 'flujo laminar', se lleva a cabo el proceso de doble filtración esterilizante y el llenado y dosificación de viales para su posterior proceso de liofilización». Es decir, las bolsitas con la solución inyectable y los botecitos con el polvito blanco.

–¿Has visto 'Breaking Bad'?, le pregunto por la serie de un profesor de química que enfermo terminal de cáncer se dedica a producir éxtasis a cascoporrillo

–Je, je. Me dicen que soy como el calvo de 'Breaking Bad', pero con pelo.

Y en legal y con la firma del SAS.

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