Borrar
Pancarta en los Peñones de San Francisco con la que se recibió a Franco en 1961. Torres Molina

La larga historia del nombre de las nieves de granada

Memorias de Ida y Vuelta ·

La estación de esquí recibió más de 50.000 esquiadores el puente del 28-F, es el resultado de seis décadas de trabajo para que la marca 'Sierra Nevada' sea conocida en todo el mundo | Manolo Hernández ha sido testigo con sus 80 años de todas las etapas de la montaña granadina

Lunes, 18 de marzo 2019, 00:07

Comenta

'Sierra Nevada lo espera todo del Caudillo'. «Así rezaba una gran pancarta fijada en uno de los peñones de San Francisco, en las cercanías del Albergue Universitario, a la llegada del Jefe del Estado, poco después de las dos de la tarde. Franco había mostrado interés por subir a Sierra Nevada, a fin de conocer sobre el terreno las explicaciones que el gobernador civil y el alcalde le hicieron sobre los proyectos y los planes para incorporar la Penibética al primer plano del turismo internacional. Porque desde hace algún tiempo Sierra Nevada parece que está dejando de ser una pura entelequia, un simple, nombre en los mapas, para convertirse en lo que debiera ser y representar en el desenvolvimiento económico de Granada. Para muchos, el nombre de esta Sierra apenas es otra cosa que nieve, nieve vieja, con siglos de vida, pero joven porque apenas si ha comenzado a vivir en la realidad económica actual».

La urbanización de Pradollano, en sus inicios, con el telesilla ya en funcionamiento. Torres Molina

La crónica del corresponsal de ABC deja fiel testimonio de la visita de Franco en 1961 a Sierra Nevada, al igual que la portada de IDEAL de ese mismo día con un amplio despliegue informativo en su interior. Sorprende que ya hace tantos años, casi seis décadas completas, Sierra Nevada haya tenido que trabajar duro para que su marca tenga un sitio en España, Europa y todo el mundo. Hoy en día se ha conseguido. Es la larga historia del nombre de las nieves de Granada.

Cobertura del periódico IDEAL a las visitas ralizadas por Francisco Franco y Manuel Fraga al comienzo de la década de los años sesenta. R. I.

La crónica del aquél lejano día de 1961 sienta las bases del proceso:«Franco estuvo vivamente interesado en la narración, hecha por las autoridades granadinas, y, además, hizo, preguntas concretas y certeras sobre el desarrollo de todos los planes previstos cuando visitó la exposición de planos, proyectos y fotografías instaladas en una de las salas del albergue universitario. Sierra Nevada es la estación de nieve más meridional de Europa, y en sus cumbres luce el sol más horas que en el resto del continente. Faltan albergues, hoteles, telesillas y cuanto pueda hacer que el turista no sea en Granada ave de paso».

Urbanización de la estación e esquí en Pradollano, hoy en día. Alfredo Aguilar

«Dos horas duró la estancia del Caudillo en las cumbres que rodean a Granada, y gran parte de ese tiempo lo dedicó a escuchar los anhelos granadinas para la explotación de una fuente legítima de riqueza para esta ciudad y hacerse cargo de cuanto se necesita de su ayuda para tal fin. Finalizado este trascendental recorrido, Franco, acompañado de los ministros y autoridades granadinas; pasó al comedor del Albergue Universitario. Desde los amplios ventanales y sobre la blanca falda del coloso Veleta podía leerse la palabra 'Franco', cuyas letras tenían una altura de treinta metros cada una».

Las cifras de hoy

Lo que en 1961 era un sueño, hoy en día es una realidad. Sin ir más lejos, la estación de esquí de Sierra Nevada recibió a 63.506 personas durante los cuatro días del puente del Día de Andalucía, de los cuales 52.534 fueron esquiadores y 6.739 visitantes. Cetursa también resaltó los datos de ocupación hotelera, que alcanzó el 85 por ciento de media en los establecimientos de la estación.

Respecto a las pistas, gracias a unas condiciones meteorológicas «muy buenas» que proporcionaron cuatro días de sol, los deportistas disfrutaron de 105 kilómetros esquiables, 123 pistas y todos los medios mecánicos en funcionamiento.

Manolo Hernández es la memoria viva de la estación de esquí. S. S. H.

La vida en blanco

Sentado en una moto de nieve que parece salida de una película de Star Wars, Manolo Hernández sonríe. Él que es memoria viva de la estación de esquí pasa los 365 días del año en Sierra Nevada, ya que a la montaña trasladó en su día la residencia. Desde su atalaya de ochenta años de edad, recuerda que «en 1955 empezó a subir y esquiar en Sierra Nevada». Tiene en su memoria recuerdos que valen su peso en oro:«Se subía en autobuses de Liñán y se tardaba igual que ahora (y se ríe), una hora y cuarto, con la diferencia de que en el Balcón de Canales se terminaba asfalto y era una pista de tierra hasta el albergue de Educación y Descanso y el Universitario». Recuerda también que «todo fue cambiando poco a poco. Durante esos años fueron asfaltando hasta que lo terminaron todo».

Los nombres de aquellos pioneros le brotan ahora: «Esquiábamos en la Hoya de la Mora. Había insignes hombres que nos enseñaban a los novatos, Enrique Mendoza Caravallo, Antonio Vázquez Moreno 'Tachi', Manolo Sánchez Martín, que fue el primer profesor de la escuela en Sierra Nevada; Antonio Santisteban. Eran mayores que nosotros y nos explicaban cómo debíamos ponernos los esquís y deslizarnos».

Esos pioneros, esa intrahistoria de la estación de esquí la vivió en sus carnes:«Hay muchísimas personas desde 1912 y un poco antes que ya aspiraban a una estación de esquí en Granada. Luego llegaron 'Los 10 amigos Ltd' que fundan el club y empiezan a lanzar excursiones y panfletos para que la gente venga a Sierra Nevada. Otro hito son las pruebas que se hacen en el albergue de la Sociedad Sierra Nevada en los Campos de Otero. Hay también una serie de ingenieros cómo Pérez Pozuelo, que hace un proyecto de telecabina desde Güéjar Sierra a los Campos de Otero y a los Peñones San Francisco. Es la primera fase. La segunda fase es de los Peñones de San Francisco al Veleta».

Pero el verdadero impulso llega con la década de los años sesenta. «En 1963 empieza el impulso como consecuencia del trabajo de toda esta gente que hemos mencionado. En 1963 se hace una sociedad que se llama Cetursa, compuesta por los hermanos Casto, José y Florencio Susino, apoyados por un secretario general activo cien por cien, José Espada Sánchez. Y más personas, que se reúnen con el alcalde de Granada, Manuel Sola, que le gusta el proyecto y forma un equipo».

Una buena anécdota es que «contactaron con las monjas del convento de las Adoratrices, propietarias de los terrenos que ocupan Pradollano y Borreguiles y todo el dominio esquiable y urbanizable, casi 3.000 hectáreas». «Lo compra Manuel Sola y se hace un concurso. Solo concurre Cetursa».

En 1964 llega el primer ladrillo en Sierra Nevada, «con las construcciones del hotel Sol y Nieve y de dos bloques de edificios que se conocen como Constelación en Pradollano». «Luego se hace un telesilla, el telesilla Parador, que va de la plaza Pradollano hasta el Parador Nacional en obras». Recuerda asimismo la visita del entonces ministro de Información y Turismo, el todopoderoso Manuel Fraga Iribarne:«Cuando se le planteó la estación de esquí no tuvo nada que oponer, sino más bien se mostró atento». Ylo dice uno que estaba allí.

Información publicad a en IDEAL sobre el proyecto del Parador Nacional. R. I.

Con la década de los setenta «Sierra Nevada entra en plena ebullición y transformación con telecabinas a Borreguiles y luego al Veleta. También hay unos momentos terribles porque Cetursa entra en quiebra». Tras muchas vicisitudes, «llega un momento en que Cetursa sale por 180 millones de pesetas de entonces. Nos agrupamos una serie de personas para lograr el dinero para que la estación remontara. Hubo entonces un concejal de Deportes de Izquierda Unida que se implica y empieza a moverse el tema».

Con los años ochenta llega la solución. «Antonio Jara, alcalde de Granada, llega con Jerónimo Páez y trasladan a la Junta, que decide comprar el 60% de las acciones de Cetursa y ahora es la propietaria casi única». Es la época de la modernización y, en los años noventa, del Mundial de Esquí (1995 y aplazado a 1996).

–¿Qué echa de menos?

–Aaaahhhhhhh. Bueno, la camaradería, el entusiasmo que había por Sierra Nevada. Ese amor por hacer la mejor estación del mundo, no ya de España. Y todo ello de una forma altruista. Nadie sacaba dineros. Esas amistades tan enormes que se hacían. Tan preciosas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal La larga historia del nombre de las nieves de granada

La larga historia del nombre de las nieves de granada