La primera bebé del año
Lucía, perezosa y granadina: «Ella es mía y de nadie más»La primera bebé de Granada del año nació a las 6.35 horas. Una hora después, en el Maternal, nació Ylenia, la segunda. Estas son sus primeras historias
Lucía llora como si acabara de nacer. Su madre, Mari Carmen, la enrosca entre sus brazos y le dice cosas tranquilas al oído. Poco a poco, el grito desaparece y la chiquilla cae a placer, en la misma postura que el tatuaje que asoma por la manga del pijama del hospital. «Soy una fanática de los perezosos, me encantan. Me hice el tatuaje por ella. Somos nosotras -en el dibujo aparecen una madre y su cachorra durmiendo sobre una rama-. Porque ella es mía. Soy madre soltera y ella es mía y de sus abuelos y de nadie más -repite sonriente, bajo la luz de la ventana que ilumina la cama y un sillón vacío-. Y qué contentos de tenerla aquí para verla crecer».
Lucía es la primera granadina de 2024. Nació en el Hospital Clínico San Cecilio a las 6.35 horas y pesó 3,310 gramos. Pero lo cierto es que lo de perezosa le viene que ni pintado, porque se hizo de rogar. «Rompí aguas en la madrugada del sábado al domingo, a las 3.30 -recuerda Mari Carmen-. Tuvimos que esperar porque estaba en una postura difícil y al final fue por cesárea». El 31 lo pasó en la cama, acompañada por su madre. «Yo tenía unas contracciones muy fuertes, una detrás de otra... ¡pero nos tomamos las uvas! -exclama divertida-. El equipo fue maravilloso, dijeron que había que empezar con suerte el año».
Y eso que, tras la última campanada, todavía quedaban siete horas para conocer a Lucía. «Se quería hacer notar. Yo me tomé las uvas de aquella manera, pero ella sin duda ha dado la campanada», ríe. Mari Carmen tiene 30 años y hace unos meses decidió dejar el trabajo para mudarse con sus padres. «Ahora mismo me dedico a mi niña. Trabajo como limpiadora y dependienta, pero tengo suerte de mi familia y puedo apoyarme en ellos».
«Cuando me la pusieron en el pecho, fue un momento precioso... La suerte la tengo ya de por vida»
Por lo pronto, bromea Mari Carmen, Lucía le ha traído una letra, porque se ha tenido que comprar un coche más grande. «Pero yo encantada -sonríe con unos ojos azules nítidos y brillantes que espera que herede la pequeña-. Cuando me la pusieron en el pecho, fue un momento precioso... La suerte la tengo ya de por vida». En la habitación, acompañada por su madre, también Mari Carmen, han contactado con Fracisco, el abuelo, que no puede salir de casa por problemas de salud. «Le hemos hecho videollamada y está loco de contento».
También se muere de ganas Raúl, su vecino de arriba. Raúl tiene 7 años y dice que «va a ser su tito» y que «va a bajar todos los días para ayudar a Mari Carmen con su niño». Por el momento, Lucía se ha tomado la primera toma a las mil maravillas y se ha quedado «en la gloria». Y así, dormida en los brazos de su madre, las dos perezosas se sonríen la una a la otra. «Me queda otro tatuaje -advierte Mari Carmen-. Uno con su fecha de nacimiento y sus cositas... Pero eso más adelante, cuando no me acuerde de estos dolores», ríe a carcajadas.
«Ya verás el año que viene: Papá Noel, su cumpleaños y los Reyes Magos. ¡Así se celebra un año nuevo!»
Leila no paró ni un segundo. Era el 31 de diciembre y había que prepararlo todo: limpió la casa, ordenó el salón, hizo la comida, puso la mesa, recibió a los invitados, se tomó las uvas, despidió a los invitados y, entonces, se tumbó en el sofá. Entonces fue cuando le dijo a Juan, su marido: «Mira, este dolor ya no lo aguanto. Nos vamos al hospital».
Ylenia es la segunda granadina del año. Nació a las 7.45 de este 1 de enero, en el Hospital Virgen de las Nieves, tras una noche muy intensa. «Primero llevamos a su hermano, Juan José, de tres años, a casa de los abuelos. Y luego nos vinimos para acá», cuenta el padre. La cosa es que la fecha estimada de parto era el 9 de enero, pero Leila intuía que no sería así. «Mis cálculos eran que nacía el 1 o el 2. Y no me he equivocado, me pasó igual con el niño». El niño, por cierto, iba a ser una niña. O eso les dijeron. «Compramos el carro, la ropa... todo rosita -ríen-. Así que cuando supimos que venía una niña, tenía el nombre claro: ¡Ylenia!». Juan, sonriente, añade: «Ha sido muy inteligente. Ya verás el año que viene: Papá Noel, su cumpleaños y los Reyes Magos. ¡Así se celebra un año nuevo!».
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