Borrar
Oliberto Romero regenta la explotación de Órgiva donde se confirmó el primer foco de lengua azul de la provincia. Pepe Marín
Lengua azul

«Es una ruina, entre las muertas y las malparidas no hay negocio»

IDEAL visita en Órgiva el primer foco confirmado de la provincia. La enfermedad ha afectado al 80% de la explotación, dejando 10 animales fallecidos

Jueves, 28 de agosto 2025, 23:55

Comenta

La lengua azul no está teniendo piedad con los ganaderos granadinos este año. En una de las primeras explotaciones de la provincia que ya en julio alertó de posibles síntomas, ubicada en Órgiva, esta enfermedad infecciosa transmitida por un mosquito ha afectado al 80% del ganado, que ronda los 650 animales, llevándose por delante a diez de ellos, ocho ovejas y dos cabras. Ya lo advirtieron los expertos: el serotipo 03 es el más letal. Y, en Granada, ya está presente en al menos 28 rebaños, tres de ellos oficialmente confirmados.

La lengua azul ha afectado al 80% del ganado en la explotación de Órgiva donde se confirmó el primer foco. Pepe Marín

Hace un par de semanas, los resultados de las analíticas realizadas por los veterinarios de la Oficina Comarcal Agraria (OCA) de la Junta de Andalucía revelaban el primer foco de lengua azul en esa misma granja de Órgiva, ubicada en Los Tablones, en concreto. Este jueves, IDEAL la visitaba para conocer de primera mano la situación que están atravesando ganaderos afectados como Oliberto Romero, que cada día cuida de más de 400 ovejas y 200 cabras con ayuda de sus perros. También tiene gallinas.

«Cuando están malas te das cuenta rápido. Les sube tanto la temperatura que se caen, no pueden caminar y tampoco beber agua porque la lengua se les inflama»

Nada más llegar a la explotación, el revuelo es evidente. Son muchos animales. Detrás de la primera valla, decenas de ovejas caminan y se chocan entre sí. Una de ellas está visiblemente enferma. «Está cambiando hasta la lana de la fiebre que padece, hasta las pezuñas. Cuando están malas te das cuenta rápido. Les sube tanto la temperatura que se caen, no pueden caminar y tampoco beber agua porque la lengua se les inflama. Es una enfermedad que ataca a los pulmones. Muchas se asfixian e incluso abortan», explica Oliberto, que lleva treinta años en esto.

Durante un mes, todos los días había ovejas nuevas enfermas en esta explotación de Órgiva. Pepe Marín
Imagen principal - Durante un mes, todos los días había ovejas nuevas enfermas en esta explotación de Órgiva.
Imagen secundaria 1 - Durante un mes, todos los días había ovejas nuevas enfermas en esta explotación de Órgiva.
Imagen secundaria 2 - Durante un mes, todos los días había ovejas nuevas enfermas en esta explotación de Órgiva.

Aunque, según él, «lo peor ya ha pasado». Durante un mes, todos los días había ovejas nuevas enfermas. «Veinte o treinta que la noche antes estaban comiendo pasto como si nada al día siguiente amanecían hinchadas y tiradas por el suelo», cuenta. Más allá de los 10 animales muertos, «que al fin y al cabo son 100 euros por cada, unos 1.000 euros en total», lo que a este hombre le preocupa más es que puede haber 100 que han abortado. «Es una ruina, entre las muertas y las malparidas no hay negocio».

«El que está aquí es porque le gusta, es como una droga, no solo un negocio. El problema es que estamos solos, que la Administración no nos ayuda»

Este granadino se dedica exclusivamente a la venta de cordero y chivo, cabrito, y ahora ni siquiera puede vender. Los veterinarios insisten en que la enfermedad no se contagia y tampoco afecta al producto final, «pero por ahora estamos restringidos». Con respecto a las pérdidas económicas que esto supone, Oliberto tiene claro que «no hay estimación ninguna». «El que está aquí es porque le gusta, es como una droga, no solo un negocio. El problema real es que estamos solos, que la Administración no nos ayuda. Nos dice que vacunemos de los serotipos 03 y 08 –su rebaño lo está del 01 y del 04–, pero no pone los medios», lamenta. «Esto nos quita la respiración».

Almegíjar también 'sangra'

En la Alpujarra, se encuentra también el segundo foco de lengua azul confirmado en la provincia, en Almegíjar, pasado Torvizcón. Allí, los veterinarios de la OCA de Órgiva auguran el «peor pronóstico», como ya informó este periódico. La explotación la regenta José Miguel García, que lleva 40 años siendo ganadero, y cuenta con 350 animales. En este brote, han fallecido 34, «pero yo ya lo he pasado otras veces», comparte este hombre, que está convencido de que el enclave en el que se encuentra es «propenso» a la reproducción del mosquito del género culicoides.

Aunque la enfermedad afecta principalmente a ovejas, cabras también han tenido síntomas. Pepe Marín

«En 2007 fue la primera vez que hubo síntomas aquí. Entonces yo no lo sabía, lo achacaba al otoño. Hace dos años, en noviembre, la segunda. Pero fue vacunar a las ovejas malitas y la enfermedad se cortó. Fueron los serotipos 01 y 04», recuerda. Ahora, ataca el 03 y está siendo «fatal». Al otro lado del teléfono, José Miguel expresa el sufrimiento de los animales. Ha tenido que retirarse menos para pastar porque no andan y se pueden perder en un terreno «que está muy quebrado», nada llano.

Mientras Oliberto asegura que «no hay estimación ninguna», José Miguel calcula, «mal contados», 12.000 euros perdidos

Desde su granja en Almegíjar, este granadino vende carne de cordero y de raza florida de «muy buena» calidad. Con la lengua azul, entre 35 y 40 animales han abortado; ahora, hay otros 10 «más flojillos». «El ganado lo pasa mal y yo también. Tengo las ovejas porque me gusta tenerlas. Si abortan, te tiras un año trabajando en balde. Pueden ser 10.000 o 12.000 euros perdidos, así, mal contados», confiesa. Él también espera que haya ayudas. Debería haberlas, insiste. «La lengua azul pega fuerte a los que tenemos la mala suerte».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal «Es una ruina, entre las muertas y las malparidas no hay negocio»

«Es una ruina, entre las muertas y las malparidas no hay negocio»