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Arriba, piezas de arte sacro recuperadas. Abajo a la izquierda, 'Picassos' falsos incautados en Granada. A la derecha, azulejo de la Alhambra recuperado por la Policía Nacional. IDEAL
Los 'Indiana Jones' de la Policía Nacional de Granada

Robos del patrimonio granadino

Los 'Indiana Jones' de la Policía Nacional de Granada

El área de Robos persigue las sustracciones relacionadas con el patrimonio y las devuelve a los dueños legítimos o a museos

Laura Velasco

Granada

Sábado, 8 de marzo 2025, 01:05

Cuando entraron a aquella vivienda de Maracena, los investigadores no se lo podían creer. Había más de 200 obras de arte religiosas. «Ya le gustaría a muchas iglesias tenerlas», pensaron. A simple vista era una capilla, pero sin cura ni feligreses, y con un delito de por medio. Al dueño le habían seguido la pista por una escultura de Santa Margarita de Cortona, obra de José de Mora, perteneciente al convento las Vistillas del Realejo. Las monjas le dieron la pieza para restaurarla y, sin saberlo, recibieron de vuelta una falsificación. La real acabó siendo ofrecida para subasta en la Feria de Arte y Antigüedades de Nueva York, a pesar de que la ley no permite comerciar con esta clase de bienes. Iba a ser vendida por 350.000 euros. La Audiencia de Granada lo ha condenado a cuatro años de prisión por apropiación indebida.

La Policía Nacional intervino las 200 obras y precintaron aquella capilla oculta. «Estuvimos una semana embalando obras y dos semanas trasladándolas», detalla Antonio Vilchez, jefe de Robos y delegado de Patrimonio Histórico. Fueron depositadas en el Palacio de Carlos V. Algunas han sido devueltas a sus legítimos dueños, de otras no se ha podido determinar la procedencia. La Delegación de Cultura está catalogando 360 obras de arte desconocidas, ubicadas en conventos de clausura, para evitar situaciones similares en el futuro. «Siempre han existido estos listados, pero ahora se hacen más exhaustivos», explica.

El área que dirige Antonio Vilchez investiga robos con fuerza en viviendas y establecimientos -los robos con violencia son de Atracos-. También las sustracciones de obras de arte, esculturas o monedas antiguas, es decir, todo lo relacionado con el patrimonio. Son el primer eslabón de una cadena que se retroalimenta. «Somos los delegados provinciales, pero hay un grupo en Madrid específico de patrimonio histórico. Les hacemos consultas o hacemos nosotros las gestiones y después les damos cuenta, ya que ellos llevan un registro de todas las obras de arte sustraídas», informa.

Lo más común en Granada son sustracciones en conventos y yacimientos arqueológicos. El destino final de las reliquias suelen ser subastas, anticuarios, particulares que rastrean en el mercado ilegal o internet. «Hemos detectado algunas en Wallapop y nos hemos hecho pasar como compradores para tirar del hilo», confirma el investigador.

Los delincuentes buscan iglesias «abandonadas» en las que sus moradores son muy mayores para que sus fechorías pasen desapercibidas. «A veces se dan cuenta de los robos cuando pasa el tiempo, y son los propios feligreses los que les avisan», indica. Fotografiar el espacio y comprobar regularmente que todo está en su sitio es la mejor forma de protegerlo. En cuanto a los yacimientos, controlarlos no es tan fácil, puesto que sería «poner puertas al campo». «De toda la vida se han producido expolios, también de aquellos que están haciendo una obra, encuentran algo que parece de valor y lo quitan de en medio para evitar que la paralicen; o el agricultor que se lo encuentra en el campo», manifiesta Vilchez.

Y aunque la unidad granadina se ha especializado a través de numerosos cursos y formaciones, se trata de un ámbito complejo. Por ello, trabajan mano a mano con diversos expertos de la Delegación de Cultura, el Museo Arqueológico o el de Bellas Artes. El objetivo: que inspeccionen las obras, las valoren y detecten tanto los tesoros como las falsificaciones.

Desconocimiento general

Pese a que los malhechores que buscan beneficio económico se van moviendo por España, lo cierto es que la Policía Nacional ha detectado que el «desconocimiento» también está muy presente. En otras palabras, personas que, sin saberlo y sin mala intención, están cometiendo un delito. Ocurre, por ejemplo, con viviendas heredadas. «Encuentran en su interior piezas cuyo valor desconocen y piensan en venderlas para quitárselas de encima, porque a lo mejor ocupan mucho espacio, sin saber que no se puede hacer por ser patrimonio histórico. Ocurre con vasijas, estatuas y obras de arte, por ejemplo», destaca Antonio Vilchez. Recuerda el caso de un bar que tenía expuestas unas valiosas piezas romanas: «Estaban tiradas en una cuadra y el dueño pensó que podían quedar bien de decoración».

Generalmente, la gente es «colaboradora». Una vez que les informan de la situación, siguen las instrucciones de las autoridades y acaban cediendo la pieza a su legitimo dueño o a algún algún museo. Si no, les advierten de que el tema se va a judicializar; se trataría de un delito contra el patrimonio histórico. «Nuestra labor es recuperarlas y depositarlas en el lugar adecuado», agrega. Proteger el patrimonio es tarea de todos, pero especialmente de estos guardianes policiales del arte, los 'Indiana Jones' granadinos.

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