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María, con un halcón peregrino, en la Catedral de Granada. PEPE MARÍN

Los halcones peregrinos vuelven a Granada

Lorca y Taracea ·

La asociación Granada Ciudad Biopermeable libera, desde el Hospital de San Rafael, a dos crías de esta especie ligada a nuestra ciudad durante siglos y que desapareció por culpa de la mano del hombre

Sábado, 23 de julio 2022, 00:49

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Lorca y Taracea no recuerdan otro hogar. Cuando abrieron los ojos, todavía con las plumas pegadas y las alas en pañales, ya estaban en la terraza del Hospital de San Rafael. Junto a su nido, un bonito cajón de madera, tenían un hermoso ventanal con vistas a Granada. Al principio se acercaban tímidos al cristal para observar con fascinación la vida que se arremolinaba en la calle: las personas, los sonidos, el sol... Y cada mañana, al despertar, encontraban un plato de codorniz por arte de magia.

Veintiún días después, la ventana estaba abierta. Primero dudaron. Luego, impulsados por el viento, batieron las alas y juguetearon dando pequeños brincos hasta que, por fin, echaron a volar. «Mira, allí están», señala Carlos Castillo, desde la calle San Juan de Dios. «Si se tiene paciencia, cualquiera puede verlos entrar y salir de su nido. Es bonito ¿verdad? Granada vuelve a tener halcones peregrinos».

Lorca y Taracea, en el nido del Hospital de San Rafael. GCB
Imagen principal - Lorca y Taracea, en el nido del Hospital de San Rafael.
Imagen secundaria 1 - Lorca y Taracea, en el nido del Hospital de San Rafael.
Imagen secundaria 2 - Lorca y Taracea, en el nido del Hospital de San Rafael.

Hace unos días, la asociación Granada Ciudad Biopermeable liberó a dos crías de halcón peregrino, una especie vinculada a nuestra ciudad desde hace siglos y que, sin embargo, desapareció por culpa de la mano del hombre. «Poca gente sabe que en Granada convivimos con 119 especies animales, unos vecinos increíbles –explica Castillo, voluntario y fundador de la asociación–. Por eso nos planteamos recuperar la especie 120». La última pareja de halcones peregrinos de Granada vivió en la Catedral, pero fallecieron hace una década. «Por eso ahora hay más tórtolas, estorninos, palomas... Estos halcones son aliados de las ciudades y de la agricultura».

Construyendo el nido.
Imagen - Construyendo el nido.

Si Lorca y Taracea pudieran hablar dirían, sin temor a equivocarse, que son granadinos. «Hemos empleado una técnica que se llama 'hacking'; 'crianza campestre', en castellano. Consiste en poner un nido artificial a los pollitos cuando ya pueden comer por sí mismos, independientes. Pero es importante que sean jóvenes, para que crean que han nacido allí porque esta especie tiende a regresar al lugar donde ha nacido». De ahí que el proceso, en el Hospital de San Rafael, haya sido lo más natural posible, evitando en todo momento que vieran las manos de los voluntarios. «Si hubieran tenido contacto con nosotros, Lorca y Taracea pensarían que son humanos».

Estos halcones, las criaturas más rápidas del mundo, son absolutamente inofensivos para nosotros, de hecho solo cazan aves en vuelo. «Se lanzan a 400 kilómetros por hora, en el suelo sería su muerte», apunta Castillo. Hace siglos, los antepasados de Lorca y Taracea ya reinaban en el Albaicín, que literalmente significa 'arrabal de los halconeros';el único barrio de España con una ligazón tan histórica y tan fuerte a esta especie. Su legado, al fin, sobrevuela Granada. «Ojalá críen y recuperemos la especie en todo su esplendor. Sería un notición para la ciudad».

Vocación granadina

María Herrada y Carlo Castillo. PEPE MARÍN

Carlos Castillo Gómez (1988, Mengíbar), es biólogo por la Universidad de Granada. Nada más terminar sus estudios dedicó su vida a trabajar en proyectos de conservación de especies, primero en España y luego por todo el mundo: Inglaterra, República Checa, Senegal... «Tras una última etapa en África, volví aquí por mi pareja y nos asentamos. Ahora soy profesor de bachillerato en el Colegio Internacional de Granada». Desde que regresó tuvo un proyecto botando en la cabeza: una asociación que defendiera la biodiversidad de nuestra ciudad. «Granada combina una serie de improbables para dar lugar a un sitio espectacular». Hace un año, en septiembre de 2021, nació Granada Ciudad Biopermeable (GCB).

El día que liberaron a las crías de halcón peregrino, María Herrada y Santiago Belmonte, biólogos y miembros de GCB, dieron una charla en el colegio Padre Suárez, con los alumnos de primero de ESO. Les contaron el proyecto de las crías de los halcones y les preguntaron qué nombres les pondrían. Ellos, los niños, eligieron Lorca y Taracea. «Para eso nació esta asociación –subraya Castillo–, para enseñar lo que tenemos en Granada y para aprender a amarlo y a sentirlo propio». GCB está formado por una decena de biólogos y ambientólogos de la ciudad, gente como Carlos, María y Santi, gente preocupada por lo que nos rodea y que quieren contagiar su amor por la naturaleza más cercana. «Hay especies que necesitan nuestra ayuda y están en la puerta de casa, eso abre la posibilidad de crear un vínculo muy fuerte», subraya Castillo.

Santi Belmonte, durante una charla en el Padre Suárez.

Ese vínculo empieza en las aulas. Este curso, la gente de GCB ha llegado a más de 500 niños granadinos con talleres muy vivos. «Si no somos capaces de convertir a nuestra fauna en estrellas de rock, estaremos fallando». Así, no es difícil encontrarse con ellos en plazas y parques, acompañados de halcones, lechuzas y otras especies asombrosas que son tan granadinas como usted y como yo; como Lorca y Taracea. «Granada tiene un patrimonio histórico maravilloso que convive con un patrimonio natural arrebatador. Es una riqueza enorme para una ciudad que ya de por sí es rica. Cuidémoslo».

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