Granadinas que cambian el mundo
Ellas mejoran la calidad de vida de los demás, cuidan del planeta o investigan para encontrar cura a enfermedades
REDACCIÓN IDEAL
Martes, 7 de marzo 2023
Repasamos el trabajo de ocho mujeres, granadinas, que contribuyen a mejorar el mundo en el que viven. Son científicas líderes en investigación, personas comprometidas con los derechos de los demás, mujeres que ayudarán a dejar un planeta mejor.
Pilar Heras Asociación gitana Anaquerando
Los vecinos de Norte, en el centro
En un bajo de Molino Nuevo, tras unas rejas azules, se abre la asociación gitana Anaquerando. Son apenas unos cuantos salones, con poco mobiliario, sin grandes equipamientos. Allí acuden a diario trabajadores y voluntarios de la entidad desde hace más de tres décadas. Sin faltar. Aunque el barrio esté 'revuelto' porque la noche anterior ha habido un tiroteo o haya miedo en la calle porque dos clanes estén enfrentados por un 'narcopiso' y han echado a varias familias del distrito. Pilar Heras, que lleva tres décadas trabajando allí, explica que a ellas (la mayoría son mujeres) les preocupa más el trabajo por las personas. Y nunca se han planteado irse. Pese a que se indigna un poco cuando ve que allí no se toman las mismas medidas que en otro punto de la ciudad contra la ocupación de la vía pública (hay vecinos que han cerrado cocheras usurpando espacio de las aceras) y los desmanes de algunas de las familias que arman más ruido.
REPORTAJE COMPLETO
Compromiso desde la zona cero de la pobreza
El trabajo de Anaquerando, explica Pilar, es el de promocionar a las personas, en el sentido amplio de la palabra. Las escuelas taller y las casas de oficios que durante años han llevado a cabo en la asociación han dado una formación a cientos de jóvenes que estaban ya fuera del sistema educativo. Les han dado una profesión, les han sacado de la calle y les han ayudado a formar su familia. Muchos de ellos vuelven ahora, transcurrido el tiempo y tienen ya puestos bien remunerados y algunos han fundado incluso sus propias empresas.
Pilar empezó a trabajar como maestra en Pinto, Madrid, donde puso en pie hace casi cincuenta años, un colegio excepcional. Padres y madres consensuaban las medidas a tomar y echaban una mano en las tareas de limpieza o mantenimiento. De allí vino a Granada, donde tomó contacto con el colegio Luisa de Marillac, y de ahí a la asociación. Asegurar una mejor vida para los vecinos, que salgan de la exclusión y la vulnerabilidad, es lo que ha guiado su trabajo todos estos años.
Victoria Carreras Empresaria
Al frente de la revolución verde
La economista Victoria Carreras (Granada, 1968) es fundadora del espacio ANDA Cowork, pero desde hace tres años compagina esa actividad con la gestión del cultivo de chopo en las vegas de la finca de su familia. Al frente de esta explotación conoció los problemas a los que se enfrenta un sector tradicional en la provincia –ya se construía con madera de chopo en la época de Al Andalus y Granada llegó a ser líder en España en su cultivo–, pero que ha ido perdiendo terreno por falta de rentabilidad, ya que este material se emplea sobre todo para la fabricación de cajas de fruta y como biomasa, productos de escaso valor añadido.
La esperanza para los populicultores –con unas 4.000 hectáreas, la mayoría en la Vega y en la zona norte de la provincia– llegó de la mano del proyecto europeo de la Universidad de Granada LIFE Wood for Future, que pretende mejorar la calidad de la madera para transformarla en vigas y otros elementos estructurales en una edificación sostenible e industrializada.
Victoria se convirtió en mayo en la presidenta de la agrupación Marjal, que reúne a 73 productores con 1.400 hectáreas de choperas y ya se prepara para una próxima ampliación. «Me sentí muy halagada de que los compañeros que comparten los mismos problemas confiaran en mí, porque tradicionalmente este es más un mundo de hombres», reconoce.
Nieves Montero de Espinosa Médica
En primera línea por los derechos de la mujer
A Nieves Montero de Espinosa Rodríguez (Órgiva, 1963) le gusta que su nombre aparezca completo, que no se omita el segundo apellido, el de su madre. Esta defensa personal simbólica y espontánea de la figura de su progenitora cada vez que es entrevistada envuelve en realidad un enérgico talante luchador por los derechos de las mujeres. Nieves es forense y directora del Instituto de Medicina Legal de Granada (IML) desde hace 13 años, puesto en el que cesará el próximo mes de abril por su jubilación. Deja el mundo de las batas y las autopsias después de más de tres décadas de entrega y pasión por su trabajo.
Se marcha tras exactamente 32 años de funcionaria de carrera y habiendo promovido cambios que han mejorado el tratamiento de se dispensa a las víctimas de delitos sexuales cuando comienza su periplo judicial. En su currículum, de hecho, se lleva uno de los mejores premios: haber sido la impulsora de un protocolo para evitar la revictimización de las mujeres agredidas sexualmente y garantizar la recogida de pruebas sin demora -hallazgos biológicos- para que ningún violador quede impune.
De la puesta en marcha de ese primer protocolo de agresión sexual -hoy implantado a nivel estatal- se siente especialmente orgullosa. Lo promovió cuando comenzaba su andadura en Motril, a principios de los años 90.
María José Sánchez Investigadora
En busca de más y mejor vida
De lunes a lunes, la investigadora María José Sánchez, dedica su tiempo a los libros, a los informes y a los datos sobre algo que se ha convertido en una pandemia y que pelea por atajarla. En este caso, no hay vacuna pero sí herramientas para frenar esta enfermedad que parece que toca como la lotería pero que, en realidad, hay factores que la provocan –en algunos casos– y que se pueden controlar. Desde la sencillez, esta científica granadina tan galardonada, le planta cara a este mal endémico al que, a la mayoría, le da miedo hasta mentar: el cáncer.
María José Sánchez , profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública y directora científica del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada, es la octava investigadora más citada en el ranking de las que trabajan en el país. Sánchez ha recibido además la medalla al mérito por la ciudad de Granada, el reconocimiento de la provincia y el premio 'Cátedra de Investigación Antonio Chamorro-Alejandro Otero' de la UGR, además de estar en el top 10 de las 100 mujeres investigadoras elegidas por un periódico nacional.
Esta científica estudió Medicina e hizo la especialidad de Microbiología y cuando empezó a trabajar en la Escuela Andaluza de Salud Pública, en un proyecto de investigación sobre el virus del papiloma humano y el cáncer de cavidad oral y orofaríngeo, descubrió que su vocación era la investigación sobre oncología. Ahora se ha convertido en una de las investigadoras más citadas en este campo.
Araceli López Activista solidaria
Ayudar por encima de todo
Araceli López tiene afán por ayudar desde que era una niña. El bocadillo que su madre le preparaba todos los días nunca se lo comía, prefería dárselo a unos vecinos que sabía que pasaban hambre. Cuando la progenitora se dio cuenta, le empezó a hacer varios, para que pudieran comer esos niños, pero también ella. «Lo de ayudar viene de familia. Mi madre era de las que cocinaban de más porque nunca se sabía quién iba a venir a comer», señala Araceli. Nació en Oviedo hace 71 años, pero Granada la adoptó hace ya más de dos décadas. Es aquí donde derrocha solidaridad, gastando la mayor parte de su sueldo en comprar comida para los más necesitados, a los que hasta acoge en su casa.
La vida de Araceli no ha sido fácil. Nació con problemas de vista y a los 28 años sufrió una parálisis facial que la dejó ciega del ojo derecho. Con el izquierdo ve poco, pero dice orgullosa que ha aprendido a defenderse con él. Lo que más le frustra es no haber podido sacarse el carnet de conducir. Debido a su discapacidad visual, a los 35 años la jubilaron.
Cuando cumplió los 50 se trasladó a Granada buscando una ciudad barata donde cuidar a su nieta, a la que ha criado para que su hija pudiese trabajar. Aquí colaboró durante diez años con varios grupos de ayuda, pero ella quería llegar más lejos. «Un hombre muy bueno al que conocí, que falleció en la pandemia, me dijo antes de morir que crease una asociación. Y así lo hice», relata. Cuando él vivía la ayudaba económicamente a financiarla. Al marcharse, Araceli se quedó sola al frente de la Asociación de mujeres La Gran Familia, con sede en Armilla, concretamente en una cochera desde la que reparte alimentos y esperanza. La mayor parte de su pensión -quitando solo el dinero para que ella coma y pague sus facturas- va destinado a la entidad. Además, trabaja en los rastros y mercadillos medievales vendiendo antigüedades para conseguir más fondos. «Todo lo que gano es para la asociación», afirma.
Esther García Ingeniera
La tecnología más humana
La ingeniera de Telecomunicaciones, Esther García Araluz (Motril, 1982) fue considerada a sus 35 años como uno de los 10 mejores innovadores de España. Y no es para menos. También es profeta en su tierra, donde ha recibido algún que otro reconocimiento del Ayuntamiento. Echar un cable a quien más le hace falta ha sido su cometido y el de su equipo desde 2010, año en el que cofundó Eneso, una empresa con sede en Málaga que tiene la misión de hacer la vida más fácil y atractiva a personas con discapacidad y que por extensión también ayuda a todas aquellas mujeres que están detrás de los cuidados. La compañía favorece la comunicación, accesibilidad tecnológica y estimulación multisensorial a personas a las que el mercado había dejado completamente fuera. Esther y sus compañeros, a los que conoció en su etapa universitaria en la provincia vecina, democratizan la tecnología, crean nuevos productos fáciles de emplear y los venden a precios asequibles.
«Trabajaba para la Universidad de Málaga y una amiga que estaba metida en el mundo de la discapacidad nos hizo ver que había muchas carencias, las herramientas y sistemas disponibles para ellos estaban obsoletas. La tecnología era cada vez era más asequible para todos, pero había gente que estaba fuera de todo, olvidadas. Disponían de unas soluciones muy rudimentarias», explica. «Queríamos que nuestro trabajo sirviera para algo, hacer nuestra aportación. Elaboramos un estudio y casi una de cada siete personas padece algún tipo de discapacidad. Y se estaban discriminando. Me quise realizar, tenía inquietudes sociales. Así empezó todo», reflexiona.
Estrenaron la empresa creando un dispositivo que permite controlar un ordenador sin necesidad de usar un ratón convencional. Es un artilugio apto para usuarios con movilidad reducida o nula en las extremidades superiores, un ratón de cabeza o adaptado a otra parte del cuerpo. Más tarde lanzaron un software para usuarios con dificultades del habla, personas que han sufrido, por ejemplo, una parálisis cerebral, padecen ELA o Trastorno de Espectro Autista y les resulta difícil comunicarse. Es una especie de teclado que se adapta a las necesidades del cliente, tiene pictogramas, números, letras o signos que emplea individualmente esa persona para comunicarse. Hace unos años se embarcaron también en el diseño de salas y espacio de estimulación multisensorial, zonas con luces, sonidos y objetos de diferente tacto que sirven también como una herramienta de terapia en residencias de ancianos o centros de atención infantil temprana.
Fuencisla Matesanz Investigadora
La inquietud por desenmascarar la esclerosis
La constancia y el afán de conocimiento han impulsado la brillante carrera de la investigadora Fuencisla Matesanz, una corredora de fondo en el mundo de la ciencia. La científica, nacida en Burgos y granadina de adopción, lleva 22 años dedicada en cuerpo y alma a la investigación del origen y las causas de la esclerosis múltiple y los resultados de sus trabajos se han traducido ya en avances en los tratamientos y mejoras en la calidad de vida para los pacientes que sufren esta cruel enfermedad neurodegenerativa. Licenciada en Biología por la Universidad Autónoma de Madrid, Matesanz realizó su estancia predoctoral y posdoctoral en la Universidad de Nueva York y llegó a la lucha contra la esclerosis múltiple «por casualidad», a través de una estudiante que le presentó a los neurólogos del Hospital Clínico de Granada.
En 2001, Fuencisla Matesanz formó su propio grupo de investigación y consiguió la financiación para comenzar a estudiar las bases genéticas y moleculares de la esclerosis múltiple. Desde entonces ha ido encadenando proyectos con la obsesión de avanzar metros en la carrera de obstáculos que tiene como meta la curación de la enfermedad. Ahora continúa sus investigaciones como científica titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)en el Instituto de Parasitología y Biomedicina López-Neyra y dirige este centro del PTS de Granada, donde trabajan 152 científicos.
«Cuando yo empecé a investigar en esclerosis múltiple, hace más de veinte años, los enfermos tenían muy poca esperanza, había pacientes que no tenían ningún tratamiento posible para sus casos. La investigación necesitaba un empujón», recuerda.
Joaquina García del Moral Paciente y cuidadora
El coraje que nunca se jubila
Amiga, madre, esposa, abuela, paciente y cuidadora. Joaquina García del Moral, de 68 años, cumple los papeles que –por elección o porque no quedaba otra– han recaído antes que ella en otras muchas mujeres y así seguirá pasando. Pero, por añadir algún papel más que le haga también justicia a la persona que es, esta profesora que no ha dejado de enseñar, a pesar de estar jubilada, es sobre todo una luchadora. Tiene coraje y alma.
Tres veces se ha enfrentado al alzhéimer. Primero cuidó durante 30 años a su padre. Después, a sus 59 años, le diagnosticaron a ella la enfermedad degenerativa y ahora, además de ser paciente, lidia con esta enfermedad que le ha tocado también sufrir a su marido, a su Joaquín. Comparten nombre y «herencia maldita».
Joaquina tuvo la suerte que no han tenido otros. Al detectarle la enfermedad en sus primeras fases pudo acceder a un tratamiento experimental, aducanumab, que le sirvió para ralentizar los estragos de la citada dolencia. Se resistió como pudo a olvidar. Años después de que la demencia empezara a devorar su memoria, se sigue valiendo completamente por sí misma y recuerda el nombre de sus nietos. Y no solo eso, tiene más voz que nunca. Joaquina divulga a diario en busca de la cura de esta enfermedad silenciosa. Es integrante del Panel de Expertos de Personas con alzhéimer, miembro de CEAFA e integrante del panel de expertos a nivel europeo de Alzheimer's Disease International (ADI). Participa en conferencias, charlas y programas de actividades por toda España, pronto hará el camino de Santiago junto a otros pacientes. Ha estado en el Congreso o en el parlamento andaluz para contar su historia.
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