Granada, a tiro de piedra

Hacer de las ciudades entornos más accesibles y menos contaminantes es uno de los retos más importantes a los que se enfrentan quienes las viven y las rigen. En este sentido, una de las ideas de más éxito es la de la llamada ciudad de 15 minutos, en la que un habitante cualquiera pueda cubrir las necesidades más elementales de su día a día en un paseo de esta duración como máximo. Sus beneficios se han demostrado en múltiples estudios: mejora la calidad de vida al reducir el tiempo de desplazamiento, fortalece la economía local, es más sostenible y forma comunidades más unidas. Ciudades como París, durante la alcaldía de Anne Hidalgo, han implementado sus principios con éxito. Y, si Granada quisiera seguir esa senda, podría acometer el trabajo sin grandes dificultades, aunque aún le quedan algunas asignaturas pendientes.

Prácticamente nueve de cada diez granadinos ya vivirían en una ciudad de 15 minutos, de acuerdo con los resultados de un análisis propio realizado por IDEAL sobre datos públicos disponibles relativos a siete de estos servicios esenciales: centros educativos, de salud, farmacias, nodos de transporte público, entidades bancarias, supermercados y zonas verdes y parques. Por el lado contrario, solo unos pocos miles de personas, que viven en las zonas más cercanas a los límites del término municipal, son todavía completamente dependientes del coche para realizar sus actividades diarias. Los resultados son muy similares a los de un informe publicado hace más de un año por el Grupo de Estudios de Movilidad, Transporte y Territorio (Gemott), en el que participan cuatro universidades españolas, entre las que está la de Granada.

En especial, en la capital brilla la facilidad de acceso a centros educativos o a nodos de transporte público, con más del 95% de la población a menos de 15 minutos de paseo de uno de ellos. Sin embargo, hay indicadores que quedan todavía lejos de los objetivos, como el acceso a los servicios de salud y la inclusión financiera, en especial entre los mayores y en algunos barrios de la ciudad, donde hasta cerca de la mitad de la población tiene que desplazarse más de este tiempo para ser atendida.

Lo cierto es que la mayor parte de los granadinos tienen dónde elegir a la hora de conformar su propia ciudad de 15 minutos. Hasta 91.952 de sus 232.717 habitantes, según datos del censo más reciente del Instituto Nacional de Estadística (INE), que suponen prácticamente cuatro de cada diez del total, viven en secciones censales –divisiones administrativas de entre 500 y 2.000 habitantes– con al menos cinco opciones distintas en cada uno de estos siete servicios esenciales.

Secciones censales con al menos cinco opciones distintas por servicio

Tres de los nueve distritos en los que el organismo estadístico nacional divide la ciudad de Granada no tienen una sección sin acceso a ellos. Estos corresponden a parte del Centro histórico y el bajo Albaicín, el entorno de la Carrera del Darro, toda la zona que baja desde Reyes Católicos hasta Recogidas, San Antón y el barrio de Fígares, y buena parte del Zaidín y la ampliación por el entorno del Parque Tecnológico de la Salud. Precisamente en este lugar, construido con posterioridad a buena parte de la ampliación hija del desarrollismo, ya se tuvieron en cuenta muchos de estos principios a la hora de diseñar su planteamiento urbanístico, y esto se deja notar en los datos.

Distritos administrativos con todos los servicios cubiertos

Las notas más brillantes en este sentido las ofrecen las opciones de acceso caminando a centros educativos y nodos de transporte público. El mayor porcentaje de cobertura se da en este último caso, con solo un 3,1% de población fuera del alcance en un paseo de 15 minutos; solo la zona del Camino de Purchil y el Camino de Camaura en su recorrido paralelo al Río Beiro, una de las más aisladas de la ciudad, queda fuera. En lo tocante a los centros educativos, el porcentaje es solo una décima superior. La zona oeste de Bobadilla y el entorno de Lancha de Cenes son los lugares afectados.

Secciones censales no cubiertas por nodos de transporte público o centros educativos

En resumidas cuentas, que Granada tenga hecha buena parte de la tarea para lograr ser una ciudad de 15 minutos tiene mucho que ver con su tamaño y la forma de su término municipal, como en alas de mariposa. Una superposición de las isócronas –un mapa que muestra el área que se puede recorrer desde un punto concreto, en este caso a pie– de las 180 secciones censales que componen la capital muestra a las claras que hay amplias zonas del término municipal granadino a las que es sencillamente imposible llegar en ese tiempo.

De ahí que las zonas que no logran ser accesibles en este sentido sean, por lo general, las mismas una vez y otra, con pocas variaciones en función del servicio que se analice.

La Granada a la que puede llegarse en 15 minutos de paseo

Así, es común que los datos negativos se concentren, por un lado, en El Fargue y partes del Alto Albaicín; también en la Lancha de Cenes, el entorno del Camino Real de los Neveros, el Camino de Caicena y el Camino Bajo de Huétor; y al Oeste, en zonas de Bobadilla y los aledaños del Camino de Purchil y el Camino de Camaura.

Por el lado contrario, de estos datos se desprende que los principales puntos de mejora se encuentran en la accesibilidad a los centros de salud y a las entidades bancarias, afectadas en los últimos años por los procesos de concentración y fusión de entidades que en muchos casos han tenido como consecuencia el cierre de oficinas. Estos dos servicios esenciales para la vida diaria ofrecen los porcentajes más bajos de cobertura en la ciudad. Hasta el 7,5% de los granadinos, lo que equivale a 17.490 personas según las cifras de población por sección censal del INE, han de caminar más de 15 minutos para llegar a un centro de salud. El dato es peor en el caso de las entidades bancarias, ya que alcanza al 9,8% de la población, o lo que es lo mismo, 22.780 ciudadanos.

En lo que respecta al acceso a consultorios, centros de salud y hospitales, resulta en especial preocupante que la población más afectada sea precisamente la que tiene más de 65 años. Aunque son 3.117 los granadinos de la tercera edad los que tienen que caminar más de un cuarto de hora para llegar a subcentro de salud, un 5,7% del conjunto de personas en su grupo de edad, por debajo del dato para el conjunto de la población, hay zonas donde estos porcentajes se elevan de manera significativa. Así ocurre, por ejemplo, en el entorno del Alto Albaicín y El Fargue, donde prácticamente la mitad de la población mayor (el 49,4%) se encuentra en esta situación. En el entorno de la Lancha de Cenes y el Camino Real de los Neveros, el porcentaje supera el tercio del conjunto (el 35,9%). En el Camino de Purchil, el dato se queda en el 31%.

Zonas sin acceso a centros de salud

En términos generales, de hecho, los mayores de Granada tienen bastante más fácil acudir a una farmacia que a un centro de salud en términos de cercanía, ya que el porcentaje de cobertura es dos puntos superior. Aun así, en partes del Albaicín y El Fargue la situación sigue siendo compleja, con prácticamente un tercio (el 32,7%) de la población mayor de 65 años fuera del alcance de uno de estos negocios en un paseo de un cuarto de hora.

En lo que respecta a la inclusión económico-financiera, es esta la mayor de las asignaturas pendientes tras años de cierres de oficinas, desapariciones de cajas y unificaciones, fusiones y compras de entidades bancarias. Prácticamente uno de cada diez granadinos (el 9,8%) tiene que desplazarse más de un cuarto de hora para llegar a una oficina presencial, lo que supone hoy el mayor impedimento para vivir en una particular ciudad de 15 minutos.

Zonas sin acceso a entidades bancarias

Además, el análisis de los datos permite ver que también existe un sesgo económico en la accesibilidad a los servicios esenciales. 9 de las 15 secciones censales que no tienen acceso a alguno de ellos, seis de cada diez, tienen niveles de renta menores a la mediana –el valor más común– del distrito administrativo en el que se encuentran. La diferencia más alta se da en el entorno de Molino Nuevo, donde la brecha alcanza los 10.317 euros. Este porcentaje es casi siete puntos superior y alcanza los dos tercios en el caso de las entidades bancarias. Además, en este caso, uno de cada tres se encuentra entre el 25% más pobre de la capital.

Aun con estas salvedades, lo cierto es que Granada ya ha recorrido, por voluntad propia o por casualidad, por la naturaleza de su desarrollo o de su orografía, el camino hacia ser una ciudad de 15 minutos. Podrá hacerlo si sigue atendiendo a los principios del urbanismo contemporáneo, poniendo especial atención en la protección de los colectivos más vulnerables.

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