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Rodrigo Ruiz-Jiménez, paseando por el monumento granadino. BLANCA RODRÍGUEZ
Verano con otras gafas | Rodrigo Ruiz-Jiménez, director de la Alhambra

«En Granada podríamos tener un tres estrellas Michelin con el mejor restaurante de tapas»

El granadino, que lleva dos años al frente del monumento, es un experto en tecnología, un apasionado de nuestra ciudad y un amante de la música y del teatro. «Mis padres me dijeron que si quería ser actor, me apoyaban»

Lunes, 25 de agosto 2025, 23:30

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Rodrigo Ruiz-Jiménez agarra una coca-cola de la nevera y pasea por el precioso jardín de su casa. Al llegar a su sombra favorita, se acomoda en un poyete y abre la botella. «Soy vecino de la Alhambra desde chiquitito –ríe divertido–. Vivir en este Carmen es un privilegio». El director del Patronato de la Alhambra y Generalife lleva puestos unos auriculares blancos de los que no se ha separado en todo el día. «Tengo muchísimas videoconferencias. Hoy con París, para los proyectos que tenemos con el Instituto del Mundo Árabe, luego con el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que lo estamos involucrando también en una exposición que se va a hacer a finales de este año». Luego da un largo trago al refresco y exhala sonriente. «Cualquier cosa que hagas en la Alhambra tiene detrás unas implicaciones administrativas que son absolutamente insospechadas».

En estos dos años como director del monumento, se ha hablado mucho su faceta como gestor cultural y experto en marketing. Sin embargo, hay una parte menos conocida de su currículo: era asesor de grandes multinacionales en buen gobierno y deontología en el uso de nuevas tecnologías. Eso y que, claro, pudo ser actor. Pero a eso llegaremos después.

Microsoft ha publicado lista de profesiones en riesgo por la inteligencia artificial. Arriba están periodismo y marketing.

–Hay una parte del trabajo del periodista que la IA va a hacer muy bien: las notas de prensa, lo mecánico. Pero el periodismo humano, lo que estamos haciendo tú y yo, eso de sentarse y hablar, eso no lo va a poder a la IA.

¿Se imagina un mundo en el que un algoritmo sea el encargado de contar nuestras historias?

–Esto lo vimos en 'Matrix'. Si el algoritmo está muy bien hecho, pues tú al final vas a vivir en un mundo que te lo van a simular lo suficientemente bien como para que creas que eres feliz. Pero si recuerdas la película, hay un momento en que le preguntan al arquitecto de Matrix «¿por qué mantuvo las guerras y gente infeliz?» Y el arquitecto responde: «Porque intentamos hacer una versión de lo que sería ser feliz y al ser humano no le gustó».

Qué haría, ¿pastilla azul o roja?

–Yo soy de los de la pastilla roja, los que prefieren explorar la realidad, como Neo.

«Yo soy de los de la pastilla roja, los que prefieren explorar la realidad, como Neo»

¿Hay que temer a la tecnología?

–A las tecnologías no hay que tenerles miedo. Los avances siempre han generado consecuencias positivas y negativas. Con el fuego puedes cocinar, pero también quemar la casa al vecino. Pero creo que está pasando algo por primera vez en la vida: estamos pensando seriamente en las consecuencias de lo que hacemos. Estamos diciendo que los avances de la tecnología tienen que ir de la mano del humanismo.

¿Contamos bien Granada?

–No, Granada la contamos horrorosamente mal. Granada es una ciudad única, como un cristal mágico de los que salen en las películas de fantasía, un cristal que tiene muchos colores y aristas. Es una ciudad histórica, literaria, musical, gastronómica, de deporte, sostenible, diversa... Y todo eso lo contamos mal. Somos hipercríticos con lo que tenemos y lo damos absolutamente todo por descontado.

Como tener una Alhambra.

–¡Eso! ¿Quién no tiene una Alhambra en su ciudad? ¿O la Capilla Real? Tú pones la Capilla Real en cualquier ciudad y se convierte en uno de los destinos turísticos más importantes de España. Entre otras cosas, creo que explicamos mal que somos una de las grandes ciudades renacentistas del mundo. No creo que ningún granadino la perciba tal cual... Luego está cuando nos quejamos de los mitos.

«Somos hipercríticos con lo que tenemos y lo damos absolutamente todo por descontado»

¿Los mitos?

–Sí, por ejemplo cuando te dicen: ya vale de Lorca, todo el día con Lorca. A eso yo respondo: ¿cuántas obras de teatro de Lorca has visto enteras? Aquí en Granada no se pone teatro de Lorca. No conocemos a Lorca. Te digo que Granada se cuenta muy mal porque tenemos esa especie de cainismo granadino y tenemos ese... ¿Cómo explicarte? Ese dar por supuesto que lo que tenemos es normal, como las tapas.

Las tapas provocan un debate muy acalorado.

–Es un debate muy granaíno. En Granada, en vez de tener un debate positivo, como hacéis en IDEAL con el Granada Puede, nos enfrentamos. Es decir. En Granada podríamos tener un tres estrellas Michelin con el mejor restaurante de tapas del mundo y con las vistas más maravillosas del mundo. ¿Por qué no?

¿Aficiones?

–La música, me apasiona la música clásica. Yo soy de los que me cojo un avión y me voy a Viena a verme cuatro cosas en un fin de semana. También me encantan la ópera y el teatro. ¿Sabes? Yo hice teatro en la universidad.

¿Actuaba, dirigía?

–Las dos cosas. Éramos un grupo del colegio mayor y lo hacíamos todo nosotros. Aprendimos lo que era sacar un proyecto adelante con los recursos que había, fue una lección fabulosa.

¿Se imagina que hubiera seguido como actor?

–Vete a saber.... Mira, a mí me animaron mucho mis compañeros de teatro. Y mis padres me dijeron que si cuando acabara la carrera quería ser actor, que lo intentara, que ellos me apoyaban. Pero no, la cosa fue por otro lado (ríe).

¿Algún papel que recuerde con más cariño?

–La que recuerdo con más cariño es una que llamamos 'Tirano mío', que en realidad fue un fusilamiento de 'Calígula' pero que trataba sobre cuáles son las esclavitudes de la gente de nuestra edad: la selectividad, pruebas de acceso, entrevistas de trabajo...

¿Y el cine?

–El cine me gusta mucho. Mi último descubrimiento fue en el Festival: el cine mudo (ríe). ¡Qué bonito! Nuca es tarde para descubrir algo 'nuevo'...

¿Hubiera permitido rodar Indiana Jones en la Alhambra?

–Depende. ¿Qué vas a rodar? Si es Indiana Jones haciendo rápel por la Torre de la Justicia, pues francamente no. Cuando vinieron los zombies, la serie 'The Walking Dead', yo dije que lo que podamos ayudar al progreso de Granada y a tirar del carro, nosotros encantados. Pero, evidentemente, lo primero era preservar la Alhambra material e inmaterial. Si nos hubieran planteado quemar la Alhambra, no, mira, la Alhambra no se quema ni en ciencia-ficción.

«Si en 'The Walking Dead' nos hubieran planteado quemar la Alhambra, hubiéramos dicho que no»

Como 'sultán' de la Alhambra...

–No, no. El sultán es un señor que ha recibido el puesto por herencia y se cree el dueño y que los demás están para servirle. El visir es un señor que se ha ganado el puesto y se dedica a servir a los demás, el que se esfuerza en que todo funcione. Yo no soy sultán, soy visir (ríe).

Ejem. Como visir, ¿se permite algún capricho en la Alhambra?

–Alguna tontería. Coger las enormes llaves y salir por el Patio de los Leones cuando no hay nadie. O esa maravilla que es salir por la Puerta del Arrabal, bajar al Albaicín por la Cuesta de los Chinos y de paso echar un vistazo al Baluarte, una zona que todavía no hemos presentado y que vamos a terminar abriendo. Aunque el mayor privilegio de todos es poder ver y compartir la Alhambra con gente tan variada, de todo el mundo.

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«En Granada podríamos tener un tres estrellas Michelin con el mejor restaurante de tapas»