Cómo afectaría a Granada la erupción de un volcán como el de La Palma
Las 591 hectáreas por las que la lava se ha extendido en la isla podrían dividir en dos la capital, arrasar toda la Zona Norte o acabar con buena parte de los campos de cultivos en la costa
Chema Ruiz España
GRANADA
Jueves, 14 de octubre 2021, 13:19
Desde el Llano de la Perdiz hasta el corazón del barrio del Zaidín, lo que incluye la Alhambra, el Generalife, un tercio del Sacromonte, buena parte del Realejo, la Catedral, el Ayuntamiento e, incluso, el parque Federico García. Todo ello quedaría arrasado si en Granada tuviera lugar una erupción volcánica de las mismas dimensiones que la que asola la isla de La Palma. Allí, la colada de lava avanza imparable. El río ígneo se extiende ya por 591 hectáreas, un espacio que partiría en dos a la capital nazarí y destruiría buena parte del centro, además de esterilizar los campos granadinos.
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Basta con trasladar la superficie que recorre la lava en La Palma a la provincia para extrapolar los daños que tendría una hipotética pero imposible erupción en Granada -no existen volcanes en la zona-. El espacio que ocupa el torrente es el equivalente al 6,71% del suelo del municipio de la capital. En total, 5,91 kilómetros cuadrados, un área en plano que, en función de la forma en la que se distribuyera, alcanzaría para trazar una franja que uniera Huétor Vega y Peligros. Un reparto más cuadrangular borraría del mapa al núcleo de la ciudad; en una disposición romboidal, abarcaría todo el casco histórico. Los daños y el sendero marcado por la materia que emanase del interior de la tierra, no obstante, variarían en función del perfil del relieve.
Suponiendo que fuera posible que la hipotética erupción dibujase exactamente la misma trayectoria que la lava ha esbozado en La Palma, los efectos dejarían una Granada totalmente distinta, que podría ser yerma tanto en su eje capital como en sus terrenos de cultivo. Si el cráter se ubicara en el Llano de la Perdiz, la colada descendería por la Dehesa del Generalife, cerca del Cementerio de San José, hasta adentrarse en el núcleo de la capital. A su paso, encontraría las murallas de la Alhambra, si bien el Palacio de Carlos V quedaría exento del alcance de la lengua. Todo el casco antiguo se vería afectado; medio Albaicín, derruido. Caminar por el Paseo de los Tristes sería imposible y se acabarían tanto los plenos municipales como los churros con chocolate en la Plaza Bib-rambla. Incluso, los granadinos tendrían que cambiar de punto de encuentro con la llegada del río ígneo a El Suizo.
El torrente de lava inundaría la calle Pedro Antonio de Alarcón, el Camino de Ronda y Arabial. Destruiría el colegio San Isidoro y el Regina Mundi antes de avanzar hasta recorrer más de la mitad del Camino de Purchil. También sería un malpaís el Centro Comercial Neptuno, más al sur, mientras que el barrio del Zaidín se libraría por poco. Al norte, la colada atravesaría el Campus Universitario de Fuentenueva, los conocidos Paseíllos Universitarios y la mitad del Estadio de la Juventud.
En la costa
El recorrido de la lava tras la erupción del volcán Cumbre Vieja también abarcaría, si el perfil terrestre fuera idéntico, la extensión conjunta de la Zona Norte de la capital de Granada, Maracena, la mitad de la Chana y otra parcela similar de Bobadilla. El río podría cubrir desde Jun hasta Albolote, o desde Santa Fe hasta Chauchina. Si la erupción se produjera en la Carretera de La Zubia, la colada atravesaría todo el Parque Tecnológico de la Salud, el Centro Comercial Nevada y parte de Armilla, hasta alcanzar Churriana.
Si este desastre natural se desencadenara de la misma forma a la altura del recinto ferial de Motril, se vería afectado todo el núcleo del municipio granadino, así como los campos de cultivo sembrados a ambos lados de la Carretera de Almería. La colada se esparciría más al sur hasta dejarlo sin playa, mientras que en Salobreña, Almuñécar y La Herradura, entre otros, podría ocupar el pueblo entero. Además, de construir un delta como en La Palma, las dimensiones serían comparables a las de la Punta de la Mona.
Sin posibilidad
Las consecuencias de un fenómeno así harían de buena parte Granada poco más que un campo estéril y media capital en ruinas, pero este supuesto no puede ser más que una hipótesis. En una entrevista reciente con este periódico, el catedrático de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Granada Jesús Ibáñez ya explicó que en la provincia «no hay volcanes ni se les espera». Nunca lo hubo, según subraya, a pesar de que fue popular la leyenda de que emergía uno en Sierra Elvira. «Simplemente son aguas termales, como podrían ser las de Alhama de Granada u otras zonas de cualquier lugar del mundo en las que no hay volcanes», sentenció.
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