Granada, en el 'agujero negro' del mapa eléctrico de España
El apagón evidencia la fragilidad de la red de Andalucía Oriental y el retraso histórico de la de Granada, con 160 millones de obras para 2026 aún sin ejecutar
A las cuatro de la tarde del día del gran apagón, los sevillanos del barrio de Nervión o los malagueños de Cerrado Calderón ya estaban comentando por whatsapp las vicisitudes de la jornada, con la tranquilidad de contar con los suministros eléctricos plenamente restablecidos, mientras a la mayoría de los granadinos les quedaban por delante muchas horas de fundido a negro. Horas de angustia, incomunicación con sus familiares, de tensión en hospitales y servicios de emergencia y, en el caso de las industrias agroalimentarias, una noche en blanco de lucha contra el reloj mirando cómo subían los grados de los congeladores.
El último punto de la provincia, Baza, tardó 23 horas y ocho minutos en recuperar la luz. La emergencia fue nacional, pero el impacto económico y las consecuencias emocionales fueron muy distintas en función de la duración de la crisis y Granada volvió a estar entre los territorios que se llevaron la peor parte del apagón. La explicación de por qué la electricidad volvió más tarde a la provincia no puede simplificarse, ya que tiene múltiples aristas, pero hay un factor en el que tanto los expertos como el Gobierno andaluz han puesto el foco: la fragilidad de la malla eléctrica que comparten las provincias de Andalucía oriental donde el suministro tardó más en recuperarse. El gran apagón ha puesto en evidencia el déficit de una red de transporte eléctrico que tiene una densidad un 40% inferior a la media peninsular. En el caso concreto de Granada, también permite volver a abrir el debate del retraso histórico que arrastra el desarrollo de la red eléctrica.

Red de transporte de energía electrica
Red planificada
Red existente
400 kV
400 kV
200 kV
200 kV
Iznalloz
Baza
Íllora
Huéneja
Fargue
Órgiva
Fuente: Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica. Período 2021-2026. | Informe de infraestructuras energéticas. Provncia de Granada. Junta de Andalucía | Agencia Andaluza de la Energía | INE
CARLOS J. VALDEMOROS

Red de transporte de energía electrica
Red planificada
Red existente
400 kV
400 kV
200 kV
200 kV
Iznalloz
Baza
Íllora
Huéneja
Fargue
Órgiva
Fuente: Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica. Período 2021-2026. | Informe de infraestructuras energéticas. Provncia de Granada. Junta de Andalucía | Agencia Andaluza de la Energía | INE
CARLOS J. VALDEMOROS

Red de transporte de energía electrica
Red existente
400 kV
200 kV
Red planificada
400 kV
200 kV
Iznalloz
Baza
Íllora
Tabernas
Fargue
Huéneja
Salares
Órgiva
Fuente: Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica. Período 2021-2026. | Informe de infraestructuras energéticas. Provncia de Granada. Junta de Andalucía | Agencia Andaluza de la Energía | INE
CARLOS J. VALDEMOROS

Red de transporte de energía electrica
Red existente
Red planificada
400 kV
400 kV
200 kV
200 kV
Iznalloz
Baza
Íllora
Tabernas
Fargue
Huéneja
Fuente: Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica. Período 2021-2026. | Informe de infraestructuras energéticas. Provncia de Granada. Junta de Andalucía | Agencia Andaluza de la Energía | INE
Salares
Órgiva
CARLOS J. VALDEMOROS
La provincia llegó tarde a la autovía, al tren... pero también a otras infraestructuras que, no por ser más desconocidas y menos visibles para la población general, son menos importantes. Es el caso de la línea de alta tensión entre Caparacena y Baza, que se puso en servicio el 10 de noviembre de 2022, con un retraso de 16 años, para llevar luz al desierto energético de España, el norte de Granada.
Pero aún faltan más infraestructuras para acabar con la mayor sombra del mapa eléctrica de España. En concreto, la planificación eléctrica vigente aprobada por el Gobierno contempla una inversión de más de 160 millones de euros de obras para reforzar las autopistas eléctricas de la provincia. Infraestructuras que tendrían que haberse terminado en el horizonte 2021-2026 y sin embargo siguen colgadas, la mayoría en tramitación.
La ampliación de la línea de alta tensión de 400 kilovoltios Caparacena-Baza hacia Almería y la creación de nuevas posiciones de evacuación de renovables en Iznalloz y el Valle de Lecrín son las principales obras pendientes que, a día de hoy, lastran el desarrollo económico de la provincia.
Para la consejería de Industria, Energía y Minas la reclamación de estas infraestructuras ha sido un caballo de batalla, especialmente desde que, en julio de 2022, se hizo cargo de la cartera el actual consejero, Jorge Paradela. Desde entonces se está trabajando con Red Eléctrica y el Ministerio de Transición Ecológica para se cubra este déficit de redes de transporte eléctrico en Andalucía Oriental «como prioridad absoluta». La idea de que hay que acabar con la «mancha negra» que se cierne sobre norte de Córdoba, gran parte de Granada , Almería y la provincia de Jaén al completo la adelantaba ya Paradela en la entrevista concedida a IDEAL en noviembre de 2023. Volvería a insistir en ella en otro foro organizado por este medio en marzo de 2024, cuando pedía al Gobierno «valentía» para destinar fondos europeos a este refuerzo de la red eléctrica.
Las obras pendientes
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La línea 400, Baza-Antax Está pendiente el segundo tramo del eje de doble circuito 400 kV Caparacena-Baza-Antas, que unirá las provincias de Granada y Almería. En tramitación por parte del Gobierno central.
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Línea 220 kV La nueva subestación Saleres con conexiones a Íllora, mediante una línea de 220 kV y con la línea existente Gabias-Órgiva, para mejorar el suministro del sur de la provincia. Está en tramitación en Medio Ambiente de la Junta.
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La nueva subestación Iznalloz 400 kv Conecta con el primer circuito de la línea Caparacena-Baza 400 kV para alimentar al eje ferroviario Granada-Almería. Con este mismo objetivo se ampliarán las subestaciones Huéneja 400 kV y Benahadux 220 kV (Almería). Parte de los proyectos están en tramitación y otra en ejecución.
Esta semana de crisis nacional, tras el apagón, el consejero volvía a la carga y exigía al Gobierno la mejora de la conexión eléctrica de Andalucía oriental, a través de inversiones en la red de transporte de las cuatro provincias andaluzas que fueron las últimas en recuperar la normalidad al 100%.
Las infraestructuras eléctricas suelen conllevar plazos largos desde la planificación a la ejecución, porque tienen que superar una tramitación muy exigente. Pero en el caso de las granadinas acumulan una trayectoria especialmente compleja y accidentada. Es el caso de la línea 400, que se sacó de la planificación durante los recortes de la crisis de 2008 y tardó 16 años en acometerse.
Ahora, las nuevas infraestructuras pendientes también están tropezando con la tramitación administrativa y la oposición ciudadana. Una década de retrasos acumula ya la línea de Saleres-Íllora, que una vez puesto en servicio el primer tramo de la línea 400 es prioritaria para completar la red de la provincia y así lo consideran fuentes de la propia Red Eléctrica, la empresa responsable de la operación y el transporte del sistema eléctrico en España.
El proyecto contempla la construcción de la nueva subestación Saleres 220 kV con conexiones con Íllora, mediante una nueva línea de unos cuarenta kilómetros y la unión con la línea ya existente Gabias-Órgiva para mejorar la seguridad del suministro en el sur de la provincia de Granada. Es una infraestructura fundamental para apoyar la red de distribución y descargar a la subestación de Órgiva, que se encuentra saturada, lo que lastra posibles inversiones empresariales. Es más, la ejecución de esta infraestructura es vital para el futuro de Granada, en el más amplio sentido de la palabra, en tanto que también tendrá que abastecer el consumo de energía del futuro acelerador de partículas del Ifmif-Dones, el proyecto científico y tecnológico más importante de España, que se ubicará en la Citai de Escúzar.
La línea de 220 kilovatios entró por primera vez en la planificación nacional en el año 2015 pero se paralizó por el rechazo social que suscitó el proyecto, contra el que se levantaron los vecinos del Valle de Lecrín, que la veían como una amenaza para su paisaje. Al proyecto le llovieron alegaciones y a finales de 2019 el procedimiento administrativo para lograr la autorización ambiental caducó por lo que la Junta acabó por archivarlo.
El Gobierno y Red Eléctrica rescataron la línea en la planificación vigente, 2021-2026, pero eso sí, completamente modificado. La entrada en funcionamiento de la línea 400 en 2022 permitió simplificar la de Saleres con un diseño de menor impacto, que es el que está ahora mismo en tramitación ambiental por parte de la Junta en Granada.
También en tramitación, pero parte del Gobierno central que es el competente en este caso, está el segundo tramo del eje de doble circuito 400 kV Caparacena-Baza-Antas, que tiene que unir Granada y Almería. Esta línea tendrá que reforzar el primer tramo, que ya nació saturado e incrementar la calidad del suministro eléctrico para coser el agujero del mapa eléctrico del país.
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