Sin sonrisa 'Profidén' y endeudados hasta los dientes

A Mari Carmen y su marido, vecinos de Lanjarón y de sesenta y tantos años ambos, la quiebra de Dentix les ha dejado sin cuatro muelas y sin los ahorros de toda una vida. Ella es ama de casa y él pensionista, y decidieron arreglarse la boca con el dinero que como hormiguitas habían ido guardando en su cuenta con vistas a la vejez. Depositaron su confianza en Dentix y, según su hija, pagaron en efectivo 21.277 euros, jamás pensando que se iban a quedar compuestos, sin parte de sus dientes y con los bolsillos vacíos.

«Mis padres querían una sonrisa 'Profidén' y se han quedado sin dinero», asegura la mujer. Se sienten «engañados», agrega, tras explicar que sus progenitores «bajaron a Motril» el pasado mes de febrero para pedir presupuesto. Pensaban que acudían a un sitio «bueno», dado que una estrella del fútbol había protagonizado su campaña publicitaria. Una vez en la clínica, estuvieron hablando con un comercial, que los terminó de convencer al indicarles que «si pagaban en efectivo iban a tener una bonificación». Contrataron los tratamientos y los abonaron en efectivo. En los días siguientes lo único que llegaron a hacerles fue «sacarles dos muelas a cada uno».

«El comercial les vendió lo más caro», denuncia la hija de este matrimonio, para precisar que pensaban ponerles prácticamente una dentadura nueva. Finalmente la pareja ha acabado en manos de otro dentista que les cobrará un importe bastante menor.

Durante el confinamiento, tras decretarse el 14 de marzo el estado de alarma, la clínica de la Costa, al igual que las otras dos de la capital, suspendieron las citas. En junio, la de Motril reabrió sus puertas (la de la calle Recogidas también abrió, pero la de calle Mesones, no) y la hija de Mari Carmen se plantó allí directamente para reclamar la devolución del dinero. Había visto en internet que la cadena había solicitado preconcurso de acreedores por su delicada situación financiera. Fue atendida por sus responsables, que le facilitaron los papeles de la cancelación y le indicaron que en un plazo «de tres a cinco meses» la empresa devolvería el dinero a sus padres. No ha sucedido. Al menos por ahora.

«Nos vamos a presentar como acreedores de la empresa, porque eso es lo que nos han recomendado», anuncia esta granadina, que se ha sumado a la Plataforma de Afectados de Dentix creada en la red social Facebook. Este colectivo está integrado ya por cerca de 170 pacientes. Su delegado en Granada es Álvaro Collados, que en su caso tiene una ortodoncia financiada y prácticamente pagada. «Estamos recibiendo bastantes quejas», confirma Collados, que dice que hay mucha gente a la que antes del confinamiento les practicaron extracciones «y que a día de hoy están sin implantes y sin dientes». En este punto, recuerda que «si el servicio se interrumpe la financiera está obligada a congelar el crédito».

María Belén Ceballos es ama de casa, tiene 24 años y vive en Maracena. Empezó a ser cliente de Dentix hará unos tres años. En un principio todo fue bien, pero se quedó embarazada y suspendió el tratamiento. En marzo, según precisa, acudió a la clínica de Recogidas para retomarlo; se iba a poner unos implantes. Cuando se produjo el cierre de las clínicas por el confinamiento, ella tenía «la boca llena de puntos y un dolor muy grande».

A Belén le había financiado el tratamiento su madre (le costó 3.500 euros) y trató de paralizar los pagos durante el encierro. Llegó a enviar un burofax. Finalmente, pidió la cancelación y denunció su caso –asegura– en Consumo. «Tuve que ponerme en tratamiento con otro dentista, porque me iba a volver local del dolor; lo he pasado fatal. Yo económicamente he podido ir a otro, pero sé que hay otras personas que no», expresa la joven, tras especificar que le faltan tres dientes.

A la misma clínica, la de Recogidas, iba el marido de Bienvenida, Antonio, que tiene 52 años y serios problemas de masticación por el estado de su dentadura. Su mujer detalla que tiene «tres dientes» en la parte de arriba y que abajo no tiene muelas. «Le han sacado las muelas, los dientes, los raigones que tenía y ahí se ha quedado la cosa», señala la mujer.

Fue en diciembre cuando Bienvenida y su esposo acudieron a pedir presupuesto. El tratamiento costaba alrededor 7.000 euros y entregaron «2.500 euros en mano». Tras el confinamiento, llamaron a la clínica para continuarlo, pero les dijeron «que no había cirujano». Hoy por hoy siguen a la espera. «A ver en lo que queda esto», comenta compungida la mujer, a la vez que comenta que este mes ya ha devuelto el recibo de la financiera y que ya se ha puesto en manos de Facua. «Estamos en una situación de impotencia: no puedes hacer nada ni nadie te dice nada».

No todas las historias recabadas por este diario tienen como punto final la incertidumbre. La de Carmen López, que reside en Andújar (Jaén), parece que acabará con final feliz. Tras presentar una reclamación en la clínica que tiene la cadena en este municipio ha conseguido que le den cita para culminar su tratamiento, el de su marido y el de su madre, que tienen un coste total de unos 7.500 euros. «Están haciendo todo lo posible por terminarnos antes de cerrar», asegura la mujer aliviada.

«A mí me han hecho un curetaje, endodoncias en las muelas y tengo otra que me la tienen que abrir cada seis meses porque tengo un bulto de pus», especifica Carmen. Tanto ella, como su madre y su marido conocen bien lo que es sentirse desamparados pues, según precisa, proceden de otra cadena de clínicas a la deriva: iDental. «Esperemos que no cierren antes de que terminen con nosotros», se despide.