«Quiero dedicar tiempo a cada sesión de fotos»

La media melena color cobre con destellos claros le llega hasta la cintura. Lleva una falda, una camisa y una cazadora de corte militar. Va agarrada de la mano de su mami y salen del estudio de fotografía de Jesús Vergara, en la calle Gran Capitán. La niña pega un frenazo en seco para fijarse en las fotos del escaparate, repleto de retratos infantiles, de la Primera Comunión y posados profesionales. Ella reconoce a varios compis del cole y así se lo hace saber a su mamá. Al ratillo, se despegan del cristal y prosiguen su camino. dentro, Jesús ha terminado la sesión de fotos con esta misma niña, que se prepara, por fin, para la Primera Comunión.

Jesús Vergara, fotógrafo, con estudio en la calle Gran Capitán, tiene 45 años. Es de Granada y estudió en los Agustinos la EGB y el BUP, en Padre Manjón. «Y luego múltiples cursos de fotografía en Madrid y Barcelona», profesión a la que quería dedicarse porque la había visto desde pequeño en su propia casa, a través de los ojos de su padre. «Mi padre era fotógrafo y yo ya directamente empecé a trabajar mientras estudiaba. Contaba 16 años de edad. Trabajaba en el estudio en la calle Puentezuelas, que abrió en 1972. Mi padre me obligó a terminar los estudios, pero ya tras la mili, me dediqué a tiempo completo a la fotografía. Luego he seguido formándome. Esto es continuo». En un último paso, han abierto el estudio de fotografía de la calle Gran Capitán hace justo dos años.

Con el paso de los años, click a click, Jesús Vergara se ha especializado en fotografía infantil y en reportaje social. Es lo que el vulgo llama la BBC, de bodas, bautizos y comuniones. Pero Jesús Vergara es un 'pata negra', como demuestra su escaparate, repleto de retratos infantiles. Y su agenda, con lista de espera para las fotos de la Primera Comunión. Pero él puede con todo.

«Mi especialización es la fotografía infantil», explica. «También hago bodas y demás. Pero mi fuerte es la fotografía infantil, es donde, digamos, destaco un poco más», reconoce con modestia. Recuerda que «antes, el fuerte era el reportaje social, las bodas. Con mi padre lo fuerte eran las bodas. Y la fotografía infantil iba como un complemento». Pero a Jesús Vergara le gusta el mundo infantil. «Me gustan los niños. Tengo buena mano con los niños para sacarles fotografías». Y entonces empezó a separar un poco la línea de trabajo de bodas a infantil.

Fue un pionero. «Empecé a trabajar con niños y a día de hoy es lo que más hago, lo que más trabajo me da. De hecho, doy conferencias para fotógrafos de toda España en muchas ciudades. Y en estas conferencias, el tema es la fotografía infantil y de Comunión. Y es lo que me gusta».

Su reflexión es pertinente. «Cada vez hay menos bodas, y los críos, pues... al final, todo es para ellos. Es un reto distinto cada vez y me encanta trabajar con ellos. De hecho tengo tres hijos y no me hubiera importado tener más».

Otro reto que afrontar ha sido el estado de alarma. «Me pilló trabajando. Terminé y el sábado 14 ya no abrí. Me pilló un poco en fuera de juego. De hecho, el lunes 16 de marzo ya tenía las primeras citas para sacar fotografías a los niños y niñas que tenían previsto celebrar su Primera Comunión. ¡Tenía setenta citas en total!. Al principio, la primera semana, estaba un poco despistado porque no sabía lo que iba a durar. Pero cuando entramos en las prórrogas empecé a llamar a los clientes para comentarles que con la situación no sabíamos nadie lo que iba a pasar y que cuando pasara que los volvería a llamar y reajustaríamos la agenda para volver a funcionar».

Su trabajo está muy concentrado y tiene un objetivo. Y el estado de alarma y la nueva normalidad le lleva un poco a contrapié. «Se supone que la mayoría de los colegios y parroquias han pasado las Comuniones para septiembre y octubre. Así que he pensado que con la desescalada, ahora que estamos en fase 1 y se puede volver a abrir el estudio, citar a todos los clientes y hacer todas las fotografías de Comuniones que se pueda. Porque, hasta verano, no van a querer porque crecen y los trajes les quedarán pequeños».

Jesús Vergara reacciona y piensa que «jugaremos con que tenemos más meses para trabajar con estos desplazamientos de fechas. Yo empezaba en marzo y tenía marzo y abril para todas las sesiones. Ahora, al ser en septiembre y octubre, tengo para hacer fotos desde mayo a agosto. Son cuatro meses para hacer fotos. De alguna manera tengo que jugar con esta ventaja para organizar las citas de un niño al día y poder trabajar más tranquilo y dedicarle más tiempo».

Jesús Vergara, que cuenta que las sesiones de fotografía oscilan entre los setenta y los setecientos euros, ha aprovechado la entrada esta semana a fase 1 para abrir el estudio. «Estoy reorganizando todas las citas de las Comuniones, extremando las medidas de higiene y cumpliendo al pie de la letra el protocolo de seguridad».

Cree que lo va a tener todo controlado. Pero le quedan las bodas:«Doce tenía y me las han cambiado al año que viene. Todos quieren casarse pero no encuentran quien les organice el banquete».