Del éxtasis al hastío en una noche y cinco calles

La esperanza va por barrios y en Granada en la noche de ayer se pasó del desánimo o el hastío al éxtasis y la euforia absoluta en cuestión de varias calles. En 40 años de elecciones autonómicas no se había vivido nada similar. Desde 1982, año en el que se celebraron los primeros comicios, hasta el 19J la comunidad autonómica había sido mayoritariamente socialista. El escenario poselectoral que queda ahora es insólito: el PP gobernará en mayoría absoluta, dobla el número de diputados con respecto a 2018 y ha logrado arrebatar algunos feudos y bastiones históricos al PSOE en la provincia.

Hace unas semanas, las primeras encuestas vaticinaban una fuga de votos. No era casual que el líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, pidiera la confianza del socialista desengañado para Juanma Moreno, aunque de esa jornada frente a la Alhambra solo se hablara después de Bill Clinton, la puesta de sol en Finisterre y las declaraciones del presidente del PSOE andaluz, Manuel Pezzi. La fuga ha servido también para pararle los pies a Vox, que de los más de 20 escaños que apuntaban las primeras encuestas solo han obtenido 14, aunque en Granada han logrado un diputado más.

El abanico político será menos colorido que hace 4 años. Ciudadanos desaparece y la división de la izquierda hace perder 10 escaños - de 17 que tuvieron en 2018 pasan a sumar 7 entre los dos-. La coalición Por Andalucía, que integra IU y Podemos junto a otras fuerzas de izquierda, logró solo un diputado por Granada, mientras que Adelante Andalucía, formación liderada por Teresa Rodríguez, no obtuvo escaño por la provincia. En diciembre de 2018 todas estas fuerzas concurrieron conjuntamente bajo las siglas de Adelante Andalucía, que obtuvo dos escaños por Granada.

La velada empezó pronto. A las 20.00 horas las sedes de los partidos políticos abrían sus puertas para que los simpatizantes siguieran una jornada electoral sobria y sin sobresaltos que ha teñido de azul el mapa. En la calle Cristo de la Yedra, los andalucistas fregaban su trecho de vía antes de recibir a los militantes. «Somos pocos y aquí lo hacemos todo solitos», decía una mujer mientras adecentaba el local. Los colegios acababan de cerrar y los primeros sondeos daban a Adelante Andalucía, el partido de Teresa Rodríguez, dos escaños. La candidata por Granada, Ana Villaverde, donde la formación no ha conseguido obtener representación, apuntaba mientras Canal Sur avanzaba el escrutinio que, pese a los resultados, daban por cumplido el objetivo de que en la comunidad autónoma hubiera una formación que luchara de verdad por los intereses de todos sus vecinos. Unas calles más arriba, en Acera de San Ildefonso, Por Andalucía guardaba cautela aunque con la confianza, frustrada minutos después, de que hubiera posibilidad de formar «un gobierno progresista». La candidata por Granada, Alejandra Durán, sacaba unas tapillas para los simpatizantes que acudían a la sede mientras la Sexta daba anuncios. Nervios entre los asistentes, que desconocían lo que le deparaban las urnas. El ambiente íntimo y familiar se mantuvo toda la noche.

De la contención en San Ildefonso al desánimo en un cuarto de hora. En el hotel Barceló Granada Congress los últimos de Ciudadanos se les alargaba la cara por minutos. De 21 escaños a ninguno en 4 años. En diciembre de 2018, Luis Salvador y Girauta atendían a todos los militantes que acudían a la sede en la noche electoral. Ayer, el panorama era completamente distinto. Ni Girauta ni Salvador siguen en el partido, algunos más abandonaron el barco antes de las elecciones andaluzas. Los pocos que quedaban seguían el recuento acuartelados en una sala. La candidata, Concha Insua, acompañada fielmente por los delegados de Cs, no se atrevía a hablar hasta el final del recuento. La formación naranja tuvo en sus manos la llave para dirigir San Telmo y ahora le toca afrontar, por desgracia, la etapa de la irrelevancia. Los partidos que apuntaron alto y cambiaron el panorama político en una sociedad acostumbrada a ser bicromática pierden fuelle y, en el caso de Cs, también desaparece.

Los de Vox, que se trasladaron al paseo del Salón para seguir el escrutinio, permanecían a puerta cerrada. Al final de la noche, cuando dejaron pasar a los medios, solo había 20 apoderados acompañando a los candidatos. Macarena de Graná y de Salobreña atendía a los medios en Sevilla, a escasos metros de la celebración de los populares. Vox se quedaba muy lejos de los resultados que esperaba y la ausencia de simpatizantes en la sede dejaba un espíritu.

En el Zaidín, el PSOE comparecía al filo de la medianoche en la sede de Torre de la Pólvora. Los resultados han dejado un sabor amargo. Los socialistas pierden municipios que tradicionalmente les pertenecían, aunque logran mantener los mismos 4 diputados. Entre bambalinas, se comentaba que los votantes habían apoyado a Juanma Moreno para frenar a Vox y no ignoraban el calado de sus resultados. El freno a la formación de Abascal satisfacía ligeramente a algunos. En este caso, el mal de muchos sí es consuelo. Hay veces en las que una desgracia es más llevadera cuanta más gente la padece.

En el Zaidín también hubo espacio para la alegría y el éxtasis. La sede del PP, ubicada en Andrés Segovia, celebraba los resultados que dan el gobierno en solitario a Juanma Moreno. Alcaldes y ediles de toda la provincia acompañaban a los candidatos granadinos. Algunos de los asistentes se dejaron la voz gritando «Juanma presidente» antes de que el hombre de moda diera su discurso. Los populares han doblado sus diputados, logrando seis escaños por Granada. La sede estuvo completamente llena, frente a la imagen más sosegada que presentaban todas las demás. Por primera vez, los populares podrán gobernar Andalucía en solitario. En Madrid ya miden el impacto en clave nacional y en el Sur los se ponen manos a la obra para seguir con todo lo planeado esta vez sin Cs.

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