«He encontrado tu monedero; solo he tomado 5€ para pagar el envío a tu dirección»
María Frasquet recupera su cartera perdida cinco días después, junto a una nota anónima que explica lo sucedido; considera que «esta persona ha demostrado que un mundo mejor es posible»
Chema Ruiz España
GRANADA
Viernes, 24 de septiembre 2021, 13:15
María Frasquet (Granada, 1982) encontró este martes una razón más para conservar la fe en el ser humano, la esperanza en que es posible que la sociedad cambie. Ella, profesora en un instituto de Granada, suma su granito de arena cada día, formando a jóvenes que, en unos años, deberán coger los remos para también contribuir a conducir el navío hacia el mejor puerto posible. «El lema de este año en mi cole es 'Creo en un mundo mejor' y yo creo en un mundo mejor con hechos concretos», expone. El lunes, recibió un correo certificado y cuando recogió el paquete, al día siguiente, comprobó que era su cartera, extraviada desde el jueves 16 de septiembre. Junto a ella, una nota: «He encontrado tu monedero cuando paseaba por la ruta del colesterol, a la altura de las pistas de deporte de Cenes. Nadie ha tocado nada de tus cosas o tus tarjetas, solo he tomado los 5€ para pagar el envío a la dirección de tu DNI».
La historia comenzó durante la celebración del cumpleaños de su hija, en Mascotario, una escuela infantil de equitación que también ofrece ocio al aire libre y la celebración de fiestas de cumpleaños. «Yo saqué el monedero, que lo llevaba en el bolsillo con dinero. Se lo di a mi marido para pagar y ya no recuerdo verlo más», relata Frasquet, quien asegura que entró y salió del recinto en coche. «Ahí hay algo que se me escapa a mí», recela, pues el lugar donde fue localizada la cartera se encuentra a unos seiscientos metros de la instalación donde ella la perdió de vista. «Eso es lo que a mí no me cuadra. No sé si alguien lo encontraría y lo llevó para allá, o se le caería. Esa parte es un poco extraña», conjetura.
En cualquier caso, al principio no le inquietaba en exceso la pérdida. «Yo soy un desastre de persona: mis cosas desaparecen, pero siempre aparecen. Entonces, yo no estaba preocupada por el monedero porque tenía que aparecer en algún sitio. También había visto que nadie lo había usado, por lo que dije 'estará en el coche, o en alguno de los bolsos, que los niños han jugado con ellos y ha desaparecido, o en la mochila del colegio… En algún sitio'», detalla. Al revisar sin éxito cada uno de los rincones en los que se podía encontrar, decidió llamar al lugar de la celebración, desde donde le dijeron «que allí no estaba». «Entonces, me llegó una carta, un aviso de estos certificados que ponía 'valor declarado'», reseña. María Frasquet se asustó, pensando que sería Hacienda quien llamaba a su puerta, pero no fue el caso.
«Tenía que ir a por el certificado, pero no podía porque no tenía el DNI. Estuve buscando una forma de obtenerlo y lo encontré en un email, porque se lo había enviado a una persona. Lo saqué y fue mi marido a por el paquete», prosigue la narración. Dicho correo era el monedero, con todo lo que recordaba en su interior: «El DNI, dos tarjetas de crédito que, además, son de contactless con las que puedes sacar 50€ sin preguntas, dos tarjetas sanitarias, un bonobús y 25€». Y la nota, escrita a mano en una hoja de libreta, en la que, además de explicar lo sucedido, el autor justifica la omisión de sus datos personales por no querer ningún tipo de agradecimiento. «Sé que, si tú te encontraras mi cartera, harías también lo posible para entregarla sana y salva», indica la carta, en la que el remitente desea a Frasquet «que llegue a tiempo -el monedero- y no sea una molestia tramitar todo de nuevo».
Datos del remitente
«No le he buscado, la verdad, porque, precisamente, lo que él pone en la carta es que no quería nada», argumenta María Frasquet, tras lo que añade que le agradece «mucho el gesto que ha tenido». No habla en masculino por casualidad o inercia. «Sé quién es, porque, a la hora de enviar un correo certificado, en el sobre pone el nombre. No he querido indagar más porque en la carta dice que no hacía falta», aclara. «Creo que a ese buen señor no le hace falta el agradecimiento. A mí me gusta mucho eso, porque sabe que yo haría igual y que ha hecho las cosas muy bien hechas. Yo me quedo con eso», abunda en la misma línea.
No obstante, la historia no quedará ahí. «Una de las cosas que voy a hacer es utilizar esa carta para hablar con mis alumnos. Tengo una tutoría de Tercero de ESO, que son chicos de unos 15 o 16 años, y me parece muy motivante poder utilizarla», avanza María Frasquet, quien no se considera protagonista de la historia. Ella cree en que un mundo mejor es posible y la persona que le devolvió la cartera intacta «lo ha demostrado con eso».
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