Empresas granadinas a contracorriente de la crisis
Esquinazo al virus ·
Mientras el tsunami del coronavirus vapuleaba a la mayoría de las empresas granadinas, otras pocas han logrado surfearlo y hacer negocioEn las crisis económicas, mientras la gran mayoría llora sin consuelo unos cuantos se dedican a vender pañuelos. Dónde unos ven crisis otros ven oportunidad. La idea que los gurús del 'coaching empresarial' acuñaron en el anterior crack financiero vuelve con fuerza en tiempos del coronavirus.
Mientras el estallido de la crisis dejaba un escenario empresarial marcado por historias de ruina, suspensiones de empleo y la carrera por los ICO... otras pocas han logrado pescar en el río revuelto y hacer negocio a contracorriente, bien porque se han reinventado por completo o bien porque pertenecen a sectores cuya actividad se disparó. En mitad del desastre económico general, a ellas les va bien pero no les gusta la etiqueta de 'ganadoras de la crisis', porque esta vez, con el coronavirus, todo el mundo ha perdido demasiado.
Grupo Trevenque
«La demanda para vender online se disparó un 70%»
En los terribles meses iniciales de la crisis, con Granada confinada, más de once mil empresas suspendían los empleos de sus trabajadores mediante un ERTE pero en Grupo Trevenque buscaban programadores y técnicos informáticos para ampliar su plantilla.
La empresa proporciona soluciones tecnológicas a otras compañías que en esta crisis han tenido que saltar al teletrabajo o preparar la venta online. Las peticiones de proyectos para comercio electrónico aumentaron un 70% en las semanas iniciales. «Las que estaban más preparadas, estaban cerca de iniciar la comercialización han dado el salto y en general les está yendo bien», explica el director general de Grupo Trevenque, José Fernando López.
Comercios tradicionales como floristerías, joyerías y hasta peluquerías se aferraron a la venta por internet como un salvavidas. «Los primeros días no dábamos abasto para cubrir la demanda y realizar proyectos en esta situación. Les pudimos montar lo más básico, pero los desarrollos específicos requieren un tiempo de programación», recuerda el director. López cuenta, por ejemplo, que de su mano varias librerías, sector en el que son especialistas, han aprovechado el momento para readaptar el negocio tradicional. «Para muchos que lo venían pensando esto ha sido el empujón. Otros están en la disyuntiva de lanzarse o no porque es una inversión alta para un negocio pequeño», esgrime. A estos últimos les aconseja que sí, que hagan la apuesta.
«El consumidor se ha visto forzado a probar algo que está viendo que tiene ventajas. Hay mucho comercio tradicional que está ofreciendo servicios por whatsapp y esa cultura ha venido para quedarse, con el tiempo tendrán que buscar sistemas más eficientes», esgrime el director general de la empresa.
Otra línea que ha disparado su demanda es la del teletrabajo, que Grupo Trevenque facilita a sus clientes, unas dos mil empresas, a través de su centro de datos. Esta crisis ha sido, en este sentido, un desafío para la propia empresa que tuvo que demostrar que lo que llevan años predicando funciona y enviar ellos mismos a sus 115 trabajadores a teletratabajar desde casa. «Teníamos la infraestructura y la experiencia, pero todos a la vez nunca lo habíamos hecho». El reto ha salido bien. Tener a la plantilla en casa ha beneficiado la productividad incluso en algunos perfiles. Por ejemplo, en el caso de los programadores, que dependen mucho de la concentración y la inspiración, que no siempre llega en la oficina.
Aunque tienen más demanda en teletrabajo y venta online, no a todos los servicios de la empresa les ha venido bien el coronavirus. La división de sistemas de gestión de empresas se está resintiendo por la incertidumbre de las compañías, que afrontan estos procesos de digitalización como inversiones a largo plazo y también la parte comercial ha tenido que reinventarse. «Les hemos convertido más que comerciales en asesores. Ahora están ayudando a las empresas que lo están pasando mal, formándolas y ya mañana nos comprarán», subraya López, consciente de que el que siembra recoge. «En estos momentos nos sentimos privilegiados por dedicarnos a infraestructuras de informática y sortear esta crisis», concluye.
Grupo Athisa
Refuerzos para las desinfecciones
En un momento en el que todos buscaban a los que más saben de limpieza y desinfección, a la granadina Athisa Medio Ambiente, que tiene el aval de 36 años de experiencia en el sector, se le multiplicó el trabajo. No han dado abasto desde que estalló esta crisis. La empresa que basa la mayor parte de su negocio en el sector público tiene que proteger desde las 750 estaciones de Renfe de toda España hasta las más diversas instalaciones propiedad de 680 ayuntamientos, comunidades autónomas o diputaciones. En Granada, por ejemplo, la limpieza de las instalaciones municipales pasó de ser semanal a diaria y se sumaron nuevos encargos como el pabellón Paquillo Fernández durante el tiempo en el que estuvo reconvertido en albergue.
La avalancha de trabajo ha supuesto todo un reto para esta empresa que ha ampliado la plantilla y tuvo que asumir nuevos servicios con las limitaciones del estado de alarma.
«Hemos sido afortunados porque como empresa de control de plagas teníamos más acceso a los equipos de protección. Aún así tuvimos que reinventarnos y fabricar nuestros propios Epis en los primeros momentos, mientras llegaban más, reorganizar protocolos...», rememora Manuel Bueno, director general de ATHISA.
La prioridad desde el primer momento fue dar garantías a sus 250 trabajadores que durante esta crisis han tenido «un comportamiento excepcional». «Tuvieron medios para protegerse desde el primer momento pero han trabajado en sitios críticos, estamos muy orgullosos de su respuesta», afirma. «Aunque primero se limpia y luego se desinfecta, en algunos casos donde había positivos entrábamos a desinfectar primero para tranquilizar al personal de limpieza», añade Bueno. En cuanto a sus clientes, las administraciones, según el director general, se han puesto las pilas con esta crisis y «han hecho un esfuerzo importante».
Y es que, en los últimos tiempos, desde la empresa habían detectado cierta relajación. «Las empresas infectocontagiosas estaban ahí, no son de otras épocas. Sin embargo antes del coronavirus la desinfección había bajado su presencia, mucha gente nos decía que nuestros protocolos eran excesivos... y mucha administración había dejado trabajos en manos de la limpieza», comenta.
«El coronavirus no es muy resistente, pero no lo mata cualquier producto», apunta Bueno, que reivindica la lejía y advierte que los equipos de ozono o de ultravioletas tienen sus limitaciones por lo que la empresa aconseja «utilizarlos cada uno en su sitio, con controles» y siempre bajo el criterio de los expertos.
«Más trabajo no siempre significa más beneficio, yo creo que esta crisis no le ha venido bien ni a nosotros ni a nadie, pero viendo el desastre que ha provocado en el país nosotros tenemos que estar agradecidos y ser responsables, somos unos privilegiados para encarar el futuro en este nuevo escenario», resume.
Ingenia Protección
De organizar eventos a fabricar mamparas, en cinco días
Cuando una empresa rusa les dejó colgado el primer stand por la suspensión del Mobile World Congress de Barcelona en el granadino Grupo Octopus le vieron las orejas al lobo. La fabricación de expositores para ferias, a través de Ingenia Stands y la organización integral de eventos a través de Visual Pro suponía el 80% de la facturación de este grupo empresarial con 57 empleados que además tiene una firma de impresión digital, otra de estampación textil...
Los 58 encargos de stands para exposiciones y eventos cayeron un castillo de naipes con la irrupción del coronavirus y en la empresa tuvieron que registrar un ERTE. Con los eventos suspendidos sine die llegaron a pensar que iban a ser carne de cañón.
Y como las desgracias no vienen solas, al golpe de su empresa se le unió el peor trance personal para el director general, Melesio Peña. En apenas un mes, por culpa de un cáncer fulminante, perdía a su padre. A este empresario vocacional, que fundó primera empresa con 18 años y tres días y también fue el presidente más joven de AJE en España, no le tienen que contar eso de que la vida te puede cambiar en un momento. Melesio enterraba a su padre el 18 de marzo, con el doble dolor de los velatorios en soledad y sin abrazos, pero no se permitió ni 24 horas más para llorar.
Volvió a su empresa el 19, reunió al personal cual consejo de guerra e hizo dos equipos, uno para solucionar lo inmediato (cobros, tesorería, liquidez..) y otro para inventar el futuro. ¿Qué podemos aportar a la sociedad que nos de beneficios?La respuesta a la pregunta que se plantearon fue soluciones de protección contra el coronavirus. Y así, en cinco días, Melesio Peña reconvirtió su empresa. Donde antes fabricaban stands para eventos, comenzaron a hacer mamparas de metacrilato para proteger a las empresas, separadores, bandas.. Los patronistas de la división de impresión textil se pusieron a diseñar batas y mascarillas, los infógrafos a hacer una web para vender todas las referencias...
«Esta crisis ha reventado los cimientos de muchas cosas, nosotros teníamos el material, la maquinaria y gracias a un equipo multidisciplinar de profesionales hemos sido capaces de crear una empresa desde cero», cuenta el empresario orgulloso. Eso y que «con hambre se piensa mejor», que dice un amigo suyo de Santa Fe.
La reconversión ha sido un éxito y la nueva 'Ingenia Protección' no da abasto con la fabricación de material de seguridad, aunque el camino no ha estado exento de dificultades. El metacrilato se agotó y tuvieron que aprender a importar, los clientes lo necesitaban todo para ayer... pero el equipo se ha ido superando y ha conseguido que gigantes como Mercadona, Ferrovial o Repsol confiaran en ellos sus soluciones de seguridad. También hubo de avalancha de peticiones de los pequeños cuando pudieron abrirse las peluquerías o los centros de estética.
«Ha primado la rapidez para conseguir recursos y gestionar ese estrés es complejo pero me daba mucha fuerza ver cómo empujaban todos, sabiendo también lo que yo estaba pasando a nivel personal...», apunta el jefe. Esa ilusión del equipo y que los números vayan acompañando están siendo la mejor recompensa.
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