Los embalses de Granada, un 45% por debajo de valores habituales
El pantano de Colomera es el que está en peor situación, a apenas un 10% de su capacidad, mientras el de El Portillo pierde la mitad de su agua en solo un año
La prolongada sequía y el incremento de las temperaturas, que han traído a Granada una situación que recuerda más bien al final de la primavera y el comienzo del verano a comienzos del mes de abril, se dejan notar también con claridad en las cifras de agua embalsada en la provincia, que continúan en descenso pese a los esfuerzos de las administraciones de las cuencas fluviales por contener el vaciamiento.
Los pantanos granadinos se sitúan esta semana, en términos promediados, al 32,91% de su capacidad, según las cifras del portal Embalses.net. El dato es un 45% inferior a la media del agua almacenada en los mismos a lo largo de la última década, lo que da una idea de la gravedad de un episodio de falta de precipitaciones y altas temperaturas que puede trazarse hasta 2018.
Las cifras medias, sin embargo, no cuentan la historia completa. Las diferencias son muy significativas entre algunos de los embalses, como los que abastecen a la capital y municipios del Área Metropolitana, sometidos a mayor control y con reservas de agua garantizadas para el consumo humano, y otros que han visto mermar la cantidad de agua que embalsan de manera muy significativa. Así ocurre, por ejemplo, con el embalse de El Portillo, construido sobre el río Castril y situado en este mismo municipio. Allí, el agua almacenada hoy es la mitad que hace un año.
De hecho, solo cuatro de los once embalses de la provincia presentaron en la semana del 10 de abril de 2023 mejores datos que en el mismo período de 2022, y eso con medidas de restricción y control del desembalse en marcha. Se trata de los de Canales y Quéntar, en el caso de los que gestiona la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), a los que se suman los de Rules y Béznar, que pertenecen a las cuencas Mediterráneas Andaluzas.
La tendencia no es muy diferente, si acaso incluso peor, si la comparación se realiza con las cifras promediadas de la década inmediatamente anterior. Solo el pantano de Canales, uno de los que abastece a la ciudad de Granada, supera en este momento ese valor.
Colomera, al 10%
El embalse de Colomera, situado en el término municipal del mismo nombre, es el que continúa mostrando el dato más preocupante, con apenas un 10% de su capacidad en agua embalsada, un tercio menos que hace solamente doce meses. Por el lado contrario, los de Quéntar, Béznar y Canales muestran los datos más positivos. Los dos primeros, de hecho, superan los tres cuartos de su capacidad de almacenaje.
El del pantano de Los Bermejales, el primero de cemento que se construyó en la provicia granadina, en la localidad de Arenas del Rey, es otro de los casos más preocupantes a la vista de los datos del último año, solo por detrás de la tendencia que muestra el de El Portillo. Hoy tiene un 74% de agua embalsada menos que el promedio de la última década, una cifra solo superada por el de Colomera, donde el desplome roza los 84 puntos porcentuales.
Una caída pronunciada
Lo cierto es que la cota actual de agua embalsada media en Granada, que no llega al 40% de su capacidad total, ha sufrido un descenso importante en apenas un par de meses, de acuerdo con los datos de los sistemas de información hidrográfica de las dos cuencas que mantienen estas infraestructuras en la provincia. Hasta febrero, por ejemplo, la cifra se quedaba en el 45,2%, prácticamente dos puntos por encima de la media del conjunto de 2022. Desde entonces hasta el 32,91% actual, la caída supera el diez por ciento en términos absolutos.
El análisis de la serie histórica da una idea de lo preocupante de estos resultados. Hasta el año 2015, según estas mismas fuentes, era habitual que esta cota rozase o incluso superase con claridad el 70%. El dato de hoy es menos de la mitad de este.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
