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Don Arsacio Peña, en su casa, con su hijo Rafael. RAMóN L. PéREZ
El doctor don Arsacio Peña cumple 108 años sin un dolor

El doctor don Arsacio Peña cumple 108 años sin un dolor

El médico vallisoletano llegó a Granada en 1953, impartió clases en la UGR durante treinta años y estuvo en la inauguración de la Facultad de la avenida de Madrid y del viejo Clínico

Andrea G. Parra

Granada

Sábado, 26 de marzo 2022, 00:04

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«No me encuentro enfermo. No tomo medicinas para vivir más». Las frases las pronuncia el médico don Arsacio Peña Yánez. Sin dolencias y con 108 años. Nació el 2 de marzo de 1914. Cuenta su estado de salud con su traje, impoluto, sentado más derecho que cualquier adolescente. Ríe cuando su hijo pequeño, Rafael, y su nuera, la también médico Cristina Caffarena, le hacen un comentario que le alegra. Don Arsacio ha cumplido nada más y nada menos que 108 años, más de un siglo de vida en el que la Medicina que ha sido su profesión ha evolucionado mucho. Y ya avisa –los ojos se le iluminaban– que va a por los 110.

El médico que marcó escuela en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada (UGR) y atendió a cientos de granadinos ha dado una nueva vuelta al sol. Don Arsacio cuenta con discípulos en generaciones muy diversas. Él se acuerda aún de su primer maestro en esto de la Medicina, el profesor Bañuelos, que invitaba a su casa a los mejores alumnos, de cinco a seis de la tarde. Por supuesto, él estaba allí a principios del siglo pasado, pero pronuncia el nombre como si hubieran pasado cinco años. Lo hace en este marzo de 2022, al lado de un ventanal desde donde cada día ve la Sierra.

–¿Cómo es cumplir 108 años?

–Yo me encuentro bien. Estoy perdiendo memoria y fuerza muscular, como corresponde al deterioro de la edad. No tomo ninguna medicina. Como de todo. Desde hace algunos años no salgo de casa y me muevo con el andador. Me distraigo por las mañanas leyendo un periódico económico todos los días y por la tarde veo la televisión y el teletexto para ver la evolución de la bolsa y las noticias de actualidad.

Lo del andador lo demuestra durante el reportaje. Le pide al fotógrafo que vaya con el andador y su hijo y su nuera, que le ayudan a levantarse, le tienen que decir que un poco más despacio. A esas pautas hay que sumar que duerme muy bien. Sigue, además, cada día los mismos horarios en sus comidas.

La historia de don Arsacio es singular y única. No le gustó nunca la popularidad. Lo suyo era el trabajo y, como las hormiguitas, juntar para los suyos. Su esposa murió con 101 años en 2017. Tuvo tres hijos. Dos ya han fallecido y el pequeño vino de Madrid, donde reside, el día de este reportaje. De su hijo mayor tiene cuatro nietos y cinco biznietos; del mediano, un nieto y dos biznietas; y del pequeño, un nieto. En total tres hijos, seis nietos y siete biznietos.

Lo suyo con la edad, asegura, es genético y no haber fumado ni bebido. Deporte no ha hecho. Solo caminar, cuando podía, y a gran velocidad. La madre de don Arsacio murió cumplidos los 94. Y su hermano mayor, con 100. Los demás miembros de la familia, entre los 70 y los 85 años.

Arsacio Peña Yánez, al que se le ilumina la cara cuando su nuera pronuncia los nombres de sus biznietos, nació en Langayo, provincia de Valladolid. Realizó sus estudios en la Facultad de Medicina de aquella ciudad. Hizo la tesis durante la Guerra Civil, que pasó en un hospital.

Después dio clases como profesor auxiliar de Patología y Clínica Médica en su provincia natal y más tarde en Madrid, de la misma asignatura. En 1944 sacó la cátedra y pasó como catedrático a la Facultad de Cádiz, donde estuvo nueve años. También fue contratado en la Universidad de Paraguay durante un año.

A Granada llegó en 1953. Dio clases en la Universidad granadina, en Medicina, durante unos 30 años (1953-1984). Ya jubilado impartió clases como profesor emérito a los estudiantes del doctorado –en una ocasión, a uno de sus nietos– con un curso monográfico. «Me quedé en Granada porque, cuando tuve la oportunidad de cambiar ya tenía todo lo que necesitaba aquí, y no quería empezar de nuevo», explica.

Don Arsacio es toda una institución de la Medicina en Granada. Cuando llegó, la facultad y el hospital estaban en el Hospital San Juan de Dios. Al inaugurarse el Hospital Clínico (el antiguo) y la Facultad de Medicina (la de la avenida de Madrid) allí se trasladó. También tuvo consulta privada. Muchos de los galenos que se formaron con don Arsacio se beneficiaron de una práctica que aprendió en Paraguay. «Cuando fui a aquel país era habitual llevar a los enfermos a clase y cuando llegué a Granada empecé con ese método. A los estudiantes les gustaba y aprendían mucho, de manera que cuando me llevaba un paciente a clase se llenaba el aula. Hoy en día no se podría», explicaba a su nuera.

La Medicina ha evolucionado mucho en más de este siglo de historia. Ha visto de todo. Lo que más le ha llamado la atención a don Arsacio ha sido el desarrollo de los estudios genéticos y de los mecanismos del envejecimiento.

A los jóvenes que se están formando ahora en las facultades de Medicina les recomienda –no le han gustado nunca los consejos– que «hay que saber idiomas y sobre todo el inglés y, aún más importante, que para conseguir lo que uno se propone en la vida hay que trabajar mucho y esforzarse. Soy partidario de la cultura del esfuerzo. Hay que seguir formándose cada uno por su cuenta, leyendo revistas y publicaciones. La formación no acaba con la carrera. Lógicamente, nunca hay que olvidar que el fin del médico es cuidar y tratar a sus pacientes de la mejor forma posible».

Don Arsacio siempre siguió estas pautas hasta que la edad se lo permitió. «La última vez que le vi leyendo libros y revistas fue a los 100 años, cuando preparó la lección magistral sobre la vejez en el acto homenaje que le hizo la Facultad de Medicina –explica su nuera–. Hoy solo lee el periódico y está al día de la actualidad, por el teletexto y los telediarios». Sonríen su nuera y su hijo al comentar que será de los únicos de España que aún sigue mirando y utilizando el teletexto.

Don Arsacio, que está al tanto de la actualidad, está viendo una nueva guerra. Son varias las que ha vivido y sobrevivido. Nació el 2 de marzo de 1914 y la I Guerra Mundial estalló el día 28 de julio del mismo año. Después llegó la Guerra Civil y la II Guerra Mundial. Sin olvidar los otros conflictos bélicos que ha habido en todo el mundo, el último la invasión de Ucrania por parte de Rusia. En el trayecto de su historia vital está la de grandes conflictos y también la de grandes descubrimientos en la Medicina, su pasión.

Entre tanto, el médico don Arsacio, que ha sido siempre una persona serena, que no se ha alterado, sigue viendo la vida pasar desde su ventana. Lo hace en su casa, en Granada. Aunque nació en Langayo, la ciudad de la Alhambra es su hogar. Seguirán sumando días, meses, años… y el cariño de los suyos y alguno de los dulces que tanto le gustan. Seguirá comiendo dulces si puede –y le dejan– todos los días.

«Feliz cumpleaños y feliz vida, don Arsacio. Hasta los 109», le decimos al despedirnos. Y cuando vamos por el pasillo camino a la puerta del piso, se le escucha decirle a su hijo: «110».

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