Borrar
Calle Puerto Príncipe en Ventas de Zafarraya, lugar donde se produjo el doble asesinato en 1912. Ariel C. Rojas
Crónica negra de verano

'El crimen de las pesetas' en Ventas de Zafarraya que quedó sin condenados

El juez de la localidad y su esposa fueron hallados sin vida en el recibidor de su casa el 1 de julio de 1912; un montón de monedas tiradas en el suelo y el testimonio de una vecina serían claves en el caso

Sandra Palacios

Granada

Viernes, 29 de agosto 2025, 23:16

Comenta

El conocido como 'El crimen de las pesetas' fue un doble asesinato rodeado de misterio que parecía que nunca sería resuelto; y, quizás, el desenlace del mismo así lo establezca. Era 1912, verano, uno especialmente caluroso, en un pueblo de la provincia de Granada, Ventas de Zafarraya. El 1 de julio, la localidad quedó impactada tras la muerte del juez municipal de la localidad y su esposa, y las incógnitas en torno al caso se prolongaron durante años.

Emilio J. d. C. y María L. O. C. fueron hallados sin vida en el recibidor de su domicilio en la calle de Puerto Príncipe de Ventas de Zafarraya. El 1 de julio de 1912, el hijo del matrimonio fue a casa de sus padres y los llamó en repetidas ocasiones, a viva voz y golpeando la puerta. Al no obtener ninguna respuesta, pensó que podrían haber sufrido algún percance y denunció lo que ocurría al magistrado suplemente de aquel momento. Este dio aviso al juez de instrucción de Alhama, que acudió de inmediato al lugar y dictó una orden para poder acceder a la vivienda.

Cuando abrieron la puerta, se encontraron al juez y a su esposa, sin vida, sobre un gran charco de sangre con heridas de arma blanca. Las autoridades sospecharon desde el primer momento que no se trataba de un robo, sino de la intención de hacer desaparecer algún documento de interés, pues los cuerpos de las víctimas estaban rodeados de un montón de monedas tiradas por el suelo que ascendían a la cantidad de 735 pesetas. Este detalle hizo que el doble asesinato se diera a conocer en los medios como 'El crimen de las pesetas'.

La casa fue comprobada y el mobiliario seguía en perfectas condiciones, sin signos de violencia. Además, fueron halladas otras 3.765 pesetas en billetes, 828 en plata y algo de calderilla. Estas particularidades llevaron a los investigadores por el camino equivocado, siguiendo pesquisas que no se correspondían con lo que sucedió en realidad. Así, después de tomar declaración a multitud de personas, se decretó el ingreso en prisión para el hijo de las víctimas y una vecina con la que no mantenían una buena relación. Ambos aseguraron ser inocentes, algo que más tarde se demostró y llevó a la salida de los dos de la cárcel.

Pasaron tres años hasta que el caso tomó un nuevo rumbo. Ya estaba dado por perdido, pero un agente de la Guardia Civil tuvo conocimiento de que la vecina que vivía enfrente de la casa del juez sabía algo sobre el asesinato. La mujer no quería hablar por miedo a represalias. Sin embargo, este dato también llegó a oídos de los agresores, que comenzaron a amenazarla. De este modo, los investigadores pudieron detener a los presuntos culpables.

Ejecución del crimen

Siete personas participaron en el asesinato del juez y su esposa. Esa tarde del 1 de julio, cinco hombres estuvieron bebiendo en diferentes tabernas de la localidad y compartieron su poca simpatía por el juez y sus deseos de verlo muerto. Dos de ellos estaban pendientes de un pleito que pronto sería resuelto en el juzgado y pidieron a los otros tres que entraran en la casa de Emilio J. d. C. para quitarle unos papeles de suma importancia en el litigio a cambio de dinero.

Para llevar a cabo el plan buscaron la ayuda de otros dos hombres que contaban con la confianza del magistrado, pero tampoco era del agrado de ninguno. De este modo, en torno a las diez y media de la noche, fueron al domicilio y lo amenazaron de muerte. A la discusión se sumó la esposa, y ambos fueron acuchillados mortalmente por los agresores.

La vecina de enfrente pudo oír desde la calle el preciso momento en el que los presuntos asesinos pidieron al juez los papeles que buscaban y una cantidad de dinero determinada. Las víctimas suplicaron por su vida a los agresores y pronunciaron varios de sus nombres. Justo después, la mujer sintió el sonido de un cuerpo contra el suelo y numerosas monedas rodando por el mismo; era el dinero que del Castillo iba a entregar a sus atacantes para intentar salvar su vida y la de su mujer.

Carmen, así se llamaba esta vecina, huyó a su casa aterrorizada y guardó silencio durante tres años. Hasta que vio que era su vida la que también corría peligro después de que los implicados visitaran en repetidas ocasiones su casa. El caso pudo reabrirse gracias a su testimonio.

Sin condenados

El proceso judicial contra los siete implicados en el doble asesinato del juez y su esposa comenzó el 2 de octubre de 1916 en la Audiencia Provincial de Granada. La expectación era enorme, ya que pedían para los acusados la pena de muerte y el caso estuvo durante años rodeado del más absoluto misterio.

La vista oral se prolongó durante 10 días y fueron llamados a declarar 120 personas en calidad de testigos. Los hechos fueron calificados como asesinato con alevosía para tres de los imputados; dos se consideraron responsables directos por inducción; y los otros dos fueron acusados de cooperación necesaria.

Finalmente, el jurado exculpó a los siete imputados por falta de pruebas y el Supremo ratificó la sentencia. No obstante, los vecinos de Ventas de Zafarraya siempre tuvieron la convicción de que los culpables fueron los hombres que habían sido procesados. Aun así, 'El crimen de las pesetas' quedó sin resolver y nadie fue condenado por el doble asesinato en la calle de Puerto Príncipe.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal 'El crimen de las pesetas' en Ventas de Zafarraya que quedó sin condenados

'El crimen de las pesetas' en Ventas de Zafarraya que quedó sin condenados