Borrar
Piscina y amplios jardines en la residencia de verano de los reyes de Bélgica Javier Martín

Dentro de Villa Astrida: la casa de los reyes de Bélgica en la playa de Motril

La casa de los reyes belgas resucita con un museo y su apertura como espacio de celebración de eventos

MJ Arrebola

Domingo, 23 de junio 2024

Comenta

Enclavada en el corazón de la Costa Tropical, Villa Astrida resurge con una vida más consolidada. Esta residencia, que fue el refugio veraniego del rey Balduino de Bélgica y la reina Fabiola, no solo conserva la memoria de los monarcas, sino que también abre sus puertas al presente con novedades. La fundación INEIS, que gestiona la casa y el legado de los reyes, pone a disposición el palacete para la celebración de eventos, retiros espirituales y encuentros familiares.

La fundación ha conservado esta casa como un lugar perfecto para vivir el presente y que es de gran interés por su conexión con el rey belga, quien murió en ella en el año 1993. Desde su apertura al público el año pasado, este lugar ha atraído a numerosos visitantes interesados en conocer la historia del monarca y su esposa.

La villa cuenta con un memorial que permite a los turistas conocer más sobre la vida y el legado de Balduino. Este lugar destaca por su valor histórico y su relevancia espiritual, ya que el rey era conocido por su profunda fe cristiana. Recientemente se conmemoró el 30 aniversario de su fallecimiento con una serie de eventos, incluyendo una misa y una ceremonia en la que participaron figuras como el rey Felipe VI de España y el arzobispo de Granada.

Ahora esta residencia real presta distintos servicios para convertirse en un destino que combine turismo, negocios y eventos familiares. Sus amplios jardines son el lugar ideal para eventos corporativos. Las empresas pueden realizar en la villa conferencias, seminarios y reuniones ejecutivas, aprovechando su ambiente exclusivo y sus instalaciones elegantes.

Imagen principal - Dentro de Villa Astrida: la casa de los reyes de Bélgica en la playa de Motril
Imagen secundaria 1 - Dentro de Villa Astrida: la casa de los reyes de Bélgica en la playa de Motril
Imagen secundaria 2 - Dentro de Villa Astrida: la casa de los reyes de Bélgica en la playa de Motril

Además, para los amantes de la historia y la cultura, Isabel Ferrer, gerente de la villa ha querido destacar que se realizan visitas turísticas guiadas en español, inglés y francés. Con ellas los turistas pueden explorar, de martes a sábado, las magníficas estancias y jardines de la casa, mientras aprenden sobre la vida y legado del rey Balduino y la reina Fabiola. Por otra parte, también se encuentra disponible para la celebración de comidas familiares. Ya sea un almuerzo de fin de semana o una celebración especial, las familias pueden disfrutar de una comida en un entorno único de la costa motrileña.

Devoción y compromiso

El reinado de Balduino, que duró 42 años, estuvo marcado por su profunda creencia en Dios. Era muy católico, de rezo diario. En 1960, se casó con Fabiola de Mora y Aragón, una aristócrata española también muy religiosa. Aunque no tuvieron hijos, tenían muchos sobrinos que le daban vida a la casa todos los veranos.

El rey Balduino destacaba entre otros reyes por su compasión hacia el prójimo y su cercanía al pueblo belga. Durante su reinado, se mostró siempre accesible y preocupado por las necesidades de su país.

La biblioteca de los reyes y los libros con sus anotaciones, amplios jardines y patios decorados sin ostentosidad

Uno de los aspectos más destacados mientras estuvo en la corona fue su interés y preocupación por los jóvenes. Además, creía firmemente en su importancia para el futuro de Bélgica. Por eso, apoyó numerosas iniciativas destinadas a mejorar la educación y las oportunidades para los jóvenes.

También participó en eventos y se reunía frecuentemente con jóvenes para escuchar sus preocupaciones y aspiraciones. Este compromiso con la juventud no solo lo hizo muy popular, sino que también dejó un legado duradero en la sociedad belga. Yolanda Mira, trabajadora de la villa, destaca el buen hacer del monarca hacia todos los ciudadanos. «El rey trabajaba para las personas, no para el país», dice.

Esta sexitana tuvo «la suerte» de conocer de muy cerca a la familia real. «Empecé a trabajar en la villa cuando era una niña», explica. «Los reyes no tuvieron hijos pero sí tenían muchos sobrinos que pasaban sus vacaciones en Motril, cuidaba a los niños para que no les faltase nada», enfatiza.

Un refugio real

La villa fue diseñada para ser un lugar de 'relax' durante los meses de verano, para el Rey Balduino y su esposa. Situada en Playa Granada y con vistas al mar y a Sierra Nevada, cuenta con jardines espectaculares que lo convierten en un tesoro cultural e histórico. Sin embargo, permaneció cerrada décadas tras la muerte de los reyes.

El último día de cada mes se celebra una misa en el patio en honor al rey Balduino

Fue construida a mediados del siglo XX y como curiosidad, debe su nombre a la princesa Astrid de Bélgica, madre del rey. En la vivienda se refleja un estilo muy marcado: el estilo 'granaíno' que se puede observar en las distintas estancias. Nada ostentoso, la villa perteneció a la realeza pero se distingue por su sobriedad.

La cerámica de fajalauza en sus escaleras, la madera taracea en sus espejos o las cortinas de la Alpujarra destacan la gran variedad de elementos de la ciudad que contiene esta casa.

Un sitio y una historia única

Una de las estancias más importantes es la capilla, lugar de oración del rey. En el pasillo central de la casa se celebraba una misa todos los días a las 10 de la mañana con todo el personal. Con las buenas temperaturas de mayo, se trasladaban al patio interior donde cada domingo un padre agustino celebraba la eucaristía junto a los sirvientes y anfitriones.

Ahora, 31 años después de su muerte, para seguir con esta tradición, el último día de cada mes se celebra la misa en el patio para mantener viva la memoria del Rey. Esta estancia también es muy 'granaína', se trata de un lugar blanco con columnas lisas en el que se encuentra una fuente central y un gran azulejo con motivos nazaríes.

Asimismo, destacan también sus amplios jardines y su espacioso despacho, donde se encuentra una extensa biblioteca llena de libros que habitualmente leía la pareja. La reina fechaba cada libro que leía y añadía una anotación. El rey, por su parte, apuntaba todas sus vivencias en un diario.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Dentro de Villa Astrida: la casa de los reyes de Bélgica en la playa de Motril