Costa de Granada

El espigón devolverá a Motril el ancho de playa que tenía hace más de 40 años

Playa Granada estará protegida de los temporales después de dos décadas. El Gobierno ha licitado esta semana las obras del espigón que recuperarán el litoral motrileño y frenará su regresión para devolverle al municipio unas playas similares a las que tenía hace cuarenta años, antes de que la creación del embalse de Rules frenara la llegada de sedimentos a la orilla.

El espigón no solo hará que Playa Granada aguante mejor los envites de las borrascas, ocasionará que el arenal se amplíe. Este proyecto de 1.500 folios, que se empezó a redactar en enero de 2019, ha analizado meticulosamente el estado de Playa Granada, planeando hasta siete alternativas distintas de actuación. IDEAL desgrana el plan de protección que ha desarrollado y escogido el Ministerio de Transición Ecológica.

El frente litoral comprendido entre el Puerto de Motril y la desembocadura del río Guadalfeo, en el límite con Salobreña, ha sufrido variaciones significativas a lo largo de su historia vinculadas a la actividad humana, que han afectado a la propia evolución natural de la ribera. La urbanización de las playas en la década de los Setenta y Ochenta provocaron, además de la ocupación de terrenos que antes formaban parte del arenal, la destrucción de dunas. Este fue el punto de partida para la desprotección, al igual que la ampliación del puerto de Motril y su dique a finales de los años Noventa, que ha favorecido que en la Playa de Poniente se acumule mucha arena, cambiando su dinámica. Como colofón final al cambio de las playas, la construcción de la presa de Rules y su puesta en marcha en el año 2003, hizo que en casi toda la comarca se dejaran de renovar los aportes de árido y sedimentos. A día de hoy, la línea de costa se encuentra muy por detrás de la existente en años anteriores y mengua con el oleaje.

Todos estos factores unidos a la dinámica litoral propia de las playas de Motril y la presencia del Delta del río Guadalfeo, ha favorecido la erosión de Playa Granada, con una pérdida generalizada de sedimento en favor de las playas de Poniente y El Cable. La arena que le falta a una, le sobra a otras playas de Motril. Por eso a los bañistas se le hace largo el camino hasta el agua en las riberas motrileñas en algunas zonas. Gracias a batimetrías, estudios cartográficos y ortofotos de diferentes instituciones científicas y administraciones, el Ministerio ha podido determinar que cada año se produce un traspaso de hasta 45.000 metros cúbicos de arena entre playas.

Con la comparativa de las líneas de costa, que datan desde 1957 hasta nuestros días, se ha constatado que se ha perdido hasta 132 metros de arenal en Playa Granada, mientras que Playa de Poniente ha avanzado hasta 115 metros. Para su solución definitiva y recuperar el ancho de Costa que Motril tenía hace cuarenta años, además de un espigón se harán aportes de arena que equilibren las playas. La futura línea de costa, Poniente y El Cable, será similar a la línea de costa histórica del año 1981, cuando aún no estaba construida la presa de Rules.

De todas las opciones planteadas, la más efectiva para corregir la playa es la construcción de un solo espigón perpendicular a la costa y de unos 247 metros de longitud. La defensa se adentrará en el mar 178,76 metros y se curvará hacia un lado, el lado de poniente con un radio de 75 metros. La infraestructura dificultará así la pérdida de arena.

El Ministerio ha diseñado la playa seca resultante de la regeneración de Playa Granada con un ancho próximo a 200 metros en la zona de levante, es decir junto al espigón que estará en la Punta del Santo, en el 'puentecillo' de madera, mientras que en el otro extremo, justo en el límite municipal con Salobreña, el ancho será casi nulo. La longitud total que quedará regenerada es de unos 1.360 metros de los 1.800 metros que tiene la playa.

Para ampliar Playa Granada se van a verter 711.362 metros cúbicos de tierra que se trasladarán de Playa de Poniente y Playa del Cable. El resto de arena necesaria se recogerá de la rambla de Molvízar. El sedimento será tratado, clasificado y lavado para prevenir impacto ambiental en el fondo marino.

El uso de las playas por bañistas y visitantes quedará limitado durante la ejecución de las obras. El proyecto ha tenido en cuenta el cambio climático, ya que «es innegable» la subida del nivel del mar, que alcanza los 1,5 milímetros al año por el calentamiento global. La crisis climática hará que los temporales sigan aumentando y de ahí la necesidad de actuar con premura en Playa Granada para ralentizar esa erosión.

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