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Las cicatrices del intrusismo en medicina estética

Las cicatrices del intrusismo en medicina estética

El negocio vive un boom mientras los médicos advierten de prácticas ilegales que ponen en riesgo la salud

Viernes, 18 de abril 2025, 00:51

Sandra Carmona es una granadina muy popular en redes sociales. Su cuenta de Tiktok tiene más de 28.000 seguidores y alguno de sus vídeos se han hecho virales y superan el millón de reproducciones. Es guapa y coqueta y por eso hace apenas un mes aceptó una colaboración que le ofreció un centro de estética.

«Se pusieron en contacto conmigo para hacerme un CO2», explica Sandra. «Yo no sabía que eso tenía que hacerlo un médico. Ahora lo sé». Durante la sesión, notó que el cuello le ardía intensamente. «No dejé que lo terminara. Me levanté inmediatamente. He pasado mucho dolor porque son quemaduras. He estado diez días sin dormir, sin comer. Sentía como un corazón latiendo en mi cara». Explica a IDEAL al otro lado del teléfono.

El láser de CO2 se utiliza para tratar arrugas, cicatrices o manchas profundas en la piel. Según la doctora Ana Maldonado, especialista en medicina estética y responsable de la clínica que lleva su nombre en el PTS, «no es un tratamiento cosmético, sino un procedimiento médico que requiere diagnóstico individual y experiencia clínica para evitar complicaciones».

«El problema que tenemos es que estos pacientes no denuncian»

Ana Maldonado

Médica estética

En el caso de Sandra es una dolorosa lección sobre los riesgos del intrusismo en este sector. Estos días se cura en su casa. Apenas sale y cuando lo hace se esconde de los rayos solares con un paraguas, gorra, pañuelo y mascarilla. Ha visitado a cuatro dermatólogos y médicos estéticos que le han asegurado que su piel se regenerará. Mientras tanto, sus seguidores en TikTok le ofrecen consuelo. Ella ha compartido su experiencia con un vídeo impactante de su rostro tras el tratamiento, con un mensaje rotundo: «No lo hagáis en estéticas, solo con médicos profesionales».

Daños en el rostro de Sandra tras hacerse un tratamiento

Daños en el rostro de Sandra tras hacerse un tratamiento

Daños en el rostro de Sandra tras hacerse un tratamiento

La de Sandra no es una situación aislada. El auge de la medicina estética, alimentada por redes sociales y la percepción de que ya no es un lujo inalcanzable, ha hecho que cada vez más personas se sometan a estos procedimientos. Según se desprende del último informe de la Sociedad Española de Medicina y Estética (SEME), el 47% de los españoles se ha realizado alguna intervención estética en su vida. Los tratamientos más demandados son los rellenos con ácido hialurónico, tratamientos de luz pulsada para tratar problemas de la piel y la toxina botulínica.

Pero con la demanda ha crecido también el intrusismo. Según datos de la SEME publicados en febrero de 2025, el 65% de estos tratamientos se han realizado por profesionales no cualificados y el 20% se han realizado en lugares no regulados. Personas sin formación médica, como esteticistas que ofrecen tratamientos en casas particulares, hoteles y salones de belleza, ambientes no clínicos que dan un aire de fiesta de amigos a pincharse bótox. Pero también enfermeros y odontólogos, personal sanitario que carece de las certificaciones adecuadas.«El problema es que quien no tiene formación médica no puede prevenir ni tratar las complicaciones que pueden surgir», advierte el doctor Francisco Morales, presidente de la Asociación de Medicina Estética de Granada (AMEG).

Una normativa andaluza pionera en España

La AMEG nació en 2003 como una sección dentro del Colegio de Médicos de Granada para defender el ejercicio ético de la especialidad. Hace un año, crearon una comisión contra el intrusismo que ya ha presentado denuncias ante la Delegación de Salud y los juzgados. «Estamos colaborando con Sanidad y con el Colegio de Médicos», confirma el doctor Morales. «Detectamos los casos gracias a los pacientes que llegan a nuestras consultas con complicaciones, y por la publicidad engañosa en redes sociales». «El problema que tenemos es que estos pacientes no denuncian», apunta Maldonado, «a veces por vergüenza». Otras veces porque no les ha ocurrido nada malo en el momento de hacerse el tratamiento, porque hay efectos secundarios que dan la cara tiempo después.

¿Dónde se hacen los tratamientos de estética?

0%

28 %

en peluquerías y tratamientos a domicilio

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Fuente: Informe de la Sociedad Española de Medicina Estética ‘Percepción y uso de la Medicina Estética en España 2023’

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Fuente: Informe de la Sociedad Española de Medicina Estética ‘Percepción y uso de la Medicina Estética en España 2023’

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Fuente: Informe de la Sociedad Española de Medicina Estética ‘Percepción y uso de la Medicina Estética en España 2023’

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en peluquerías y tratamientos a domicilio

Fuente: Informe de la Sociedad Española de Medicina Estética ‘Percepción y uso de la Medicina Estética en España 2023’

En abril de 2024 Andalucía aprobó una orden de la consejería de Salud y Consumo que regula el funcionamiento de la unidad asistencial de Medicina Estética. Entre otros requisito solo los médicos con formación específica pueden ejercer legalmente esta especialidad. Las clínicas deben contar con supervisión de un doctor especializado en medicina estética durante todo su horario y disponer del sello sanitario U-48, la licencia sanitaria que identifica a la clínica como centro autorizado, y de la U-84 para el control de medicamentos. Los centros tenían el plazo de un año para cumplir con estos requisitos, plazo que ha concluído este mismo mes. Esta comunidad autónoma ha sido pionera en regular esta práctica.

«Había una falsa doctora que tenía una clínica y que ni siquiera era médica»

Francisco Morales

Médico estético

«En Granada hemos detectado 30 centros no legales que realizan prácticas de medicina estética», apunta Francisco Morales. Han conseguido que cierren dos. «Había una falsa doctora que tenía una clínica y que ni siquiera era médica y otro es un centro de estética de una calle muy céntrica de la capital». Un centro muy conocido que se publicitaba en redes sociales al que acudía un médico no autorizado y sin los requisitos exigidos por sanidad. En Granada hay unas cincuenta clínicas que sí cuentan con todos los requisitos para realizar este tipo de prácticas.

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