Los belenes que resisten a la pandemia en Granada

La navidad es sinónimo en Granada de devoción, de villancicos, de dulces de las monjas, de calles engalanadas... y de belenes. Pocas ciudades hay en España con una tradición tan arraigada como Granada –los expertos apuntan como inicio a finales del siglo XVI–. Y en estas pascuas raras de la pandemia, tampoco faltarán. El número de instalaciones belenísticas que se podrán visitar (cofradías, iglesias, comercios...) se ha reducido a la mitad respecto al año pasado pero, según las estimaciones que realiza la Asociación Granadina de Amigos del Belén, los domicilios particulares sí se seguirán llenando de nacimientos, pastorcillos, aldeanos, camellos y demás –al menos, ésa es la previsión a tenor del número de inscripciones en el concurso que organiza la Asociación–.

Pero centrémonos en los primeros. Los que tienen carácter público. Este 2020 habrá importantes ausencias, como el belén de la Casa de los Pisa, por el que todos los años pasan miles de familias. ¿Por qué? Pues básicamente por la misma razón que arguyen el resto de instituciones que, muy a su pesar y esperando en algunos casos hasta el último minuto, han tomado la decisión de no montar este año: las dimensiones y la disposición de los espacios son incompatibles con las limitaciones de aforo, el mantenimiento de la distancia social y el establecimiento de itinerarios con entrada y salida diferenciados. Tampoco se podrán ver algunos tan populosos como el de la Borriquilla en la plaza Bib Rambla o el de San Juan de Dios en el Hospital de San Rafael. Se impone la prudencia.

Pero centrémonos en los que sí se podrán disfrutar. Que hay mucho y bueno donde elegir. El belén municipal, en el que han trabajado miembros de la Asociación Granadina de Amigos del Belén desde principios de febrero, incorpora importantes novedades. No faltará ningún detalle. La inspiración escenográfica es completamente renovada.Representa la estampa de una localidad medieval italiana. En la primera sección, la correspondiente a la Anunciación, hay un paisaje de montaña y río con caudal de agua natural que se irá reciclando con un motor. En la segunda hay una gruta rodeada de monte con dos ventanas donde nace el Niño –cerca se puede observar la imagen de San Francisco de Asís con el lobo Gubio–. Y en la tercera, el pueblecito con su entramado de calles con arcos y fachadas y un mercado lleno de puestos variados.

Se han fijado un total de 150 figuras –sesenta de animales– de estilo hebreo. Están fabricadas mayoritariamente en barro y con medidas que oscilan entre los diez centímetros las más cercanas y treinta y cinco las más lejanas. Entre los estrenos, una gran cabalgata de Reyes Magos realizada por Joaquín Pérez. También se incluyen piezas elaboradas por la propia Asociación basadas en modelos reales. Toda la iluminación está compuesta por tiras led de alta luminosidad y bajo consumo. Se han suprimido los efectos especiales del día y la noche para propiciar un tránsito más fluido y evitar que se produzcan aglomeraciones. Como curiosidad, se ha colocado una pequeña rosa blanca junto al pesebre para recordar a todas las víctimas del coronavirus –cerca de un millar en Granada hasta la fecha– fruto de una propuesta realizada por la Federación Española de Belenistas. También hay un diorama en recuerdo de José Liébana, uno de los belenistas más destacados de Granada y fundador de la Asociación.

Otra de las paradas obligadas es la exposición 'Noche de luz' de la colección Basanta-Martín en el Centro Cultural de la Fundación CajaGranada. Los granadinos podrán disfrutar de un total de 3.000 figuras provenientes de países como Alemania, Austria, Bolivia, Camboya, Estados Unidos, Ghana, Indonesia, Kenia,Palestina, Tanzania o Singapur. Todas reflejan las culturas y formas de vida de los lugares de procedencia, lo que hace doblemente interesante esta muestra promovida por Bankia y CajaGranada Fundación junto al coleccionista Antonio Basanta, uno de los más importantes del mundo.

Lo más singular, un belén monumental siciliano realizado por José Luis Mayo Lebrija. Destacan la perfección de los rostros, el magnífico modelado de las anatomías, la caída de los vestidos –desde los más lujosos a los más rústicos– y el movimiento de las estatuillas. Por ejemplo, uno de los Reyes es captado en el momento preciso que desciende de su cabalgadura y, cuando aún no ha puesto un pie en el suelo, un lugariego le ayuda al tiempo que le hace una reverencia en reconocimiento de su condición real.

Otro de los belenes que está generando gran expectación es el de la Federación de Caseteros de Granada a cargo de Manuel García, Mari Carmen Oriol y María José Cabrerizo. Se halla en el edificio Colón de la Gran Vía –aunque el local está en la calle Reyes Católicos–. García ha recreado una ciudad amurallada en la que sobresalen tres palacios –en clara referencia a los nazaríes de la Alhambra–. Ocupa una superficie total de dieciséis metros cuadrados y entre los aspectos que más llama la atención, su altura, que va desde los sesenta centímetros hasta los tres metros. «Todos los años lo renovamos completamente», asegura Manuel García, quien se muestra muy satisfecho por las valoraciones que está recibiendo. «Está gustando mucho la perspectiva de las calles y el realismo, especialmente de una donde hay puestos de frutas, verduras y telares».

La sede del Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de Tierra (Madoc) en la calle San Matías alberga otro de los belenes más atractivos de este periodo navideño en Granada. Realiza un recorrido por algunos de los edificios más emblemáticos de la capital fielmente reconstruidos por Manuel Vedia, Ana Pastor y Olga Esteban. Entre los inmuebles identificables, el convento de la Merced, Puerta Elvira, Puerta de Monaita, el Arco de las Pesas, la muralla del Albaicín, la iglesia de San Cristóbal, la ermita de San Cecilio, el aljibe de San Miguel, el Corral del Carbón, la Casa de Porras, el Patio de los Leones o el palacio del Partal.

La Hermandad del Vía Crucis instala desde 2013 en la iglesia de San Juan de los Reyes un belén napolitano en el que se recrean personajes clásicos con ruinas romanas en entornos abruptos. Las imágenes, adquiridas por la cofradía en Nápoles, son todas artesanales a las que hay que sumar otras de Juan Luis Gomáriz. El cuerpo y la estopa son de trapo y la cabeza y las extremidades, de barro cocido que posteriormente se policroma. Los vestidos se confeccionan a medida. En esta ocasión se incluyen tres escenas. Entre ellas, la huida a Egipto. También se estrenan seis piezas, tres ángeles y tres pastores.

La gran propulsora de la cultura del belén es la Asociación Granadina de Amigos del Belén, fundada en 2012 por un grupo de aficionados «con el fin de mantener y difundir en los hogares y entidades de todo tipo una tradición tan cristiana y popular como la representación plástica del nacimiento de Jesús de Nazaret». La Asociación, que cuenta con un centenar de afiliados, ha desarrollado una intensa actividad en los últimos ocho años. Buena parte de los esfuerzos se centran en la formación de los asociados y también externa mediante cursos y talleres en disciplinas como 'construcción de palmeras', 'tratamiento del agua natural y artificial' o 'técnicas de iluminación'. Para ello cuentan con especialistas venidos en algunos casos desde diferentes puntos de España. También organizan actos religiosos y se implican en el montaje de multitud de belenes en administraciones como el Ayuntamiento de Granada o el Patronato de Turismo de Diputación y otro tipo de instituciones.

La presidenta de la Asociación, Mari Carmen Ruiz González, comenta que una de las iniciativas más importantes que se han puesto en marcha en 2020 es el denominado 'proyecto Petra', promovido por la Federación Andaluza de Belenistas, «con el que se quiere rendir homenaje a colectivos y entidades que, de una manera u otra, han sido protectores de la sociedad durante estos tiempos de Covid-19». Entre los distinguidos con el Petra se encuentra el diario IDEAL. «Esta designación refleja el ejemplo de abnegación, esfuerzo y constancia que nunca debería de ser olvidado», dice. El reconocimiento se materializa en una pieza única elaborada por la propia Asociación, un belén con María, José y el Niño Jesús que cubre su boca y su nariz con una mascarilla.