Bajo la protección de la diosa Hera
Adolescentes conflictivos ·
Más de 260 familias de Granada con serios problemas entre padres e hijos han recibido la ayuda de los profesionales de la Asociación Ímeris gracias a un programa 'ad hoc'Hera, mujer de Zeus, es, en la mitología griega, la reina de los dioses, pero también la diosa protectora de la familia. Y en honor a ella se puso nombre al programa 'Hera', que, impulsado por la Asociación Ímeris, facilita ayuda especializada desde 2014 a familias con hijos problemáticos. Está subvencionado por la Obra Social de La Caixa y la propia asociación, y ha permitido que más de 260 familias con niños y adolescentes complicados de Granada logren superar los conflictos paterno-filiales que perturbaban la paz y armonía de sus hogares.
De darles instrumentos para gestionar el enfado y evitar que la frustración se transforme en ira, se encarga el 'alma' del programa 'Hera': la psicóloga Evelin Cabello, que atiende a IDEAL acompañada de la presidenta de la asociación, Marisol Lozano, para desgranar los objetivos y detalles de este servicio. «A veces se hace a través de sesiones individuales, con el padre, con la madre o con el menor. Otras, por subsistemas, como la madre y el hijo, o el padre y el hijo. Y a veces con la familia al completo. También hacemos talleres grupales, de ayuda mutua de padres y madres, en los que se les dan herramientas y estrategias», aclara Evelin.
«Estoy acudiendo por problemas de agresividad contra el mundo en general»
Pedro, usuario programa hera
Gracias a las técnicas y pautas aprendidas durante las sesiones a las que acude periódicamente, Pedro (nombre ficticio), un muchacho de 18 años de la capital, ha dejado de estampar vasos contra el suelo cuando enfurece. Fue su madre la que buscó el auxilio de Ímeris para tratar la agresividad de su hijo, para intentar enderezar su conducta con directrices profesionales.
A Pedro, que tiene cara de buena persona, se le ve amable y educado. Estudia FP y está superando su otro lado: el violento. «Estoy acudiendo por problemas de agresividad contra el mundo en general», señala, para agradecer la ayuda que recibe desde hace cuatro meses. «Lo estoy consiguiendo poco a poco. Cada vez soy menos agresivo con los métodos que me dice Evelin, como respirar o irme del sitio», explica. Nadie diría que este joven ha protagonizado «peleas en la calle y con la familia». Sus parientes también están participando en el programa. Su hermano, de hecho, se entrevistará luego con Evelin.
Pedro aguarda su turno en la entrada de la asociación, que se halla en la calle Licenciado Vidriera de la ciudad, que desemboca en la Avenida Cervantes. Espera tranquilo antes de reunirse durante una hora y media –esa es la duración media de una sesión– con Evelin, que está en otra estancia de la sede de Ímeris, con una mujer y su hijo pequeño.
Se trata de Gael, que tiene más de diez años y los codos sobre la mesa. Al lado está su mamá, María (ambos nombres también son ficticios). «Esto es bastante divertido. Hablamos y comprendemos nosotros mismos nuestros sentimientos y aprendemos a gestionarlos. ¡Ah! Y a veces nos reímos mucho», comenta el menor.
Gael es el segundo hijo de María que acude a aprender a controlar sus emociones. La mujer buscó el auxilio de 'Hera' aconsejada por su médico de cabecera. Eso fue el 28 de diciembre de 2020 y aún sigue en el programa, en el que comenzó con su primer vástago, que ya roza la mayoría de edad. «Me están ayudando mucho porque es un programa personalizado», señala María. Las relaciones en su casa «han mejorado mucho» gracias a la terapia familiar.
«Sus actitudes me estaban desbordando, hasta el punto de que estaba cayendo en una depresión total y lo había dado por perdido»
María
Madre de menor tratado en Ímeris
Los desencuentros bajo su techo, antes de recurrir a Ímeris, eran «bastante fuertes». Las faltas de respeto no cesaban y no se cumplían normas. «Evelin nos ha enseñado cómo reconducir todo eso. Mi hijo mayor, que era el paciente, era el centro y a los demás nos afectaba mucho su comportamiento. Hemos aprendido a que ese comportamiento no nos afecte, porque ya no éramos una familia... nos estábamos empezando a separar», recuerda María. «Sus actitudes me estaban desbordando, hasta el punto de que yo estaba cayendo en una depresión total y lo había dado por perdido. A día de hoy, con todas las técnicas que me han ido dando consigo poner los límites a su conducta y él también ha mejorado un montón», añade.
Lo que tenía su hijo mayor era una «baja autoestima» y una «tristeza» que desvirtuaba sus emociones, según explica Evelin, al tiempo que aclara que detrás de muchos casos de rebeldía y reacciones agresivas en los adolescentes subyace eso: la tristeza.
Conflictividad
«Aquí ya llegan con una conflictividad a veces media y rozando alta, porque claro, hasta que ya no llega la situación muy al límite es difícil que la familia empiece a tomar medidas. Es muy difícil asumir que tu hijo ejerce violencia sobre ti», indica la piscóloga. Actualmente está tratando a 16 familias y tiene lista de espera: otras diez aguardan poder unirse al programa. No todas la sesiones son presenciales, también se realizan on line.
Las familias en las que se interviene con 'Hera' tienen un perfil variado, aunque sobresalen las monomarentales. Abundan las madres que están solas, que tienen una relación con sus exparejas no muy buena y que asumen la mayor carga en la crianza de sus hijos. Sus horarios son complicados (muchas trabajan en hostelería o cuidan a personas mayores) y suelen tener unos salarios bajos, unos recursos limitados, según aclara la técnica.
«Lo que más se da es la violencia verbal o la violencia hacia los objetos. Muchos también se saltan los límites, si es que existen»
Evelin cabello
Psicóloga
En cuanto a los menores de 'Hera', son varones y tienen entre 14 y 16 años. «Generalmente lo que más se da es la violencia verbal o la violencia hacia objetos», desvela la psicóloga. Muchos también se saltan los límites, «si es que existen».
«Ímeris surge en 1999 como preludio de lo que iba a ser la ley 5/2000 de Responsabilidad Penal del Menor. En ese momento ejecutábamos solo las medidas en medio abierto de menores (un programa que ahora lleva otra entidad pues son licitaciones públicas y van cambiando). Y a lo largo de los años hemos ido ampliando los programas», especifica la presidenta de Ímeris, que cuenta con medio centenar de profesionales y que lleva siete años en su ubicación actual. Antes tenía la sede en el barrio de La Chana.
El programa Hera nació como una forma de ayudar a familias con hijos entre 10 y 20 años que sufren situaciones de violencia filio-parental o conflictividad intergeneracional y que desean evitar la judicialización de su situación, entre otras cosas, para evitar el deterioro de la relación familiar que eso podría suponer.
Durante 2020, fueron principalmente los diferentes profesionales de los servicios sociales de la capital y la provincia quienes derivaron a potenciales usuarios. Las familias que acuden de forma directa, sin que nadie les remita, ocupa la segunda posición en las atendidas por Evelin.
La atención integral a la familia parte del estudio y análisis de cada caso concreto, y continúa con un plan de intervención específico a través de diferentes enfoques: la orientación familiar, la mediación familiar/ intergeneracional y el tratamiento familiar.
Hera no es el único programa que desarrolla Ímeris (Intervención con Menores en Riesgo Social). Hay muchos otros que están subvencionados por diferentes consejerías de la Junta de Andalucía. Entre ellos figuran 'Pasarela', para la mejora de empleabilidad en zonas desfavorecidas o 'Nayfa', «un programa preventivo para niños y adolescentes en situación de dificultad y/o conflictividad en el ámbito familiar», detalla Lozano.
También cuentan en Ímeris con un servicio de reparación psicoterapéutica de menores víctimas de daño emocional severo como consecuencia de la desprotección intrafamiliar, o el programa 'Previge', de detección y prevención de situaciones de maltrato o abuso de poder en las relaciones de pareja entre jóvenes y que está dirigido a adolescentes de entre 14 a 18 años.
Consejos
Los niños no vienen con un manual de instrucciones y «no hay una fórmula mágica» para educarlos. Son muchos los factores que influyen y la inteligencia emocional juega un papel muy relevante. «Una de las cosas más importantes es la comunicación en la familia. Aquí eso lo trabajamos mucho. Y luego establecer normas y límites consensuados y consistentes, pero siempre desde el vínculo. Muchas veces tenemos que restablecer un vínculo que está perdido», explica Evelin, que advierte que los adolescentes tienen que asumir responsabilidades y ser conscientes de las consecuencias de sus actos. Ya saben.
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