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Semillas de inclusión en Alfacar
El centro de día ocupacional de discapacidad intelectual La Boronda acoge un taller de fabricación de 'bombas verdes' para regenerar suelos degradados
Inés Gallastegui
Granada
Martes, 24 de junio 2025, 00:10
Es lunes por la mañana en el Centro de Día Ocupacional La Boronda de Alfacar y sus doce usuarios –personas con discapacidad intelectual de entre veintipico y más de sesenta años– asisten al taller de fabricación de bombas de semillas que imparten Juan Ardoy y Pedro Rosellón. En realidad, Eva, Jesús, Margarita, Juan Alberto, María, Manuel, Mari Trini, los dos Pacos, Virtudes, Javi y Alicia conocen bien el oficio y solo tienen que repasar la 'receta': Juan les recuerda los pasos y las cantidades que deben mezclar para elaborar esas bolitas de vida que, una vez lanzadas en el campo y en cuanto reciban un poco de lluvia, germinarán en zonas sin vegetación.
«Recordad: un vasito de yogur de arcilla, la plastilina de los abuelos; medio vasito de tierra; un tapón de semillas; y el ingrediente secreto, un poco de pimienta para evitar que las hormigas o a los ratoncillos se coman las semillas. Amasad todo bien, que eso en Alfacar lo lleváis en la sangre», les indica Juan, en alusión a la tradición panadera del pueblo.
A media mañana, y después de muchas risas, decenas de 'albóndigas' de simientes reposan en unas hueveras de cartón. Una vez secas, serán depositadas en cajitas de a media docena junto a un folleto explicativo de su uso firmado con las huellas de tierra de las manos que las fabricaron. Serán comercializadas a través de la página web de Vario Pinto (www.proyectovariopinto.com), el proyecto puesto en marcha por la empresa de Juan y Pedro, IDEA Servicios Educativos, Culturales y Ambientales que ha recibido el impulso económico de la Fundación Unicaja.
Las bombas de semillas se comercializan y están destinadas a clientes particulares, ONG, colegios, empresas o administraciones públicas
El objetivo es que las adquieran –por encargo, ya que se trata de un producto artesanal– clientes particulares, ONG, colegios, empresas o administraciones públicas para usarlas en sus jardines, huertos y espacios naturales con fines científicos o de concienciación ambiental.
Con el dinero recaudado, se dará nuevo impulso a Vario Pinto, que incluye la participación de los usuarios de La Boronda en actividades en centros educativos. Es una forma de llevar la inclusión hasta sus últimas consecuencias: personas con diversidad funcional, convertidas en guías de niños y jóvenes 'normales'. «Eso me gustó muchísimo», recuerda Virtudes, que fue profesora por un día en la Universidad en un proyecto similar hace dos años.
Sentirse útiles
«Es una experiencia potentísima», subraya Virginia Caballero, directora de La Boronda, un centro gestionado por Hospitalarias-Fundación Purísima Concepción. «Les hace sentirse útiles para la sociedad y además trabajan por el medio ambiente. Aquí en Alfacar estamos al pie de un parque natural –el de la Sierra de Huétor– que ellos quieren mucho. Están encantados», resume Caballero.
Porque una de las líneas maestras de La Boronda es la integración de estas personas en la comunidad. «Muchas actividades del centro las hacemos con recursos comunitarios: es muy importante que la gente los vea en la calle, en la biblioteca, en el aula de informática... Incluso las comidas las hacemos en un restaurante del pueblo», resalta.
A fin de mes reciben un salario simbólico. Para ellos es muy importante porque ven el resultado de su trabajo
De hecho, las bombas de semillas no son su único producto: con materias primas naturales, como calabazas que cultivan en su huerto o piñas de la Sierra, fabrican huchas, adornos o regalos para comuniones que después venden. «A fin de mes reciben un salario-estímulo. Es simbólico, pero para ellos es muy importante porque ven el resultado de su trabajo», destaca.
El taller finaliza con la grabación de un vídeo en el que los protagonistas explican la utilidad de las 'bombas verdes' para regenerar el suelo degradado por los incendios, la erosión y otros impactos negativos de la mano del hombre. La idea del vídeo, que se subirá a YouTube para cumplir los objetivos divulgativos del proyecto, hace feliz a Juan Alberto, el benjamín del centro: a él lo que le gustaría es hacerse famoso.
Quizá no se conviertan en 'celebrities', pero no se puede negar que están plantando una semilla, la de la inclusión de las personas con discapacidad, que algún día germinará y dará sus frutos.
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