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Un técnico instala paneles solares en un tejado. Ideal

El apagón dispara el interés por las instalaciones fotovoltaicas autónomas

La mayoría de las plantas solares se desconectan de la red en caso de interrupción del suministro, incluso si cuentan con batería para acumular los excedentes

Inés Gallastegui

Granada

Lunes, 2 de junio 2025, 00:08

Las placas solares crecen como setas en los tejados de Granada: la provincia sumaba a finales del año pasado 23.500 instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo, un 15% más que en 2023, según la Agencia Andaluza de la Energía. Por más que algunas empresas instaladoras usen como gancho de sus productos la autonomía energética, lo cierto es que la inmensa mayoría de los hogares equipados con esta tecnología se quedaron el 28 de abril tan a oscuras como el resto. ¿Qué pasó? Nada que no estuviera previsto: a excepción de unas pocas instalaciones desconectadas de la red, que precisamente recurren a la luz del sol porque no pueden acceder a la electricidad de otra manera –por ejemplo, cortijos aislados–, un porcentaje altísimo de esos equipamientos no están preparados para funcionar en modo isla.

Para explicar este fenómeno, que a más de uno le resulta sorprendente –incluso a algunos propietarios de placas solares– hay que tener en cuenta que, en su mayoría, las instalaciones de autoconsumo están conectadas a la red: de ese modo, el hogar en cuestión puede tomar electricidad cuando los paneles no están produciendo –de noche y en días nublados– y verter los excedentes –y obtener una pequeña compensación económica por ellos– cuando produce más de lo que consume.

El motivo de la desconexión es la seguridad. «La mayoría de las instalaciones conectadas a la red están diseñadas para apagarse automáticamente en caso de existir alguna alteración relevante en la red. Evita que distorsionen la red en caso de mal funcionamiento y accidentes», explica Antonio Guasch, vicepresidente regional de Enerside, plataforma especializada en el desarrollo, operación y mantenimiento de proyectos de energías renovables en España y Latinoamérica. De ese modo se evita, por ejemplo, que operarios que trabajan en la restauración del suministro tras una avería o apagón se electrocuten con la corriente generada por instalaciones de autoconsumo.

La clave, el inversor

¿Qué necesita una instalación para funcionar en modo isla? La clave está en el inversor, el dispositivo que transforma la corriente continua generada en las células fotovoltaicas del tejado en corriente alterna del voltaje adecuado para el consumo, que en los hogares es de 220 voltios.

Solo algunos de estos dispositivos están preparados para funcionar durante un apagón: son los inversores que cuentan con un sistema de gestión energética que permite la desconexión de la red. En caso de que la instalación disponga de esta tecnología, tras el corte de suministro vuelve a funcionar en modo isla, siempre que la demanda no sea superior a la producción y hasta que los rayos del sol dejen de incidir sobre las placas. El día del apagón, dependiendo de la orientación del tejado, habrían contado con suministro como máximo hasta las nueve de la noche.

Las instalaciones se desconectan de la red para que los operarios que trabajan en reparar el apagón no se electrocuten

Si además la instalación cuenta con un inversor hídrido con modo isla y batería, puede guardar el excedente que no se está consumiendo para utilizarlo cuando deja de producir, es decir, durante las horas nocturnas o en días nublados hasta que se agoten. Los nuevos sistemas 'backup' permiten además que esa transición se realice sin interrupción del suministro tras un apagón. Con una instalación de estas características, un hogar podría funcionar durante varias horas o días, dependiendo de la capacidad de la batería y del consumo.

«Esto permite alimentar las cargas esenciales de una vivienda o industria incluso sin suministro general –explica Guasch–. No todas las instalaciones actuales están diseñadas con esta capacidad, pero es una opción técnicamente viable y cada vez más demandada».

«Desde el apagón no paramos»

Así lo confirman fuentes de la empresa instaladora granadina IngaltSolar. «Desde el apagón no hemos parado», reconocen. Especialmente reclaman solución ante los apagones los propietarios de viviendas que ya tienen una instalación solar pero no disponen de baterías o de un inversor capaz de funcionar sin suministro exterior, así como pequeñas empresas en lugares aislados que no quieren o no pueden permitirse solicitar un punto de suministro nuevo, que cuesta en torno a 15.000 euros, y necesitan un aporte eléctrico constante, por ejemplo casas rurales, cortijos o explotaciones agroganaderas.

Componentes de una instalación fotovoltaica

  • Paneles solares Convierten la radiación solar en corriente continua.

  • Inversor Transforma la corriente continua en corriente alterna para que sea utilizable en el hogar. Para que funcione en modo isla debe estar preparado para desconectarse de la red y seguir funcionando.

  • Batería Para utilizarla es necesario un inversor híbrido. Almacenan la electricidad producida en los paneles solares que no se consume en el momento. Las más modernas son las de litio. Las hay de diferentes voltajes para adaptarse a las dimensiones de la instalación y con diferentes capacidades de almacenaje, a partir de 2 kilovatios y hasta 20kv y más.

  • Batería virtual Algunas comercializadoras eléctricas disponen de una opción que permite al cliente acumular los excedentes de energía no consumida de forma virtual para gastarlos en los meses de mayor consumo. El problema es que lo que se acumula es dinero, no kilovatios: las compañías pagan el kilovatoio de excedentes que producen los clientes a un precio muy inferior del que cobran por kilovatio consumido de la red. Esta 'batería' no funciona durante un apagón.

Sin embargo, recuerdan desde IngaltSolar, no siempre la solución más adecuada es una fuerte inversión en instalaciones solares; en determinados casos puede resultar más barato y eficiente disponer de un grupo electrógeno auxiliar para casos de emergencia alimentado por gasoil o gas butano. La tardanza en la resolución de las subvenciones para la instalación de baterías tampoco ayuda.

Hay que tener en cuenta que la motivación de la mayoría de los clientes para instalar paneles fotovoltaicos y baterías, aparte de contribuir a mejorar el planeta, es reducir la factura eléctrica. Muchos siguen confiando en que el apagón fue una excepción.

¿Cuánto cuesta ser autosuficiente?

Todo lo que hay que tener para disponer siempre de energía gratis procedente del sol es un tejado... y unos 10.000 euros, como mínimo. Antonio Guasch, de Enerside, explica que para una vivienda tipo la instalación de los paneles solares puede costar entre 6.000 y 10.000 euros, mientras que la compra de una batería y un inversor híbrido capaz de funcionar en modo isla va de los 4.000 a los 8.000.

Si ya se cuenta con paneles y un inversor con capacidad para funcionar desconectado de la red, hay en el mercado soluciones más económicas, subrayan desde la empresa granadina Voltaje Express, como un sistema 'backup' que, a partir de 400 euros, aísla la instalación en caso de apagón y fuerza al inversor a seguir funcionando. Sin embargo, no es compatible con todos los inversores: cada marca prefiere su propio sistema 'backup'.

En cualquier caso, existen diversas ayudas públicas que permiten a los particulares, junto al ahorro en la factura de la luz, amortizar su inversión en muy poco tiempo, como las subvenciones de la Junta de Andalucía por la mejora de la eficiencia energética de las viviendas (hasta el 40%), deducciones fiscales en IRPF (hasta el 60%) y bonificaciones del IBI, entre otras. También existen ayudas específicas para la compra de baterías.

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