La voz del Albaicín que recorre Europa

Hola. Soy Pablo. Tengo 22 años y mi pequeña acción para el Día de la Tierra es cruzar Europa desde Bélgica hasta Italia andando con mi tienda de campaña y mi mochila. ¿Por qué lo hago? Porque quiero enseñar a la gente joven que no solo están los aviones y los trenes sino que se puede viajar de muchas otras maneras, sobre todo por nosotros mismos.Durante los viajes también se descubren cosas muy importantes. Cuando llego a una pequeña ciudad de Europa intento comunicar con la comunidad local para explicarles por qué estoy haciendo este viaje y por qué es tan importante descubrir otra forma de movilidad».

Este es el contenido del vídeo que Unicef, la agencia de las Naciones Unidas que trabaja para defender los derechos de la infancia, ha compartido a través de sus redes sociales para reclamar atención sobre el 'Earth Overshoot Day', como el Día de la Tierra, pero enfocado a la sostenibilidad energética y medioambiental del planeta. El protagonista es un granadino del Albaicín que estudia en la UGR y que atiende por Pablo Morente Acale.

Formó parte del Consejo de Infancia y Adolescencia del Ayuntamiento de Granada durante varios años, ha colaborado en diferentes proyectos e iniciativas para promover el derecho a la participación de los NNA (Niños y Niñas Adolescentes) y es activista contra el cambio climático. Ahora ha sido seleccionado por Unicef gracias a su acción de viajar por Europa «de otra manera», algo que la organización considera «inspirador» para todos nosotros.

La ruta inicialmente era a pie y desde Bélgica hasta Italia. Pero no ha encontrado más que inconvenientes por causa del coronavirus. «Salí de Bruselas hacia Amberes, Luxemburgo y Schengen, en la frontera francoalemana. Pero viendo la situación en Suiza, donde por la Covid hay que hacer cuarentena, me di la vuelta».

Así que ahora ha decidido ir a París y llegar hasta Nantes, todas ellas ciudades con fuerte contenido histórico en la construcción de la UniónEuropea. El otro cambio sustancial es que el mal estado de las carreteras por las que transita han hecho que no pueda siquiera pedalear, por lo que este fin de semana decidió tomar un autobús para llegar a París y desde la capital gala retomar su particular viaje. «Son muchos kilómetros los que llevo y cada vez me lo ponen más difícil», justifica los cambios.

Pablo es scout del grupo Albaicín y es socio del Equipo Europa, una organización de jóvenes activistas de valores europeos. «La montamos un grupo de universitarios para las elecciones europeas del año pasado para reivindicar la libre circulación en el espacio Schengen y que hay otra forma de viajar y que no siempre tiene que ser a ciudades grandes».

Unicef le ha contactado por todo esto, porque es activista pr el clima y por su particular idea de viajar. «Hay que replanterase nuestra forma de viajar y buscar formas alternativas. Es mi intención, mostrar los sitios por los que paso, hago vídeos contándolo. Y como soy joven, puedes echar más tiempo, puedes aprender muchas cosas».

Así que como Unicef está haciendo una campaña de qué hacen los jóvenes por el clima, Pablo era un candidato perfecto por su reivindicación de un turismo y de una movilidad sostenible.

Pablo atesora un montón de anécdotas y de lecciones aprendidas en el camino. «Estaba en Schengen, localidad que da nombre al espacio de libre circulación europeo porque allí se firmo ese tratado y porque está junto a Luxemburgo, Francia y Alemania, y descubrí lo que representa la UE. Hay pueblos que no se pueden dividir porque pertenecen a sus raíces y lenguas. Las fronteras limitan mucho y hay otras formas de circular.Sí que he reafirmado mi creencia en la UE en un momento que se está cuestionando mucho la libre movilidad y el espacio Schengen».

De Schengen a su barrio, el Albaicín, también encuentra similitudes y compromisos. Destaca la preocupante situación en el barrio. Dice que ha cambiado con la 'turistificación' y se ha convertido hasta la crisis del coronavirus en un barrio inhabitable para los vecinos.

Y arranca una vez más con sus principios. «Es un tipo de turismo insostenible. Es una forma de viajar depredadora mientras nuestra forma de viajar es reflexiva. Aprendemos que viajar no es solo visitar las grandes ciudades y sus monumentos convertidos en una masa turística que se atiborra. Hay que ser más personal y encontrar en el camino una forma de viajar».