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Turista intentando consultar un cartel ubicado en la Plaza Aliatar del Albaicín

El Albaicín, un laberinto sin señales para los turistas

Denuncias ·

La falta de indicaciones, el deterioro y las pintadas sobre los carteles desorientan a los foráneos, aunque admiten que «perderse por Granada es un placer»

laura gálvez y griselda romero

Sábado, 28 de agosto 2021, 00:45

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Paseando por las calles de Granada, comprobamos que los turistas suelen iniciar su ruta hacia el Albaicín en Plaza Nueva. A lgunos optan por subir en autobús, aunque haciendo un sobreesfuerzo para leer las marquesinas llenas de pintadas; y los que deciden hacerlo a pie, se encuentran con la ausencia de señales que tracen su recorrido. Continúan por el paseo de los tristes y casi han de guiarse por la masa para saber por dónde ir. Llegan a la famosa Cuesta del Chapiz y la miran con asombro. A partir de ahí se adentran en el barrio del Albaicín, un laberinto sin señales.

Esta zona es una de las favoritas de los turistas que viajan a Granada cada año. Sin embargo, tanto los viajeros como los vecinos del centro turístico se quejan de la falta de señales para llegar de forma sencilla a las rutas y monumentos que ofrece la ciudad, y de que las pocas que hay, están muy deterioradas y llenas de pintadas.

El Ayuntamiento de Granada anunció en octubre de 2019 un plan para renovar las señales del casco histórico, que iban a ser instaladas a principios de 2020, pero esta reforma no se ha llevado a cabo.

Según un informe facilitado por el Observatorio Turístico de la Provincia de Granada, el pasado año 2020, un total de 1.107.874 extranjeros se alojaron en la provincia. La gran mayoría van en busca del famoso Mirador de San Nicolás, aunque con cierta dificultad para encontrarlo sin ayuda de un mapa, un teléfono móvil o un guía turístico. Esto puede ser un problema para algunos de ellos, pero sorprendentemente para otros, todo un lujo, ya que les gusta caminar sin rumbo determinado.

Graffiti que guía a los turistas situado en una calle próxima al Mirador de San Nicolás

Ejemplo de esto son Gonzalo y Mónica, que vienen desde Canarias a visitar la ciudad pero están llevando a cabo su ruta por las calles granadinas de forma improvisada, sin seguir ningún itinerario. Pese a ello, no han tenido ningún problema con los carteles que han consultado.

Otra perspectiva es la de Ceferino y María Antonia. Son naturales de Cartagena y es la quinta vez que el matrimonio visita la ciudad de la Alhambra pues «les parece encantadora». María Antonia suele fotografiar los carteles indicadores y leer su historia tranquilamente.

La pareja explica que ha visto varias señales, de las cuales algunas tenían pegatinas puestas y otras estaban tan deterioradas que eran prácticamente ilegibles.

Bajando de vuelta tras haber visitado el Albaicín, caminan María, Víctor y Alex, tres jóvenes de Barcelona. Dos de ellos vienen casi todos los años y expresan, sin embargo, que en las callejuelas de este barrio es imposible no perderse. Dicen no haber visto apenas carteles, o al menos, no haberse fijado en ellos, y reparan en que el motivo puede haber sido que están demasiado tapados o no son llamativos. Para moverse, siempre utilizan sus teléfonos móviles o van preguntando a la gente por la calle.

De la misma forma también viaja Evan, un americano proveniente de California, que visita Andalucía por primera vez. El joven asegura que no se ha guiado por las señales ni una sola vez, y considera que hay muy pocas. También expresa que algunas están muy pintadas, aunque esto no es algo que le sorprenda ya que es algo muy común en el sur de Europa.

Mapa de la ciudad situado en una marquesina, completamente ilegible debido a las pintadas

Cornelia, una historiadora del arte proveniente de Berlín, que camina tranquilamente por el Albaicín, piensa lo mismo que Evan, la situación de la señalización del casco antiguo de nuestra ciudad es algo que ella misma ha visto en muchas ciudades que ha visitado. Sin embargo, a diferencia del chico, ella no se deja guiar por su móvil y viaja con una antigua guía alemana que incluye mapas y explicaciones más profundas.

Por su profesión, la chica se interesa por saber un poco más sobre la historia y curiosidades de cada lugar, e insiste en que, una ciudad con tanto patrimonio histórico y cultural como Granada, habría de estar mejor señalizada y debería haber muchas más indicaciones y carteles explicativos con información histórica, que convirtieran la ciudad en un interactivo museo.

Escasa señalización

En el Mirador de San Nicolás están Alberto y José, dos catalanes que vienen a Granada acompañados de un amigo que conoce la ciudad, por lo que no han necesitado de la señalización en ningún momento. No obstante, reconocen haberse fijado en que, las pocas indicaciones que hay, en algunos casos son demasiado confusas y remarcan que les parece curioso que el camino y acceso al Mirador de San Nicolás, siendo un lugar tan turístico de la ciudad, no esté indicado.

A diferencia de todos los anteriores, encontramos a Andrés García, que sentado en un banco mientras lee un periódico, observa a los turistas pasar. Lleva 75 años siendo vecino del Albaicín y vive en el 'callejón de las campanas', al lado del turístico Mirador de San Nicolás. En su opinión, admite que debería de haber una señal que indique los metros y la dirección que hay que seguir para llegar al mirador.

«Yo me siento todas las mañanas aquí y tengo que estar con la mano levantada indicando a los turistas el camino que deben seguir», explica. Más que el deterioro de los carteles, el vecino se queja de su falta, «las señales son escasas, prácticamente no hay», asegura con firmeza.

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El Albaicín, un laberinto sin señales para los turistas