Accidente en Granada hace un año
La adolescente que quedó parapléjica tras caerle una rama en los jardines de la AlhambraOcurrió hace un año, cuando salió por primera vez de su Polonia natal para un viaje de estudios, y desde entonces acumula un sinfín de lesiones de gravedad que, además, conllevan un gasto que la familia es incapaz de asumir
A sus 15 años, en la flor de la vida, Julia tenía ganas de comerse el mundo. Vivía en Polonia junto a su familia y deseaba, como cualquier chiquilla de su edad, vivir experiencias. Por ello, cuando se le presentó la opción de ir al viaje de estudios a Granada, pidió con todas sus fuerzas apuntarse. Sus padres, de origen humilde, hicieron un esfuerzo para pagar aquella escapada que se antojaría inolvidable. En octubre de 2023 subió al avión junto a sus compañeros de clase. Estaba previsto que regresara unos días después, pero no volvió a casa hasta que pasaron varias semanas. La rama de un árbol de grandes dimensiones cayó sobre ella a causa del fuerte viento cuando caminaba por la Cuesta Gomérez, en los jardines de los alrededores de la Alhambra. Fue ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Neurotraumatológico. Sus heridas eran muy graves, pero no podían imaginar cuánto.
Todo ocurrió el 22 de octubre del año pasado. Aquel día las rachas de viento alcanzaron los 70 kilómetros por hora y arrancaron árboles de cuajo, derribaron numerosas ramas e hicieron tambalear elementos de edificios y carteles en toda la ciudad. En un punto de la Cuesta Gomérez, una chica había quedado atrapada por una enorme rama. Así pasó varios minutos. No fue la única, otras menores resultaron también heridas. Julia se había llevado la peor parte.
Una vez en la UCI, los profesionales sanitarios temían por su vida y se desvivían por cuidarla. La situación era muy, muy delicada. Había sufrido una lesión medular traumática y múltiples fracturas en la columna, costillas, esternón, clavícula, escápula y pelvis, además de contusiones pulmonares y neumotórax. Así lo explica a IDEAL la abogada de la familia, Mª Ángeles López Álvarez, de ML Abogados, despacho ubicado en Málaga. «Tuvo que someterse a diversas intervenciones quirúrgicas como consecuencia de la gravedad de las lesiones padecidas», explica. Le tuvieron que fijar varias vértebras, entre otras operaciones. Pasó un largo periodo ingresada en Granada hasta que pudo regresar a su país para continuar la recuperación.
Irreversible
Los efectos de aquel accidente fueron irreversibles. La dejó parapléjica, según recogen los informes médicos a los que ha tenido acceso este periódico. Nunca podrá volver a caminar, se desplaza en silla de ruedas y precisa de la ayuda de una tercera persona para prácticamente todas las actividades cotidianas; es completamente dependiente. Padece vejiga neurógena, lo que significa que precisará de por vida de sondajes (entre cinco y siete cada 24 horas, realizados por otra persona). Necesita usar una órtesis -dispositivo que modifica aspectos funcionales del sistema locomotor- y un cojín antiescaras debido a que pasa todo el tiempo tumbada. Sufre dolores continuos. Por su puesto, está incapacitada para realizar cualquier trabajo o actividad profesional.
«La niña está fatal, no puede ni asearse sola. No puede mover las piernas y tiene dificultad para usar los brazos», señala la abogada. Julia era muy deportista y activa, le encantaba hacer vida social fuera de casa. Ahora no sale. «No tuvo secuelas mentales, pero el daño moral es incalculable. Se pasa el día llorando. Pese a que se esfuerza por sonreír y que a su alrededor no se preocupen, sonríe con pena. Sus amigas ya no la visitan», agrega. La vida de Julia, literalmente, se ha derrumbado.
Las consecuencias del fatídico golpe implican un desembolso de miles de euros. La familia tiene que adecuar la vivienda y realizar obras y los tratamientos médicos tienen un alto coste. Necesita de por vida sesiones médicas, de fisioterapia, ayudas técnicas y personas a su alrededor las 24 horas para atenderlas. La madre no ha podido volver a trabajar para cuidarla, por lo que los ingresos familiares, de por sí escasos, se han visto aún más reducidos. «Se han gastado todos sus ahorros en ella», recalca. Según un informe del dinero desembolsado a raíz del accidente, han pagado más de 17.000 euros en un año. A los gastos ya mencionados hay que sumarle los del hospital de Polonia, notaría o la gasolina para desplazarse al médico.
Primera reclamación
Mª Ángeles López Álvarez interpuso dos meses después de los hechos una reclamación por responsabilidad patrimonial contra el Patronato de la Alhambra y el Generalife (PAG), además de a la compañía aseguradora, aportando los informes médicos y los gastos derivados del accidente. En esta señalaba que la familia no podría abonar los gastos derivados del accidente, «habiendo agotado prácticamente todos sus recursos, suponiendo una fatal situación familiar». «No solo tendrán que dedicar el resto de sus vidas a cuidar a su hija ahora dependiente y habiendo perdido su autonomía personal, sino que la menor precisa de cuidados y atenciones 24 horas al día (...). No puede interrumpir los tratamientos médicos y de fisioterapia que precisará de por vida, supondría fatales consecuencias», afirma.
En el escrito solicitaba que procedieran «a la mayor brevedad» a entregar a cuenta una parte de la indemnización que finalmente resulte en derecho a favor de sus mandantes «a fin de evitar situación de desamparo de la menor y su familia». Hasta ahora no han recibido nada, pero la abogada espera que el dinero les llegue en el menor tiempo posible, dado que ha pasado ya un año del accidente. Ese periodo, un año, es el que se establece para la estabilización de los grandes lesionados, por lo que esta misma semana ha presentado la reclamación formal, el último paso. Estima que la menor deberá recibir más de tres millones de euros.
Procedimiento en marcha
IDEAL se ha puesto en contacto con el Patronato de la Alhambra y Generalife, que asegura que su personal «estuvo presente y ayudó al grupo de estudiantes que se vio afectado, así como a los profesores acompañantes y familiares, desde el primer momento, en el lugar del accidente». Asimismo, estuvo «en todo momento atento y pendiente» de la evolución de la menor y de su familia.
Corroboran que el 5 de diciembre de 2023, con la menor ya hospitalizada en su país, se recibió en el Patronato el primer escrito de reclamación de los padres de la menor por causa del accidente. «Tras solicitarles el 18 de diciembre que aportaran la cuantificación económica de su reclamación, y contestar estos que no era posible por no encontrarse estabilizadas las secuelas, se inició el procedimiento de responsabilidad patrimonial por acuerdo de la dirección del Patronato en fecha 8 de enero de 2024, y así se comunicó a la representación de la interesada y a la compañía aseguradora», agregan.
En estos momentos, informan, el procedimiento de responsabilidad patrimonial se encuentra en «fase de instrucción», dado que hasta mediados de septiembre no se había recibido la valoración de la reclamación por los daños. «Por tanto, en la actualidad se están siguiendo los pasos establecidos en la normativa, y en todo momento se está teniendo comunicación con la representación legal de la familia y las aseguradoras», aseguran. Mientras tanto, Julia ha pasado de vivir a sobrevivir en su ciudad de Polonia, de la que, lamenta, nunca debió salir.
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