El último baile del alcalde Noel
Un día de campaña ·
El candidato socialista por Granada apura con entusiasmo sus últimos días como regidor inmerso en la campaña para recuperar el gobierno de la Junta de AndalucíaPablo Rodríguez
Granada
Sábado, 11 de junio 2022, 00:29
Si al cabeza de lista granadino del PSOE se le pregunta por un vicio confesable, admite con algo de sorna que le gusta mucho el baile. Puede ser. Lo que es seguro es que Noel López lleva desde joven danzando al ritmo de la política. Primero, como concejal en la oposición en Maracena. Luego, como alcalde, encadenando mayorías absolutas. Ahora espera hacer sonar de nuevo la música para llevar a San Telmo a su «jefe», Juan Espadas. Está convencido de que puede hacerlo. Tanto, que lo llama ya presidente de la Junta cuando los periodistas le preguntan por su candidato. La experiencia le dicta que el primer paso es creer en uno mismo.
Noel López transpira confianza y entusiasmo desde primera hora. Como comprueba IDEAL, que este viernes le acompaña para conocer su día a día, saluda con una sonrisa a quien se le acerca y escucha con atención lo que le indican. No importa si aún no ha desayunado y alguien le tira diciendo que ya habla «como un sevillano». «Miarma, si yo hablo como los de Graná», responde entre carcajadas.
Al maracenero no le asusta la agenda, que amenaza con sepultarlo bajo una tormenta de actos. Va «a tope». Desde las 7 está en pie y, entre las 9 y las 10, los oyentes de SER y Cope le escuchan defender la receta socialista basada en una salida «social» a la crisis «que no deje atrás a nadie» y que preserve el mayor patrimonio de la ciudadanía, los servicios públicos.
No habla de oídas. Como reconoce poco después en el coche, de camino al primero de los tres actos que tiene en Granada, es testigo directo de la importancia de mantener un sistema de salud público «fuerte» para las personas. Se refiere a su situación de transplantado, una circunstancia que le marcó la adolescencia y le motivó a entrar en política. «Hace 20 años, cuando supieron de mi enfermedad, la preocupación de mis padres no era si me iban a tratar los mejores o no, sino si me iba a afectar anímicamente. Hoy eso no es así. Por eso defiendo la sanidad pública tan vehementemente», justifica.
En el PTS, se encuentra con los alcaldes de Granada y Armilla para presentar las propuestas de innovación. Después, regresa a toda prisa al ayuntamiento de Maracena para firmar unos expedientes. Es rápido. En un abrir y cerrar de ojos está de nuevo en camino. Hacia Atarfe, donde debe presidir una sesión del consorcio Sierra Elvira.
El trayecto le sirve para contemplar el paisaje de su pueblo. Hace meses que compagina la secretaría de Organización del PSOE-A, que le obliga a estar muchos días en Sevilla, con el bastón de mando. Pero tal honor tiene fin. El 13 de julio, el día antes de la constitución del Parlamento en el que las encuestas dan segura su entrada. «Más que dejar la responsabilidad, me apena dejar Maracena. Aquí está mi familia y los maraceneros han sido muy agradecidos conmigo», cuenta.
La reunión, en la que se ve con numerosos alcaldes metropolitanos, termina rápido. Pasado el mediodía está ya de camino a la Costa, donde tiene un acto con la ministra Isabel Rodríguez y otro con la militancia. Durante el viaje, repasa sus notas y no para de hacer llamadas a dirigentes autonómicos para dar órdenes de campaña. Todo a un ritmo vertiginoso. Almuerza en un chiringuito junto a cargos y afiliados y allí escucha las palabras de la ministra, que llama a llevar las propuestas socialistas «a la calle, puerta a puerta si es necesario». Es la misma fórmula que defiende Noel. «Así llevo desde que entré en política. Hablo con todo el mundo y lo hago desde la convicción. Los resultados no llegan a última hora. Hay que exponerse a la realidad a diario y cumplir, no como hace el PP».
De regreso a Granada, acompaña a la ministra de Ciencias, Diana Morant, en un acto con jóvenes. Es de noche cuando vuelve a casa tras una maratoniana jornada. El 19J está en el horizonte, pero por delante queda una semana. «Hay partido», dice convencido. El alcalde Noel, el de las mayorías, reconoce la música y quiere bailar.
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