Los pioneros del windsurf en Granada
Manuela y Victoria Schrave han cogido el testigo de sus padres al frente del negocio que, en 1979, abrió camino a los deportes náuticos en la Costa Tropical
Las siestas de Victoria y Manuela, hijas de Louis Schrave y María del Mar Álvarez de Cienfuegos, en verano no eran en una butaca ni en la cama, eran en la lona de un barco. Se pasaban la etapa estival correteando por la tienda de sus padres. Han bebido del amor al mar desde que tienen uso de razón. Estudiaron, hicieron su periplo laboral y regresaron a su empresa familiar cuando sus progenitores se jubilaron. Su lugar feliz es Windsurf La Herradura SL.
No es fácil llevar una empresa, pero ellas quieren que el negocio que sus padres abrieron en 1979, hace 46 años, siga siendo un referente. Han pasado por sus instalaciones miles de personas. Fueron pioneros. Windsurf La Herradura SL en la actualidad desarrolla su actividad en su tienda en La Herradura, tiene otra sede en el puerto deportivo Marina del Este y su escuela de vela y centro de actividades náuticas en la playa de La Herradura. En unos enclaves únicos que atrae a la Costa Tropical a miles de personas.

Louis Schrave y María del Mar Álvarez de Cienfuegos abrieron su primera tienda en La Herradura en el año 1979, ubicada entonces en el edificio Rosa Náutica. Ese paso llegaba tras una bonita historia. En el año 1983 adquirieron el local donde están ubicados actualmente en el Paseo Andrés Segovia, 34. Los comienzos estuvieron relacionados con el deporte del Windsurf exclusivamente y al abrir en la ubicación actual ampliaron la oferta con vela ligera, accesorios náuticos y moda surfera y deportiva. «Nosotros navegábamos ya antes a vela, desde finales de los años 60. Teníamos un velerito en la playa que disfrutábamos muchísimo. Un día apareció un chico francés en la playa con una tabla de Windsurf, la cual le compramos a final de sus vacaciones y esto fue como el punto de partida de lo que vino después», rememora María del Mar Álvarez de Cienfuegos.
«Aprendimos a manejar la tabla, más fácil para nosotros con nuestros conocimientos del viento y después ya contactamos una empresa en Gerona (Cataluña) que fabricó las primeras tablas a vela (así las llamaban) y compramos las dos primeras tablas para nosotros», describe. Aquello fue todo un descubrimiento y se hizo muy popular en la playa, todos querían comprar una. «Así que tuvimos que alquilar un bajo y almacenar nuestras tablas y las que nos pidieron y esto ya se convirtió en nuestra tienda, primera en Andalucía», recuerda esta familia emprendedora y rompedora.
«Nuestros trabajos anteriores nada tenían que ver con la náutica, la vela, era nuestra afición y el mar nuestro mejor amigo», explica el matrimonio. Louis nació en Holanda y navegaba ya desde los tres o cuatro años con su padre. María del Mar nadaba en La Caletilla (Almuñécar) y costaba sacarla del agua. «Allí nos conocimos», señala. «Los primeros años y todos los años hasta hoy han sido un regalo para nosotros, trabajar en lo que te apasiona nos ha hecho muy afortunados y más aún ahora que nuestras hijas han tomado las riendas de la empresa, impulsando la misma con nuevas ideas y actualizando la parte administrativa y operativa a través de las nuevas tecnologías», presumen sus padres.

En todos estos años han puesto todo en su negocio. Fueron creciendo a medida que se extendía y era cada vez más seguida en todas las provincias, sobre todo andaluzas, la afición por el windsurf. «Tuvimos muchísima demanda esos primeros años y asimismo empezamos a tener también peticiones para la enseñanza de este nuevo deporte. Así decidimos crear una escuela de vela para complementar y facilitar la venta de material en la tienda. Al abrir la escuela en La Herradura, se creó un ambiente y una afición en el pueblo en torno a la vela ligera que atrajo a muchos navegantes a esta zona», describe el matrimonio.
También recuerdan que organizaron regatas de verano donde acudían aficionados de varias provincias cercanas como Almería, Málaga y Jaén. Su equipo se desplazaba también hasta Salobreña para acompañar al Rey Balduino y su familia en la práctica de Windsurf.
«Nosotros tenemos un negocio, pero también es como nuestra casa. A lo largo de estos años hemos querido transmitir el sentimiento de poder disfrutar de este deporte que te acerca al mar y te une a tanta gente que disfruta la paz que transmite la navegación a vela», subraya la familia. Varias generaciones han pasado por su tienda y han conocido gente «maravillosa» que siempre recuerdan y aún «siguen viniendo con sus hijos o nietos». La empresa comenzó con una tienda y solo trabajan Louis y María del Mar. A día de hoy cuentan con dos tiendas y la escuela de vela, empleando en temporada alta a diez personas y a cuatro durante todo el año.
El relevo
Sus hijas, Victoria y Manuela se incorporaron a la empresa los años 2015 y 2016. Las dos dirigen la empresa. Vicky, como la llaman en la familia, lleva la imagen gráfica, diseño corporativo y se encarga de la operativa de la escuela, desempeñando tareas de instructora de vela así como dirigiendo los campus infantiles y demás actividades.

Manuela desempeña una labor más administrativa y de gestión de personal, atendiendo de manera presencial la tienda de La Herradura. Louis y María del Mar están jubilados, pero siguen acudiendo cada día para charlar con sus hijas y con algunos de sus clientes de toda la vida que vienen a saludarlos.
El relevo generacional fue algo progresivo que llegó de forma natural. «Vicky y Manuela habían terminado sus estudios y ya llevaban años viviendo fuera con sus propios proyectos y trabajos. Al saber que nos íbamos a jubilar, sintieron la necesidad de volver a sus raíces y a su casa para seguir nuestros pasos y disfrutar de la calidad de vida que nos había proporcionado esta profesión», especifican sus padres.

Cuentan Manuela y Victoria que les aconsejaron que siguieran su propia línea pero sin olvidar las raíces del negocio. Aún hoy en día siguen recibiendo «sabios consejos» de sus padres lo que es «un auténtico lujo y privilegio» para ellas. Casi una década después, señalan que lo más complicado «quizás sean factores externos, la venta online o la competitividad de precios» para seguir en cresta de la ola 46 años después. «Trabajar en familia no es fácil, pero hemos sabido encontrar una línea de trabajo en la que nos compenetramos y encontramos más puntos en común que diferencias», dicen las hermanas.
Ya no quedan muchas tiendas como la suya en la que ver una amplia selección de material, poder probar, tocar y recibir asesoramiento personalizado. Todo un orgullo. Siguen las tendencias sin dejar de lado sus raíces y por supuesto es un plus el lugar donde están. La bahía es «ideal para la iniciación de los deportes de vela y para la práctica del remo». El año pasado reconstruyeron la escuela que para «nosotros fue un logro y un seguro para otros 25 años más». Windsurf La Herradura SL quiere seguir disfrutando del mar y enseñar a amarlo a muchas generaciones más.
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