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El doctor Ignacio López Marín encontró un lugar donde podía desarrollar la oftalmología que él quería ejercer, con la máxima calidad y cercanía. Y esa fue la suerte de muchos granadinos y foráneos. De eso hace más de setenta y cinco años. El lugar fue en la calle Gran Vía de Colón, en un piso situado en una primera planta. La tercera generación hace honor a su abuelo. En un espacio diferente, pero cuidando a los pacientes, que siempre fueron y son los «primero».
López Marín ejerció su profesión hasta los 81 años, y «aún muchos pacientes acuden a nuestra clínica y preguntan por él, dejó un buen recuerdo en miles de pacientes a los que siempre intentó ayudar», recuerda su nieto, Ignacio López-Marín Espigares. Porque esta saga es la de los Ignacio López-Marín. Todos con el mismo nombre, el primer mismo apellido y la misma pasión por su profesión y por atender a las personas con problemas oftalmológicos, que tanta angustia provoca.
Gestionan la clínica Visióon Oftalmólogos, todo un referente. «La historia de nuestra clínica empieza en Granada el año 1949, el doctor Ignacio López Marín abre su primera consulta en Granada en la calle Gran Vía número 39, a la altura de la calle Azacayas, nuestro fundador tuvo cinco hijos, de los que dos fueron oftalmólogos. María Isabel, que ha trabajado siempre en Barcelona e Ignacio, que actualmente es el director médico de nuestra clínica, también ahora está la tercera generación de oftalmólogos trabajando», recuerda su nieto, Ignacio López- Marín Espigares.
Hace 25 años se trasladaron a la plaza de la estación de Renfe, en avenida de Andaluces 9 bajo, donde abrieron una clínica con quirófanos de cirugía mayor incluidos en las instalaciones. Son más de 1.500 metros cuadrados. «En estos días estamos inaugurando la última ampliación de nuestra zona de consultas, añadiendo cuatro unidades más», señala. También tienen sede en Jaén desde hace tres años, donde «nos hemos instalado con una gran acogida por parte de los pacientes de esa provincia, a los que les evitamos el desplazamiento».
De Alfacar
El fundador, Ignacio López Marín, era originario de Alfacar, y al terminar sus estudios de Medicina en Granada se instaló en la capital, de «donde no quiso moverse nunca». Recuerda su familia que «era un hombre de una gran vocación de servicio y amaba la medicina y el trato con los pacientes profundamente. Se decantó por la oftalmología porque sufrió un problema ocular grave en la Guerra Civil, y decidió especializarse en oftalmología».
Tras siete décadas, en la clínica, en la parte médica, está al frente desde el año 1990 el doctor Ignacio López-Marín Pérez, segunda generación de la familia, y en la parte de gestión su hijo Javier López-Marín Espigares, tercera generación de López-Marín que asumió la gerencia de la empresa en el 2023, el relevo generacional fue muy progresivo y natural. Y como oftalmólogo, Ignacio López-Marín Espigares, sigue los pasos de su padre y abuelo. Visioón Oftalmólogos cuenta con 48 empleados, de los cuales 12 son oftalmólogos, asimismo cuenta con optometristas, anestesistas, enfermería, auxiliares y personal de administración y atención al paciente. La clínica ha crecido mucho en estos años y los recursos humanos también lo han hecho, según explican.
Son una clínica de oftalmología integral y tienen tecnología y capital humano para atender cualquier enfermedad de los ojos. «Hemos ido creciendo en espacio disponible, tecnología y recursos humanos a medida que nuestros pacientes lo han necesitado, hemos ido incorporando tecnología médica como láseres de última generación, equipos de diagnóstico así como hemos ido fichando a los oftalmólogos que nos han parecido que cumplían con nuestra filosofía de trabajo, en nuestro sector el capital humano es el más importante», describen los doctores.
En la actualidad realizan más de 4.500 cirugías oculares al año y atienden 40.000 consultas oftalmológicas anuales, entre ellas pacientes con urgencias, enfermedades oculares graves y urgentes como los desprendimientos de retina o patologías más frecuentes como las cataratas, el glaucoma o la cirugía de miopía que «están tan de moda actualmente».
La innovación
La innovación es clave para ellos. La tecnología ha revolucionado la oftalmología en los últimos años. «En la época de nuestro fundador un paciente operado de un desprendimiento de retina o de cataratas precisaba un reposo absoluto al menos de siete o diez días en cama y ahora se van andando de nuestros quirófanos, nuestra capacidad de curar pacientes y hacerlo con las mejores condiciones de eficacia y seguridad se ha disparado con el uso de láseres y demás tecnología», expone como avance de la evolución. Su buen hacer les ha brindado la posibilidad de tener muchos pacientes de toda Andalucía, también del resto de España y de forma puntual de otros países, «pero no es la norma general, diríamos que el 90% de nuestros pacientes son andaluces». Mensualmente, las cifras se desgranan con una atención de unos 5.000 pacientes aproximados al mes en consulta, y realizan unas 400 cirugías oculares al mes, cuentan con dos quirófanos totalmente equipados y 14 consultas entre oftalmólogos y optometristas que funcionan todo el día.
El foco en el paciente
En esta saga familiar, los consejos en la parte clínica son un tesoro. «El centrar todo en el paciente, aunque somos una empresa porque nuestros pacientes han crecido tanto que hemos necesitado una estructura empresarial que cimiente nuestro trabajo médico, nunca hemos olvidado que el centro de todo es el paciente, y que un paciente siempre necesita además de el cien por cien de nuestra atención médica, todo el cariño que podamos darle», apostilla la tercera generación sobre lo que ha recibido de su progenitor.
Siguen creciendo y apostando por ofertar lo mejor. «Hemos creado hace seis años un departamento de i+D, en el que trabajamos de forma conjunta toda la clínica haciendo estudios clínicos, ensayos y análisis de nuevas tecnologías que solemos publicar en artículos científicos en revistas de alto impacto médico. En las últimas semanas hemos pasado el comité ético del último ensayo clínico multi-céntrico ensayos que el estamos involucrados, nosotros como centro europeo de referencia, hay otro centro en Australia y otro en Estados Unidos, esperamos poder publicar resultados positivos en este año», explica Ignacio López-Marín Espigares.
Para este reportaje, recuerdan también algunas anécdotas simpáticas, con todo el cariño. «Nuestro trabajo está lleno de anécdotas al ser de cara al público y ver tantos pacientes cada día, recuerdo con cariño una paciente que llevaba ciega unos años y al operarla con éxito y recupera la visión, fue entrevistada en televisión y al ser preguntada qué le dijo a su esposo al verlo (eran muy mayores) contestó que estaba muy viejo y feo…», relatan entre risas. Otro recuerdo muy divertido es el de un niño que acudió a la consulta con los ojos rojos. «Los padres comentaron que igual iba a romper a leer», apunta Ignacio López-Marín Espigares. «Nuestro trabajo además de ser muy agradecido es en ocasiones divertido», ríe. La saga tiene además futuro. «A día de hoy hay cinco bisnietos, de los cuales uno se llama Ignacio, y a sus ocho años siempre dice que va a trabajar con su padre y su abuelo, parece que también le llaman los ojos de los demás».
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