Una pierna, dos muletas y mucho fútbol
Taras Sokol es un ucraniano que entrena en Granada y se ha coronado como campeón de España representando al Real Betis en fútbol para amputados
Fran Peláez
Granada
Sábado, 28 de junio 2025, 15:52
Una pierna, dos muletas y una pasión que no entiende de fronteras ni de guerras. Taras Sokol nació en Ucrania y llegó a Granada huyendo de la guerra, pero no dejó atrás su amor por el fútbol. Hoy, tres años después, representa al Real Betis de amputados, equipo con el que se ha convertido en campeón y con el que disputará la Champions League. Su historia es la de miles que dejaron su país buscando la paz, pero también es la de un hombre que nunca renunció a correr tras un balón, ni siquiera cuando la vida intentó frenarlo. En 2022, Sokol aterrizó en Málaga en busca de una nueva vida. A pesar de que su ciudad, Odesa, está al oeste de Ucrania y no es de las más peligrosas, la amenaza constante le empujó.
«Nací con una pierna más corta, siempre he utilizado muletas. Tengo una prótesis, pero no me resulta cómoda. Juego así al fútbol, para mi es normal. Hay gente que se sorprende, pero yo lo veo como algo natural», arranca Sokol sobre su historia.
Taras juega como lateral derecho y se convirtió en campeón de España el pasado mes de abril, tras disputar un torneo celebrado en Aracena (Huelva) los días 28 y 29. En España existen varios equipos que juegan a este deporte conocido como 'amp fútbol', o fútbol para amputados. Cuando Sokol llegó a España comenzó participando en otro equipo.
«Inicialmente vivimos en Benalmádena porque un familiar de Nataly, mi mujer, vivía allí. Empecé a jugar en el Flamencos de Málaga. Allí estuve un año en el que caímos derrotados en la final de la Champions y quedamos segundos en la Copa de España», explica. Hoy en día, reside en Granada, ciudad a la que llegó por casualidad y de la que se enamoró y se dio cuenta rápidamente de que era su lugar.
Sokol desarrolla qué hace para prepararse para los partidos desde la distancia. «Con el Betis entreno una vez al mes. Viajo a Sevilla y allí me encuentro con mis compañeros. El resto del tiempo entreno solo, en el Campo Miguel Prieto del Zaidín», concreta el joven durante la entrevista con IDEAL, que precisamente tuvo lugar en esta instalación granadina. «A veces, voy a una pista que hay en la calle Pedro Machuca y juego con unos chicos africanos. Ellos sí tienen las dos piernas y son muy rápidos. Jugar con ellos me hace mejorar», asiente Sokol esbozando una sonrisa.
Normas
Concreta las diferencias entre su modalidad deportiva y la convencional. «Se juega un partido de siete contra siete, en unas dimensiones reducidas. Los jugadores de campo solo pueden utilizar una pierna y no pueden usar las muletas para tocar el balón o contará como mano. Los porteros tienen una zona específica en la que estar, pueden utilizar las dos piernas y una mano», profundiza Sokol.
Sokol abandonó Ucrania ante la crítica situación por la que pasa su país desde el comienzo de la invasión rusa. A pesar de que su ciudad estaba más cerca de Polonia y no era una zona tan 'caliente', tomó la decisión de acudir a España en busca de la tranquilidad que no podía tener en su territorio. Allí, antes de la guerra, no existían equipos para personas con su condición, únicamente estaba la selección nacional. Soko habla sobre el contexto actual en su país en relación a este deporte. «En la actualidad, existen ocho equipos para amputados en Ucrania. Hay muchos militares que han perdido una pierna u otra extremidad y es por eso por lo que se están creando tantos clubes», afirma el joven. Taras también se preocupa por sus familiares. «Mi gente no ha podido venir a España ni yo he vuelto a Ucrania desde que llegué. Estoy muy bien aquí, pero a veces echo de menos mi país. Mi padre es militar y desde que empezó la guerra ha estado en zonas peligrosas, en mitad del conflicto. Ya mismo cumple 60 años y regresará por fin a casa. Esto me hace muy feliz», asiente Sokol con emoción.
Retos
Hace poco más de un mes participó con el Betis en la Champions League, una competición que se celebró en Ankara (Turquía). Los mejores conjuntos de Europa midieron sus fuerzas para conquistar el título. El equipo rozó la medalla de bronce en su primera participación internacional, terminando como cuarto clasificado, justo en mitad de la tabla. «El año pasado quedé subcampeón con el Flamencos», reuerda Sokol.
La historia de Taras no solo es la de un deportista que supera barreras físicas y fronteras, sino también la de alguien que ha sabido salir adelante en medio del caos. En los campos del Zaidín, entrenando solo bajo el sol granadino, representa mucho más que a un deportista: la fuerza de los que no se rinden, de los que convierten el dolor en motor y la incertidumbre en gol. Desde Odesa hasta Granada, pasando por cada etapa sobre sus muletas, demuestra que hay muchas formas de ganar y que algunas, como la suya, dejan huella más allá del marcador.
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