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Las jugadoras del CDU de voleibol subieron a Superliga 2. R. I.

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El deporte femenino salva la honra de Granada

Los mayores logros de la temporada en la provincia vienen de la mano de clubes conformados por mujeres a pesar de la mayor precariedad de sus modalidades

Domingo, 8 de junio 2025, 23:46

Granada vivió una temporada de más sombras que luces a nivel deportivo. La provincia acumuló chascos en forma de descensos, derrotas en 'play offs' o rendimientos irregulares, recordando 2025 como un 'annus horribilis' en prácticamente todas las disciplinas. Principalmente, en las de modalidad masculina. Los clubes compuestos por mujeres, así como ciertas deportistas individuales, salvaron la honra de la provincia pese a sufrir en general una mayor precariedad y contar con menos eco.

La lista de fracasos es amplia. El no ascenso a Primera del Granada masculino después de firmar un año decepcionante, la salida de la élite del Covirán Granada tras tres cursos en Liga Endesa, los descensos del Sima en fútbol sala, el Ciudad de Granada en balonmano o el 'Uni' de voleibol… Una mancha tras otra en el expediente granadino con firma masculina. Por otro lado, las escasas alegrías del curso las protagonizaron mujeres a nivel colectivo.

En fútbol, el Granada dejó bien alto el pabellón rojiblanco. Las futbolistas de Arturo Ruiz cuajaron el mejor año de su historia, con un quinto puesto en Liga F. Sus 45 puntos en 30 partidos supusieron la mejor puntuación de las nazaríes en la categoría, ganándose el derecho de pelear por el pase a la Champions League y la Supercopa de España prácticamente hasta el final del campeonato. Su situación ganó adeptos para la causa, aficionados que por fin se interesaron por 'sus' jugadoras.

Ese aumento de popularidad se tradujo en una mayor afluencia de público en la Ciudad Deportiva, pero también en Los Cármenes. El estadio reunió varios miles de asistentes cada vez que el Femenino disputó un partido grande. Por ejemplo, en la Copa de la Reina, donde su rendimiento no empeoró y se llegó a rozar la final tras protagonizar unas eliminatorias memorables. Las granadinistas elevaron su nivel gracias a adoptar una mentalidad ganadora durante la preparación. Todo lo contrario que el Masculino, caracterizado por una fragilidad más allá de lo táctico que les impidió alcanzar el 'play off'.

Dos jugadoras del Detugra celebran la consecución de un gol en un partido. R. I.

Algo similar ocurrió en el Granada de fútbol sala entre Sima y Detugra. El primero, el de hombres, descendió a Tercera división tras una campaña muy mejorable. Las lesiones y la falta de experiencia lastraron al equipo de Rafa Romero, que fue decayendo, mientras el Femenino vivió lo opuesto. Las pupilas de Javier Espinosa volaron en su liga, saliendo victoriosas de la totalidad de sus partidos para alcanzar la Segunda división nacional. «Llevábamos tres años trabajando por el ascenso. Siempre nos faltó un pasito más, pues fuimos subcampeonas cada temporada. Por fin lo conseguimos», saca pecho el propio entrenador.

Pese a su buen hacer, Espinosa lamenta la falta de apoyo institucional, lo que provoca que muchos clubes femeninos como el suyo se encuentren en una situación de permanente precariedad. «El equipo funciona, pero tiene un seguimiento mínimo. Los logros deberían ayudar, pero no vemos ninguna evolución. Considero que falta apoyo económico por parte de las instituciones de la ciudad. Solamente con financiación privada no da. Lo peor es la comparativa con los deportes masculinos, que cuentan con mejores condiciones aun jugando en la misma categoría. Es desolador», valora.

«Hay gente que nos critica y nos infravalora, pero luego no ve deporte femenino. La competitividad es la misma que la del masculino. Ascender a una Segunda división nacional no es nada sencillo, aunque la gente lo ve como un 'hobby', no como un equipo de chicas que se sacrifican y que invierten tiempo para competir mientras estudian o trabajan. Por suerte, el club sí nos cuida mucho para que podamos competir en las mejores condiciones. Nosotras representamos a Granada al fin y al cabo», expresa María Juárez, una de las alas del equipo.

El voleibol también es víctima de desigualdades. «Se nota mucho la diferencia económica, pero no tanto de nivel en cuanto a masculino y femenino. Comparas las principales ligas y encuentras distinciones de salario y de recursos, pero se rinde igual. De todos modos, en nuestro deporte siempre ha habido más igualdad que en otros», refleja Majo Corral, técnico de la sección femenina de la Universidad de Granada. Las jugadoras completaron una excelente campaña y se hicieron el ascenso a Superliga 2 –categoría de plata nacional–, división que perdieron los chicos.

El Granada femenino firmó la mejor temporada de su historia. J. M. B.

La plantilla del 'Uni' espera que el éxito conlleve una mayor expectación a lo largo del curso que viene. «Lo vivimos este año. Como la dinámica fue buena y ganamos mucho, se fue enganchando cada vez más gente. Venían a vernos al pabellón porque eran partidos importantes. Nosotras estamos orgullosas de representar a Granada y al club de este modo», relata Ángela Jódar, capitana del equipo. «Me gustaría que hubiese una menor rivalidad dentro de Granada. El resto de equipos de la provincia no se vuelca con nosotras, no fomentan que el equipo principal crezca y se forme ese vínculo tan necesario con la gente del voleibol», apostilla la entrenadora.

Consolación

A pesar de todos los obstáculos, la lucha constante del deporte femenino lleva a sus protagonistas a conseguir pequeñas metas. «La situación está cambiando en últimos años. Los equipos van ganando visibilidad y recursos, lo que hace que las chicas quieran seguir practicando su deporte para crecer. No cobran nada. Cada vez tienen más referentes también», redondea Corral. Espinosa sitúa el foco en el potencial de la ciudad. «Personalmente, no veo a Granada preparada para apostar por los deportes minoritarios. El fútbol y el baloncesto tienen afición, pero el resto no tenemos cabida. En cuanto a inversión, solo se aboga por lo que da dinero a corto plazo. Todo lo que no sea eso, no sale adelante. Pero seguimos porque nos gusta», sentencia Espinosa.

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El deporte femenino salva la honra de Granada