Arián Téllez: «Voy a disfrutar, aun con el tendón tibial roto»
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El velocista vuelve a la gran cita nacional año y medio más tarde, mermado pero ilusionado: «Siempre puede ser la última vez»Arián Téllez vuelve a un Campeonato de España año y medio después, ausente en dos citas al aire libre y otra de pista cubierta anteriores por las lesiones, y está nervioso. «Pero son nervios buenos, por la ilusión que tengo por hacerlo bien. No estoy como me gustaría, pero tampoco estoy mal después de dos años con dolor», se complace. La última vez que asistió, en febrero de 2021 en Madrid, se colgó una plata que le salió muy cara. «Me destrocé el músculo isquiotibial de la pierna izquierda y rodé. Parecía que no iba a pasar de un par de roturas, aunque tuve que llevar muletas, pero terminó siendo una hecatombe: también me había roto el tendón por dos sitios distintos», apunta. Todo parecía olvidado incluso tras derivar en fibrosis cuando a fin de año, el pasado diciembre, se rompió el tendón tibial posterior izquierdo a la altura del pie. Desde marzo luce un vendaje compresivo azul que solo retira para cambiarlo o tratarse con tal de controlar el dolor. «Mientras sea así, competiré. Y voy a disfrutar», advierte.
Campeón de España absoluto y medallista en muchas ocasiones, hubo bastantes semanas en las que Arián Téllez no podía ni sentarse. «¿Cómo iba a volver a correr a tope?», se preguntaba. «Quizás otra persona habría tirado la toalla, pero soy muy cabezón y siento mucha pasión por este deporte, por más que me haya quemado psicológicamente. Llevo toda mi carrera con lesiones que duran más de lo que deben, la mayoría en los isquiotibiales, y es duro aunque siempre tenga la esperanza de que no son más que piedras en el camino. Estaba convencido de que tenía que llegar a Nerja y lo he conseguido», celebra el integrante del núcleo de velocidad 'Fuertes y rápidos', dirigido por Manolo Jiménez.
Fue en el confinamiento de 2020 cuando Arián Téllez, que hasta entonces era un animal competitivo puro, redescubrió el placer por el entrenamiento. «Dedicarme a hacer deporte, compartirlo con mis amigos, que me dé el sol... Desde entonces, disfruto como nunca lo había hecho antes. Eso me ha mantenido vivo durante todos estos procesos de recuperación», reconoce. Pertenecer al núcleo de velocistas más importantes del país, 'Fuertes y rápidos', es «lo mejor y lo peor» que le puede pasar a un velocista. «Cuando estás mal, los ves muy lejos porque son lo mejores; pero cuando empiezas a estar bien, te retroalimenta acercarte. Sin la autoexigencia que me da tenerles al lado, no me habría recuperado», sostiene, sin esconder que hubo semanas en las que intentaba no coincidir con ellos por la impotencia de no poder imitarles más allá que al hacer pesas. «Nadie es feliz lesionado», constata.
En marzo, el doctor David López Capapé, que ya había operado a Laura Bueno, le dijo que tendría que pasar por quirófano si no mejoraba del tendón tibial. Sin embargo, optaron por una alternativa: un vendaje compresivo para controlar el dolor. Después de cuatro meses sin correr, de diciembre a abril, Arián Téllez volvió a la pista y luego a la competición. Una semana antes del Meeting Paco Sánchez Vargas de mayo en el Estadio de la Juventud, de hecho, volvió a Pamplona para tratarse con Jurdan Mendigutxia, uno de los mayores especialistas del mundo en músculos isquiotibiales, para certificar que todo estaba bien y «solucionar todas las descompensaciones». Sin embargo, aquel día, entre semifinal y final, sufrió un pequeño ataque de intensidad: «Me volvió a dar miedo lesionarme».
Su entrenador, Manolo Jiménez, le inculcó que tuviera paciencia. «Me repitió mucho una frase: 'Las cosas no son como son hasta que no acaban'», rememora, con el lema marcado a fuego de cara a Nerja. Como él, también se mantuvieron a su lado todas las personas que él considera importantes. «Nadie se atrevió a decirme que tirase la toalla, mantuvieron la esperanza cuando ni yo la tenía», admite. Sí echó en falta, tantas medallas después, algo de interés por parte de la Federación. «No hubo nada, ni un mensaje. Nadie preguntó, ni a mí ni a mi entrenador, por qué no estaba corriendo ni iba a los campeonatos». Entre todas las personas que le han ayudado en este tiempo, Arián Téllez destaca a las psicólogas Mari Infante y María José Jiménez, hermana de su entrenador; a José Alberto Campos, nutricionista; a los fisioterapeutas Rafa Ortega y Francis Buendía, «el de toda la vida»; al doctor David López Capapé; a Jurdan Mendigutxia; a Podoactiva Granada y Policlínicas Seckmet; y a su compañero Pablo Montalvo, su «masajista particular en prácticas».
Correrá con el tendón tibial roto y habiendo concentrado en solo tres meses la preparación que la mayoría de atletas han desarrollado en nueve, pero Arián Téllez se siente pletórico. «Ya es el Campeonato de España que más he disfrutado de mi vida, solo queda mostrar lo que tengo en las piernas y lo que valgo. No he podido competir todo lo que me habría gustado estos meses, pero he perdido el miedo a lesionarme de nuevo y ya solo pienso en competir con los demás desde mi mejor versión. Creo que puedo aguantar tres carreras y llegar con garantías a la final, que es lo más complicado porque una vez ahí puede pasar cualquier cosa. Nos jugamos todo en unas centésimas de segundo; es la magia de la velocidad. Suelo ser inteligente y tengo la confianza suficiente en mí mismo», explica el velocista.
Arián Téllez se siente un privilegiado, pese a todo, y con esa mentalidad competirá en Nerja. «He visto el final tan cerca que he aprendido que cada Campeonato de España puede ser el último, y tengo que disfrutarlo como si lo fuera. Quién sabe si no es mi última temporada. Puede ser un punto de inflexión en mi vida, porque ya he terminado mi carrera de Economía y tengo otras inquietudes. De una manera u otra, cierro una etapa. Quiero seguir corriendo y demostrar lo que valgo, pero nadie sabe lo que puede venir», comparte con misterio. «Incluso me veo volviendo a ser campeón de España en un futuro, que no en Nerja. Eso sí, soy consciente de mi edad y de que no me queda mucho. Aun así, esta travesía por el desierto me ha dado perspectiva sobre todo lo que he vivido y ganado, lo que he viajado y los amigos que he hecho», reflexiona Arián Téllez.
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