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Ramón Vilà aportara energía al Covirán Granada en los meses que restan de temporada. PEPE MARÍN
LEB Oro

«No quería irme de Zaragoza, pero la oferta era irrechazable»

Ramón Vilà ·

El nuevo pívot rojinegro desvela las claves de su llegada a Granada y los objetivos que se marca en su etapa en el Covirán

Jose Manuel Puertas

Granada

Viernes, 4 de marzo 2022, 00:26

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Ramón Vilà (Barcelona, 11 de septiembre de 1997), viejo anhelo del Covirán, es el broche a una plantilla para soñar. Tipo enérgico e internacional con España en todas sus categorías inferiores, en Granada quiere seguir demostrando a los que le olvidaron en su periplo americano lo errados que estaban.

–¿Qué tiene de especial ser canterano del Barça?

–Supone presión, pero también un privilegio que no todos pueden tener. Viví allí siete años y es un gran recuerdo. Estuve en La Masía a media pensión, hice bachillerato, pasaba horas entrenando… Me dio a muchos de mis mejores amigos. Estoy muy agradecido al Barça.

–Luego se fue a Estados Unidos y pudo hacerlo a una gran universidad como Arizona State.

–Estaba en una universidad en Barcelona que no me facilitaba compaginar los estudios cuando ya estaba en el Barça B. Pasé dos o tres meses muy estresantes, en los que dormía muy poco, y llevar ambas cosas fue muy difícil. Pensé que para estar cuatro años sufriendo mejor me iba a Estados Unidos. La verdad es que no conocía cuáles eran las mejores universidades, no sabía mucho de NCAA. Era tarde. Tiré a lo alto y acabé en Arizona State.

–El mismo lugar donde estudió James Harden. ¿Dejó legado allí?

–Alguna vez le vimos, y nos daban zapatillas suyas personalizadas. Además, la universidad estaba al lado de Phoenix y en pretemporada compartíamos entrenamientos con los Suns de la NBA. Hacíamos partidos con ellos. Eso me gustaba porque a veces mezclábamos los equipos. También en verano venían muchos jugadores a trabajar, como Damian Lillard, y jugaba con ellos.

–Pero adaptarse no fue fácil.

–Por mucho que en Instagram pongas todo lo bonito que hay allí, el ambientazo, las instalaciones… el primer año lo pasé mal. Mi inglés no era bueno y hasta el segundo año apenas me crucé con gente hispana. No me comunicaba y apenas tenía amigos. Me sentí solo, lo pasé mal.

–Y se fue a una universidad más modesta: Tennessee-Chattanooga.

–Lo hice para mejorar como jugador. A Arizona State llegué sin casi información previa y, aunque jugaba bastante para ser de primer año, el uso que me daban era hacer bloqueos y apenas tocar el balón. Cuando volví en verano a España, mi agente me vio entrenar y me dijo que era peor que antes. Estaba mejor físicamente pero había perdido capacidad de jugar, así que me fui a un sitio donde tuviera más protagonismo y en Chattanooga usaban mucho a los interiores. Era un juego más europeo.

–Tampoco fue convencional.

–No, apenas jugué temporada y media. El primer año lo pasé en blanco por el cambio de universidad, y cuando acabé la carrera (Empresariales) podía haber jugado un año más, pero con mi agente decidí que era el momento de volver y empezar en LEB.

–¿Se olvida la gente aquí de quien se va a Estados Unidos?

–Completamente. Con España siempre fui importante, titular en los campeonatos. Me fui cuatro años y cuando volví era como si la gente me descubriera. Me habían perdido la pista, cuando mis partidos se podían ver por ESPN. Me sorprendió, tuve muy pocas ofertas. En Huesca me limité a callar bocas. Empecé muy cabreado, con odio dentro por los que me habían rechazado. Demostré que se equivocaron.

–Llega del Casademont Zaragoza. ¿Por qué no funcionó?

–Sabía que iba como quinto interior. Quería debutar en ACB, era mi sueño de pequeño. Les agradezco la confianza y no tenía intención de irme, pero hace dos semanas Pablo Pin llamó a mi agente y me ofreció una oportunidad irrechazable. Estaba muy cómodo, pero deportivamente es una opción muy buena.

–¿Incluye renovación en caso de ascenso?

–He firmado por una temporada y media, pase lo que pase.

–El Covirán preguntó por usted semanas atrás ya. ¿Qué cambió?

–Hace mes y medio me llamaron. Agradecí el interés y lo consideré, pero era pronto. Quise esperar a ver si tenía más tiempo en Zaragoza, pero no llegó y, como ya se cerraba el mercado LEB, cuando el Covirán mejoró la oferta me vine. Estoy muy contento, además el equipo me encanta, la filosofía del club… es la hostia.

–Su juego es más de '5' que de '4'. ¿Teme haberse quedado algo pequeño para poder tener ese papel en ACB algún día?

–Cuando he jugado en ACB lo he aprovechado. Mis números por minuto son buenos... (resopla). Tengo que mejorar para poder ser más consistente, no estoy preparado para tener minutos importantes en ACB. En Zaragoza entrenaba mucho de '4' aunque solo jugaba de '5'. Granada me ayudará a llegar a donde quiero.

–¿La mejora en el tiro es clave?

–Sí. Llevo todo el año en ello. En Zaragoza me quedaba media hora tras el entreno con Aleix Font y Adam Waczynski. Hacía casi lo mismo que ellos, ambos grandes tiradores. He mejorado mucho.

–Una de sus virtudes es el juego de poste bajo, donde el Covirán no es muy fuerte.

–Sí. Lo puedo hacer pero he transmitido al entrenador y al equipo que si me dan el balón no tiene por qué no volver a salir. Si estoy bien defendido, la saco rápido. No soy un 'chupón' ni egoísta. Quiero que tengan confianza para dármela, obviamente soy agresivo y quiero meter canasta, pero si no puedo no voy a insistir.

–Llega en un momento oportuno, con la lesión de Iriarte.

–Es una pena. No vengo a quitarle el sitio a nadie, sino a ayudar. A tener más rotación, pues ya me ha dicho Edu (Gatell) que las faltas a veces han sido un problema. Es una lástima, daré lo máximo y le espero cuanto antes.

–Le define la intensidad.

–Me mola ser así. Es curioso, fuera soy muy tranquilo. No sé por qué cuando piso la cancha soy muy competitivo y agresivo. Es como la antítesis de la persona.

–¿Será raro debutar en Huesca?

–Sí. Me dieron la oportunidad que la mayoría no. Les tengo mucho aprecio y me sabe mal la situación que pasan, pero hay que ganarles para seguir arriba.

–¿Viene a Granada a ascender?

–Pregunta complicada... Vengo a mejorar como jugador y a estar en un equipo divertido. Claro que, ¿a quién no le gustaría subir? Hay que ir partido a partido, pero creo que si seguimos una buena línea, tenemos bastantes números.

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