

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El morado se comió al rojinegro. El 8M era una jornada con mucho por reivindicar. También en el Palacio de Deportes José María Martín Carpena, donde juega un papel más que protagonista junto al verde. La capital malagueña se rinde a Unicaja y viceversa, y no es para menos. La afición local convirtió el derbi en toda una fiesta desde mucho antes del balón al aire. La hinchada nazarí se quedó a medias, más reducida en su visita con respecto a la de otras campañas por distintos factores.
El cielo fue uno de ellos. La mala previsión meteorológica para Málaga –igual o peor que la de Granada– no animaba a salir del sofá y tirarse a la carretera. La lluvia espesa y constante acompañó a las decenas de rojinegros –quizá alguno más, pero lejos de los 500 registrados en el derbi de la pasada campaña– que se rebelaron contra todos los pronósticos para no dejar solo al equipo de Pablo Pin en el Carpena. No se arrepintieron, pues la plantilla les regaló un más que digno encuentro pese a la derrota final. Justo lo que pidió Manuel bajo su paraguas.
«El equipo lo tiene difícil porque viene con muchas bajas, pero esperemos que al menos dé la cara en Málaga», espetó a IDEAL junto a su pareja Ana por los aledaños. Ambos desplegaban su bandera del Covirán mientras el agua empapaba la placa conmemorativa de Sergio Scariolo, aquella que nadie se atreve a pisar en mitad del Paseo de las Estrellas malagueño. Gloria para el seleccionador nacional.
Pocas camisetas rojas se divisaban en el horizonte. Un mar verdimorado arrasaba la estampa, aunque eran los chaquetones los verdaderos reyes de la Unicaja Fashion Week. De esos acolchados e impermeables, ideales para pasar desapercibido bajo la tormenta. Más de uno se confundiría con los muchachos del CB El Palo, presentes con una equipación anaranjada que recordaba a la del Covirán. Ni aro, pues los visitantes andaban en territorio comanche. Al menos hasta que llegaron Vanesa y María, aliadas marbellíes.
«Somos amigas de Rubén Guerrero –el pívot del Covirán–. Nos criamos con él en Marbella y nos conocemos desde niños. Aunque nos va el Unicaja, esperamos que se luzca y haga un buen papel», desvelaron antes de acceder al pabellón. Sus zamarras con el 32 del jugador a la espalda resultaron talismán, pues Guerrero cuajó una buena actuación en el rebote. ¿Dónde están sus abonos de temporada?
Dentro de la cancha la diversión la marcaba Chicui. La mascota de Unicaja repartía chucherías y abrazos a todos los niños durante el calentamiento. Emma no le quitaba ojo desde la banda, aunque su debilidad era Amine Noua. «Es mi favorito. Tiene que darlo todo porque lo necesitamos. Siempre mete muchos puntos y va a aparecer», relató. No se equivocó la pequeña, con el francés crecido sobre el parqué.
Sí que se echó de menos al Frente Nazarí durante los 40 minutos, que no se movilizó en esta ocasión. «Este año no se llegó a un acuerdo por el precio de las entradas. La última vez se fijaron en 10 euros y este pasaron a 25, así que no organizamos desplazamiento», confirmaron a este diario en la previa. Dicha inferioridad pareció espolear a los hombres de Pin, cerca de obrar el milagro en el Carpena –cancha maldita para Granada– con tan solo ocho jugadores en la rotación.
Los triples decisivos de Osetkowski y Perry dieron vida a las gargantas locales, que se fundieron en una para entonar el himno de Unicaja como conjura. El chaparrón final lo aguantaron los fieles del Covirán.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
M. Victoria Cobo | Granada, Sandra Martínez, Juanjo Cerero | Granada y Javier Morales | Granada
Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.