«Amo a Granada, pero hay trabajo por hacer»

Cuando Thomas Bropleh dejó Granada a los 32 años, con destino a Japón, se hacía difícil imaginarle de vuelta en la ACBcomo rival rojinegro. Sin embargo, este domingo (12.30 horas) pisará el Palacio, amenazante con el Hiopos Lleida en un partido fundamental. Leyenda convertida en enemigo íntimo.

–¿Qué tal todo por Lleida?

–Bien, bien. Está siendo un año con altibajos, pero bien, creo que vamos en buena dirección. Cada temporada hay momentos mejores y peores, pero contento.

–Hace dos jornadas estuvieron mal en Coruña, pero luego volvieron ganaron a Zaragoza.

–La sensación general es buena, ganar delante de tu gente siempre te ayuda porque te da confianza. Desde luego que esa derrota fue jodida, pero tocaba pasar página y mirar hacia adelante. Unirnos como grupo, y es lo que hicimos. Ahora lo que nos toca es seguir, centrados en el próximo partido.

–Es un equipo que se caracteriza por su gran carácter y lucha. ¿Qué pasó en Coruña? Pese a las baja de Bozic y Paulí, no mostraron esa energía.

–Bueno, cada partido tiene su propia historia. En Coruña no estuvimos bien, al fin y al cabo no tuvimos la intensidad necesaria para ganar un partido fuera de casa. Pero durante la semana de trabajo ajustamos lo que teníamos que ajustar y conseguimos ganar el siguiente en casa. Ahora hay que seguir construyendo, aprovechando ese buen momento que te da ganar.

–Hábleme de ese espíritu tan especial. ¿Cómo se logra?

–Yo creo que todo empieza por la afición del equipo. Son de los más pasionales para los que he tenido la suerte de jugar en mi carrera, así que yo creo que todo empieza a partir de ellos y también desde luego del entrenador, Gerard Encuentra. Es ilerdense también y en general todo eso hace que haya una gran pasión por el equipo. No paran de animar, el pabellón es muy ruidoso… Este ambiente tan pasional por su equipo hace que se te meta dentro cuando juegas para ellos. Creo que esa es la clave.

–Quería preguntarle por Encuentra y Pablo Pin. Muy jóvenes y líderes en su ciudad. ¿En qué se parecen y en qué no?

–Creo en primer lugar que tácticamente los dos son realmente buenos. Hacen muchas cosas con su pizarra y sus sistemas, tienen sistemas ofensivos de alto nivel, y también en defensa. Creo que en eso son muy similares, ambos confían en sus ideas, creen en lo que hacen. Hay muchas semejanzas entre ambos. ¿Diferencias? Claro, como entre cualquier ser humano, pero no es necesario profundizar en eso. Son muy buenos entrenadores, ambos jóvenes, pero personas diferentes. He jugado para ambos y los respeto mucho porque hacen lo mejor para su equipo.

–¿Cómo ha cambiado al Hiopos la llegada de James Batemon? ¿Le recuerda a cómo el fichaje de Thomasson en Granada le generó más espacios en ataque?

–Sí, ha sido un soplo de aire fresco. Un tío nuevo en el vestuario. Es un generador, para el equipo y para sí mismo. Es un gran tirador y un enorme compañero. No tiene un gran ego, trabaja por el grupo y desde luego tiene mucho talento. Nos ayuda a todo el equipo, no solo a mí. Tener un generador más ayuda mucho, sí, creo que es muy bueno para conseguir nuestro objetivo, que es salvarnos.

–Vayamos a lo mollar. De vuelta a Granada…

–(sonríe). Bueno, en primer lugar, para mí tiene que ser un partido más. Pero sí, esos tres años fueron maravillosos. Me hubiera encantado ganar algunos partidos más en ACB esa temporada, pero es un lugar especial para mí, con recuerdos maravillosos. Amo a la ciudad y a los aficionados. Ganar la LEB Oro, salvarnos, las celebraciones… Todo eso sigue en mi alma. Pero bueno, ya sabe, somos profesionales y nos toca ganar y seguir con una buena racha. Será un poco extraño, pero tampoco es la primera vez que juego allí como rival. Será raro, pero esos tres años son parte de mi historia, desde luego.

–Sin pensar en este partido, no es fácil afrontar partidos así, supongo.

–Al final, los resultados son lo importante. Usted y yo hemos tenido muchas entrevistas, y sabe bien qué es lo que hay. Con Granada volví contra el Betis, donde había sido muy feliz, y lo dejé todo en la cancha por el Covirán. Ahora no quiero pensar que lo que pase el domingo va a determinar si se salvan o no. Es un gran club, una ciudad maravillosa y una gran afición. Les quiero. Pero tenemos un trabajo que hacer y pensar desde lo personal no sería bueno para conseguirlo. Tendré que estar centrado en lo que toca, que es ayudar a mi equipo a ganar un partido.

–Se marchó de la ciudad sentado en la silla del alcalde...

–¡No se cómo acabé ahí! (se ríe) Fue una gran celebración, algo muy bonito porque lo que habíamos logrado fue de mucho valor. Pero sí, desde luego que aquella es una muy, muy buena foto.

–Pese a lo relevante del partido, pinta a que se llevará una ovación en la presentación.

–¡Será bonito! Volver a jugar contra tu exequipo, que te muestren cariño por lo que hiciste, desde luego lo será. No sé cómo reaccionaré, veremos, pero será bonito. En Sevilla y Lugo también me aplaudieron, pero quizá en Granada sea más bonito por todo lo que logramos, ya veremos.

–Cuando dejó Granada y se marchó a Japón, ¿descartaba volver a jugar en la Liga Endesa?

–No, en absoluto, en realidad hubo algún interés de algún equipo ya entonces. Siempre he pensado que podría volver a jugar en esta liga y también entonces, pero a veces hay ofertas que uno, sencillamente, no puede rechazar. El interés que hubo desde Shizuoka, y del entrenador Facundo Müller en particular, con el que además podía hablar español, despertó mucho mi interés por dar ese nuevo paso. Es bonito pensar en jugar a este deporte por todo el mundo. Pero desde luego nunca pensé en que no volvería a jugar en la ACB si se daba el caso, y eso es lo que pasó con Lleida. Así que aquí estoy de vuelta en la mejor liga de Europa.

–Cuando se marchó, Pablo Pin habló del final de una era. Que ambas partes necesitaba dar pasos separados. ¿Usted lo vio así también?

–A ver, no hubo negociaciones, y cuando estás en el último año de contrato y no hay negociaciones, pues... Eso es lo que pasó. No sé muy bien si hablaron más o menos con mi agente o si era un tema económico, no lo sé. Pero no es algo malo: estar tres años en un mismo club es mucho. No muchos jugadores pueden decir eso, especialmente extranjeros. A veces simplemente toca dar otro paso, buscar nuevos retos. No pasa nada, solo tengo buenas palabras para Pablo: confió en mí tras pasarlo muy mal en Palma, él me motivó a ser de nuevo el jugador que fui en el Betis. Creyó en mi para jugar en la ACB y me dio esa oportunidad. Solo tengo buenas palabras para él, aunque a veces el negocio del deporte tiene estas cosas.

–Es un partido clave. Si ganan, le sacarán al Covirán dos victorias y el 'average', un abismo. Pero de lo contrario, estarán empatados en la tabla.

–Claro que sería un gran paso para nosotros por eso que dice. Me recuerda al partido con el Betis por todo lo que significaba. Los jugadores estamos aquí para momentos como este, nos encantan y a mí desde luego especialmente. Es una gran oportunidad para poder acercarnos a nuestro objetivo y ganar nos acercaría mucho. Respecto a ellos, esta liga es la más difícil de Europa y seguro que será muy difícil.

–Llega el Covirán con bajas importantes, pero también dos nuevos fichajes en la plantilla. ¿Cómo espera que sea el partido?

–Creo que la clave será simplemente la intensidad. Será un partido muy intenso por las dos partes. Será crucial mantener la calma en los malos momentos y respetar el plan que tenemos. Ellos vienen de perder, pero lo que enseñaron durante 32 o 33 minutos contra el Unicaja demuestra que son un equipo bien entrenado. Va ser muy duro, seguro, con su gente animando y la importancia que tiene. Será tenso... pero soy de los que prefiere jugar bajo presión. Se trata de ganar y haremos lo que sea para lograrlo.

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