«Nunca en mi vida había soñado con ser campeón del mundo»
Sujetando con sus manos la flamante medalla de oro, el alero teutón del Covirán repasa su intenso verano y sus planes para esta temporada de rojinegro
«Mi español va mejorando, pero necesito practicar un poco más. Hablo con los compañeros de equipo y con mi novia, que es de México, creo que en dos meses podré hablarlo fluido», chapurrea David Kramer (Myjava, Eslovaquia, 14 de enero de 1997) antes de su primera entrevista, aún en inglés, en España tras ganar la Copa del Mundo con Alemania y convertirse, de rebote, en historia de un Covirán con el que debuta en España mañana (18 horas) ante el UCAM Murcia.
-¿Cómo en la sensación de tener esa medalla en las manos?
-¡Oh, tío! Es algo increíble, surrealista. Creo que todavía no me puedo creer que la tenga aquí. Es algo con lo que nunca ni siquiera he soñado en mi vida. Este logro es algo que ya va a quedarse para siempre. Y lo hace más especial haberlo logrado con esta selección. Lamento no poder explicarlo mucho mejor con palabras, pero es algo maravilloso.
-Si no ando equivocado, cuando empezó la Copa del Mundo los partidos de su selección no se veían en abierto en Alemania. ¿Qué puede significar esto allí?
-Sí, fue así. Espero que ahora seamos capaces de al fin traer el baloncesto a la vida en el país, convertirlo en algo atractivo para los alemanes. Creo que estamos a un buen nivel y me gustaría que se situara en un punto como en España, donde es tan popular. Que consigamos que no solo una final se vea en la televisión pública, sino cada partido de la selección. Eso es un problema, y espero que ahora sea un gran paso para solventarlo.
-¿Cuándo empezaron a ser conscientes de que podían ganar? Partían entre los aspirantes, pero no como favoritos.
-A ver, recuerdo que tuvimos una reunión en Abu Dabi, ya con la preparación avanzada. Nos sentamos todos y pusimos los objetivos sobre la mesa. Y llegamos a la conclusión de que la meta era el oro: que teníamos las piezas correctas para lograrlo, el plantel necesario y que si estábamos concentrados en nosotros y jugábamos como podíamos, era posible. Habíamos hecho una buena preparación en Alemania y en Abu Dabi, donde ya estuvimos cerca de ganar a Estados Unidos. Y ese día la sensación ya fue la de «hey, tíos, hemos ido casi todo el partido por delante y al final no hemos ganado porque hemos fallado algunos tiros, pero no ha sido cosa de ellos». Ahí entendimos que podíamos hacer algo realmente gordo. Estuvimos siempre concentrados, nunca celebramos nada, ni nos vinimos muy arriba o nos hundimos. Siempre centrados logrados salir invictos del torneo. Ha sido muy especial.
-Mirando hacia atrás, ¿fue bueno perder el amistoso con Estados Unidos?
-¡Seguro! Estoy convencido al 100%. Perder ese partido nos dio una buena perspectiva sobre qué podíamos hacer mejor. Cada derrota forma parte de un proceso de aprendizaje y esa fue la última vez que perdimos. A partir de ahí, solo ganamos.
-¿Cómo llevó su rol? Ha jugado poco y, pese al oro, al jugador le gusta estar en la cancha.
-Claro, pero mire, yo sé que puedo jugar en equipos de alto nivel y que podía estar ahí, pero mi rol era ese. Sabía que era el jugador doce, el seleccionador Gordon Herbert me lo había dicho, y que la rotación solo se alargaría hasta ahí en partidos muy concretos. Yo lo acepté. Cuando estás en la selección, todo pasa por encontrar el rol de cada uno y la forma en que los doce pueden aportar cosas positivas para el grupo. Sé que mi rol era ser el mejor compañero posible, apoyar al máximo y, cuando tuviera la oportunidad de salir, dar mi máximo. Si un día no jugaba no podía decepcionarme, porque sabía que ese era mi papel y tenía que aceptarlo. Hemos tenido una gran conexión todo el grupo, claro que me hubiera gustado jugar cuarenta minutos, pero sé que mi momento llegará.
-De hecho, en varios partidos fue muy productivo en poco tiempo.
-¡Sí, lo sé! Durante los partidos de clasificación fui el máximo anotador de Alemania, ayudando a la selección a estar en la Copa del Mundo. Sé que puedo jugar en ese nivel, y por eso quería demostrar en cada oportunidad que estoy preparado y que se puede confiar en mí.
-¿Cómo ha llevado eso de apenas poder disfrutar el oro? Tres días después ya estaba en Granada, con la cabeza en otra cosa.
-A ver, lo he disfrutado mucho, se lo aseguro. Fueron 48 horas muy intensas con los compañeros. Para mí está bien, porque estaba también feliz de venir a Granada, que es un gran paso para mí. Estaba emocionado por eso y quería venir, conocer a los compañeros y empezar a entrenar. ¿Podríamos haber tenido un par de días más? Pues sí. Pero bueno, lo celebramos bien, con nuestra gente. Pero era importante estar aquí, en una ciudad que, por lo que poco que he visto, ya me encanta.
-¿Por qué decidió fichar por el Covirán?-
Verá, recuerdo mi primera conversación con Pablo Pin, en la que tuve muy buenas sensaciones. Hicimos una videollamada y lo tenía todo muy bien preparado: cuál sería mi rol y qué esperaba de mí. Ahí entendí que este equipo realmente me quería. Fue mi primera oferta del verano y la cogí. Hablé con otros entrenadores de otros equipos europeos, pero con ninguno sentí lo mismo que con la propuesta desde Granada. Para mí, saliendo de Alemania, era importante dar el paso correcto. Y estoy contento, este club me permite estar centrado solo en el baloncesto para tratar de ganar el mayor número de partidos posibles.
-¿Era la primera vez que recibía interés desde España?
-Había tenido algunas conversaciones antes, pero no una oferta formal. Esta ha sido la primera y es una propuesta muy buena. Me lo pusieron fácil.
-Su entrenador en el Braunschweig, Jesús Ramírez, contó a este periódico que usted llevaba años mirando la Liga Endesa…
-(risas) Sí, era mi objetivo. Recuerdo que hace dos años, cuando firmé allí, le dije que mi reto era jugar algún día en España. Siempre me ha encantado esta liga, que es la mejor de cualquier país de Europa. Hay un baloncesto muy inteligente, muy buenos equipos y grandes aficionados. Así que sí, siempre fue un futuro paso para mí y estoy muy contento de darlo ahora.
-¿Qué papel pretende jugar en este Covirán en el que Thomasson y Felicio parecen los lideres claros?
-Hasta ahora estoy muy a gusto. Desde el primer entrenamiento el grupo me ha acogido muy bien. Creo que soy el tercer jugador más joven del equipo ―tras Germán Martín y Artur Konontsuk―, pero mi papel es el de sumar: anotar, rebotear, ser un buen jugador, en definitiva. Quiero cumplir con esa misión que me ha dado Pablo Pin. Mis fortalezas están en el tiro y también en la defensa y eso es lo que pretendo aportar. De momento apenas he jugado un partido, estuvo bien pero espero que contra Murcia estemos aún más preparados.
-¿Cómo está de forma? Ha jugado poco en la Copa del Mundo y entiendo que tampoco pudo entrenar demasiado.
-No, pero me encuentro bien. Si yo no jugaba en algún partido, de inmediato me iba al gimnasio a entrenar para mantener el tono físico. Hay que estar preparado y para ello tuve mucho trabajo detrás de los focos. Mi punto físico es bueno, no necesito cogerlo ahora en Granada.
-Arrancar la competición ganando a un equipo de Euroliga suena bien, ¿no?
-¡Sí, fue una gran victoria! Creo que nos hizo felices a todos poder lograrla. Ganar a equipos de la talla del Valencia Basket siempre es algo bueno.
-Pablo Pin siempre destaca una cosa de usted: su hambre. ¿Por qué?
-Es así. Me encanta entrenar, trabajar para ir dando pasos hacia adelante. Y me encanta jugar al baloncesto y ponerme retos. Nací en una pequeña ciudad de Eslovaquia, crecí en Austria y ahora estoy aquí, en la ACB, listo para formar parte de ella. Era una de mis metas, un siguiente paso que afronto con muchas ganas, pero sigo teniendo algunos más por delante.
-¿Cuáles?
-Mi meta es volver a la Euroliga o llegar la NBA. Ser el mejor jugador que pueda ser. Pero eso requiere tiempo, ir pasito a pasito. El tiempo dirá.
--Siempre se habla de la complejidad táctica de la Liga Endesa. ¿La nota ya?
De momento no lo he notado mucho, porque apenas llevo unos días y ni hemos empezado la competición, pero he hablado con mucha gente que me ha avisado de que me va a llevar un tiempo. Aquí tienes que pensar rápido y de forma inteligente. Jesús Ramírez me ha ayudado también a prepararme para esto: hemos visto muchos vídeos y hecho entrenamientos específicos que espero que me ayuden a entender cómo funciona todo por aquí. También he visto mucha Euroliga, me gusta. Confío en tener una buena entrada en el Covirán, veremos cómo va todo.
-
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión