«Ha costado convencer a mucha gente de que esta era la hoja de ruta buena»
El técnico granadino buscará su cuarto ascenso a la ACB el próximo fin de semana
No es sencillo levantar a un favorito cuyo inicio de temporada es un descalzaperros. Curro Segura aceptó ese reto como ahora asume la presión de devolver a Burgos a la ACB.
–A una semana de jugarse la temporada, ¿cómo está?
–Pues con muchas ganas de que llegue el sábado, cuando vamos a jugar el partido que todos queríamos desde que yo llegué y comenzó esta aventura en Burgos. Estamos con ilusión y ganas, convencidos de haber hecho un buen trabajo y de estar en el mejor momento de forma de estos meses en el momento exacto.
–Lo cierto es que cuando llegó, el 20 de diciembre, el ascenso directo era ya una quimera.
–Sí, estaba bastante claro. Quizá no lo podíamos verbalizar, porque no era matemático, pero la realidad es que llegué directo a Orense y perdimos, sin yo dirigir aún, y esa derrota marca ya que subir directos era casi inviable y que todo pasaba a enfocarse a estar bien en mayo. Y empezamos a planificar en una forma ya enfocada al largo plazo.
–¿No es complicado eso en un equipo como el San Pablo?
–Ha sido de las cosas más difíciles, claro. Porque todo lo afrontábamos con esa mentalidad, sacando a gente que no estaba del todo bien o en su mejor momento, para acabar empujándoles. El plan era llegar con once o doce jugadores preparados para esto. Era la idea, aunque ha costado convencer a mucha gente de que esa era la hoja de ruta buena.
–De hecho, el equipo era inexplicable. Partidos 20 arriba que acaban perdiendo de paliza o triunfos clarísimos sucedidos de derrotas amplias. ¿Por qué?
–Porque ha habido muchos cambios o situaciones internas que manejar para que todo el mundo esté bien ahora. O que algunos jugadores se adaptaran a tener periodos cortos de tiempo, o al menos no lo que cada uno piensa que debe, ha requerido tiempo. Eso hizo que fuéramos un equipo inestable, sí. Hacíamos parciales espectaculares tanto a favor como en contra y es cierto que encontrar nuestro punto ha requerido tiempo.
–¿Cómo es eso de que el Tizona acabe de subir a Oro? Curioso en una ciudad pequeña.
–Nosotros solo pensamos en nosotros, pero sí que hay mucha incertidumbre sobre qué pasaría si los dos equipos estuvieran en Oro. Han hecho una gran temporada y nosotros queremos lo mismo, manteniendo esa categoría de distancia.
–Van a estar 15 días sin jugar desde que se clasificaron. ¿No es demasiado?
–Nos hemos adaptado, no hay otra, pero creo que sería mejor para la competición que no se pare tanto. Es algo que se debería revisar. Ya le pasó a Palencia el año pasado, por ganar 3-0 su 'play off', y como este año ninguna serie se ha ido al quinto partido, es lo que hay. Entiendo que hay unos plazos para organizar todo, pero quizá la fórmula sería acortar un poco el 'play off'.
–Anfitriones y recién descendidos. ¿Esta espera mete presión?
–La presión está desde el primer día. Hemos de manejarla con naturalidad, pues si entrenas al Burgos en la LEB eres el máximo candidato en todos los partidos. Tenemos que saber que seremos el rival a batir en cada cancha y que así va a ser hasta el último día.
–¿Le gusta lo de ser anfitrión?
–Obviamente. Además, esta afición se lo merece. Nos ha apoyado muchísimo, ha sido increíble en casa y también fuera. Ojalá puedan disfrutar de una alegría, porque el año pasado se llevaron un palo. Y cuando han tenido éxitos fue en pandemia y no pudieron celebrarlo mucho, así que espero que podamos darles esto.
–Debutarán ante Gipuzkoa Basket. Dígame que no se le casa nadie de aquí al sábado...
–(risas) ¡No! Y espero que no haya sorpresas de aquí a entonces…
–Esa ausencia de Justin Jaworski y sus 20 puntos de media, ¿puede ser una trampa?
–Y tanto. Lo hemos hablado, tratando el tema con franqueza. La realidad es que no va a estar, pero también que GBC va a ser muy difícil. Cuando un jugador importante falta, el resto suelen dar un paso adelante y juegan más y mejor. Sería un grave error pensar que, por su ausencia, van a ser peores. Esa debe ser nuestra mentalidad.
–Burgos, Palencia, Valladolid y San Sebastián. El ambientazo parece garantizado.
–¡La Federación de Castilla y León debe estar encantada! Va a ser espectacular, han sido tres ciudades con grandes aforos toda la temporada, no solo nosotros con 9.000 casi cada día. Y San Sebastián a poco más de hora y media en coche. Va a ser muy bonito, sí.
–Déjeme una para el Covirán. ¿Cómo vivió su salvación?
–Pues con muchísima alegría y con la tensión de aquella tarde con dos partidos a la vez. Acabé viéndolo y celebrándolo con mi 'staff', notando cómo la ciudad vibraba. Que se celebre la salvación así, casi como el ascenso, es una gran noticia. Me recuerda mucho a mi primer año ACB en Menorca, cuando fue casi como un quinto partido por subir. Me alegro mucho porque creo que mucha gente lo merecía: Óscar Fernández, Pablo Pin y también la afición. Han hecho un esfuerzo enorme y es bueno que finalmente hayan acabado con éxito.
–Es paradójico que su objetivo sea ser rival en unos meses...
–Así es. Ojalá pueda ir la próxima temporada. Sería la mejor noticia de que hemos acabado en el buen camino y con éxito final. Así que ojalá, claro que sí, esa próxima vez en el Palacio sea en el banquillo visitante.
–Por acabar, ¿le da tiempo a pensar en su inminente campus (del 2 al 7 de julio en Almuñécar)?
–Bueno, creo que tengo un equipo entregado. Yo le dedico 'ratitos', pero obviamente estoy centrado en Burgos. Luego tendré tiempo de dar los retoques finales, aunque estoy muy contento porque ha sido un éxito de ese equipo que me ayuda muchísimo y lo lleva todo para adelante.
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