Una hora de paseo con Aenora

Santi Cantón tomó la salida este domingo por la mañana en la décima edición de la carrera 'Villa Romana' de Salar con un objetivo claro: recoger en carrito a su pequeña Aenora. Una vez superada la zona de mayor aglomeración de los primeros metros de la prueba, agarró el reposabrazos y siguió corriendo. Era una complicación más para Santi Cantón, residente del municipio, pero toda una fiesta para su hija, que padece síndrome de Dravet, una enfermedad rara que le causa de forma esporádica epilepsias. Los dos corrieron sin prisa, pero sin pausa. Tardaron algo más de una hora, un ritmo bastante aceptable para alguien que lleva como complemento un carro de bebé. Pero ambos están acostumbrados porque es una rutina habitual con la que Aenora disfruta de la mano de su padre.

El recorrido se prestaba para que Aenora no se aburriera sobre sus tres ruedas. Comenzó y terminó en el casco urbano de Salar, por el que también pasó en mitad de la prueba. Ella, que es bastante conocida en el pueblo ya que su padre regenta una gasolinera en el municipio, no tenía manos suficientes para saludar a los vecinos que la esperaban en las puertas de sus casas. Para Aenora fue especial el último kilómetro, en el que su padre tuvo que ascender andando el final de la prueba –muy empinada desde el sexto kilómetro–, algo que le permitió sentirse arropada dentro del carrito que la llevaba.

Aenora, no obstante, está habituada a correr con la ayuda de su padre. Su familia colabora con la Fundación Síndrome de Dravet, que ha organizado el #RetoDravet con el que pretende visibilizar esta enfermedad y conseguir fondos para el desarrollo de la investigación de la misma. Ambos, de hecho, fueron con el dorsal y la camiseta morada del #RetoDravet, algo de lo que Santi Cantón se sintió muy orgulloso a la conclusión de la misma. «Soy asiduo a correr, pero no en carreras. Pero esta era la del pueblo y hemos querido participar por ella, que sé que le gusta mucho. Nunca habíamos corrido así entre tanta gente y ha disfrutado muchísimo. Yo no tenía ganas de participar, pero lo he hecho para que ella lo hiciera», contó el padre de Aenora.

Santi Cantón no fue el que más tardó en completar la prueba, en la que hubo mucho sufrimiento entre los corredores en el tramo final de la misma. Al séptimo kilómetro, los atletas tuvieron que afrontar un repecho con un 20% de desnivel que, unido al cansancio que ya se arrastraba y al calor, más primaveral que otoñal, hizo estragos entre los deportistas.

Emilio Almagro y Encarni Vaquero, corredores habituales pero no inscritos en el circuito, se alzaron con la victoria. En la categoría masculina la victoria estuvo entre Almagro y David González, que solo estuvieron separados por veinte segundos en la meta. Aunque cada vez los corredores salen más agrupados en estas pruebas atléticas, los inicios continúan siendo escalonados, convirtiendo así en cientos de contrarrelojes las carreras. David González fue el primero en comparecer en la línea de llegada, pero segundos después lo hizo Emilio Almagro, que había salido más tarde y, por tanto, sobrepasado a González. Encarni Vaquero, por su parte, demostró en la categoría femenina que le gustan este tipo de carreras con un perfil serrado. La diferencia con la segunda clasificada, de más de minuto y medio, así lo demostró. La atleta supo dosificarse bien, conocedora de los repechos que se aventuraban en la segunda mitad de la carrera y entró triunfadora en la meta de Salar, que solo sobrepasaron 158 atletas, de los que 28 fueron corredoras.

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