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Dani Rodríguez, en el centro con sus dos medallas de oro, posa flanqueado por Arián Téllez con la plata a su derecha y Mario López a su izquierda con el bronce. PEPE MARÍN

Reyes de la velocidad nacional

Atletismo ·

Dani Rodríguez, Arián Téllez y Mario López Moure subieron juntos al podio de los 60 metros lisos del Campeonato de España, discípulos de Manolo Jiménez

Martes, 23 de febrero 2021, 00:41

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Existen escasos precedentes de lo que consiguió el grupo de atletas 'Fuertes y rápidos', dirigido por Manolo Jiménez en Granada, en el Campeonato de España absoluto de pista cubierta de Gallur (Madrid) el pasado fin de semana. Tres de sus atletas se clasificaron para la final de los 60 metros lisos y los tres subieron al podio: los granadinos Dani Rodríguez y Arián Téllez con el oro y la plata y el madrileño Mario López Moure con el bronce compartido junto al murciano Sergio López Barranco. Lograron lo mismo y en la misma prueba Jael Bestué, Estela García y Cristina Lara, pupilas de Ricardo Diéguez –la última integra ahora 'Fuertes y rápidos'– en Antequera hace dos años. En cualquier caso, el del grupo granadino en Madrid supuso un hito memorable, engrandecido por el doblete dorado de Dani Rodríguez con su triunfo también en el 200 por tercera edición consecutiva. Una hazaña que les corona como el mejor núcleo de velocidad de toda España, y desde hace tiempo ya.

Manolo Jiménez, el ingeniero tras los velocistas, tuvo un presentimiento antes de la salida en la final. «Fue impresionante, casi esotérico, pero vi claro que iban a subir al podio. Cuando acabó la carrera dividí mi atención entre los tres y me dio hasta dolor de cabeza, porque fue todo muy intenso», reconoce el entrenador, que ya les veía «capaces de cualquier cosa» en los entrenamientos previos, al igual que al gaditano Pablo Montalvo (Barcelona) y al motrileño Javi Martín (Playas de Castellón), que no llegaron a pasar de unas semifinales que dejaron el corte en el exigentísimo 6.79 que marcó el propio Mario López (Numantino), quien se clasificó por tiempos al igual que Arián Téllez (Playas) con 6.77.

Manolo Jiménez sostiene las cuatro medallas de sus tres velocistas. PEPE MARÍN

La clave del éxito en el Campeonato de España, a juicio de Manolo Jiménez, estuvo en la resiliencia adquirida por sus atletas. «Han ganado una elasticidad que les permite ser como el agua, como decía Bruce Lee, pase lo que pase. Han potenciado la capacidad de interiorizar al momento las indicaciones que les doy e implementarlas», subraya como gran avance de una temporada para la que ya tenía planes especiales con Dani Rodríguez, un velocista al que ha moldeado desde su primer día en el atletismo. «Buscaba un cambio radical: ya hace muy bien muchas cosas del 200, aunque puede mejorar, pero era el momento de potenciar su velocidad punta. Él no sabía hasta qué punto quería hacerlo y mejoré su capacidad de aplicar cantidad de fuerza en la carrera de forma clandestina, sin que él lo supiese. Ya sabía lo que iba a pasar, aunque no me imaginaba que fuese capaz de conseguir la marca mínima para el Europeo de Torun –6.67–», explica.

Dani Rodríguez eleva sus dos medallas de oro en 60 y 200 metros lisos. PEPE MARÍN

«Todavía no me he bajado de la nube, estoy asimilándolo aún. Fueron dos días frenéticos, muchas emociones en muy poco tiempo», admite Dani Rodríguez. «Salió todo a pedir de boca, no podía pedir más: mejor marca personal y mínima europea para ganar el título en mi primera participación en el 60; y personal y tercera mejor marca española de la historia para revalidar por tercera vez consecutiva el de 200. Demostré lo que valgo, aunque creo que lo mejor está por llegar», advierte. Consiguió un doblete como mejor velocista del país en dos distancias distintas que solamente había conseguido hasta entonces Jordi Mayoral en 1995, un mes después de que Dani Rodríguez naciese. «Lo tenía en la cabeza y fue una motivación total. Lo aproveché y se transformó en energía; todo el trabajo salió a la luz», se congratula el doble campeón.

Su conversión a velocista de 60 metros se culminó en enero, cuando Dani Rodríguez corrió en 6.70 en un control en Antequera. «Manolo me dijo que su objetivo de mejorar la velocidad punta para el 200 estaba cumplido, y que estaba en mi mano seguir a más o no. Vi muy cerca la mínima europea y la posibilidad de ir a Torun y quise intentarlo. Ahí ya sabía a lo que me estaba enfrentando y tenía en mente doblar pruebas en el Campeonato de España. Luego, Manolo hizo su magia y todo salió redondo», recrea el velocista del Playas de Castellón, a quien el paso al 60 le hizo aún mejor en el 200, cuyo título revalidó cargado de adrenalina por hacerse con el doblete. El sábado, al comprobar tras la corrección su mínima europea de 6.70 en el 60, se le saltaron las lágrimas; el domingo, al ver el 20.83 en el 200, gritó eufórico. «Y si no hubiese corrido la semifinal, habría peligrado el récord de España –que tiene Husillos en 20.68 desde 2018–», señala.

Punto de inflexión

Para Arián Téllez, su medalla de plata «lo significa todo». «Llevo años arrastrando problemas en los isquiotibiales, y esa lucha constante me mermó tanto que perdí el sentido. De no haber sido por lapandemia y el confinamiento domiciliario, que me hizo darme cuenta de lo que me hacía realmente feliz, no me hubiese dado otra oportunidad. Lo habría dejado y no estaría aquí. Por todas esas circunstancias, esta plata me sabe a platino», expresa emocionado. «Es un punto de inflexión porque necesitaba algo tangible que me hiciese ver que esto merecía la pena. Es el principio de algo que creo que va a ser mucho más grande», comparte.

Arián Téllez muestra la medalla de plata que se llevó de Gallur. PEPE MARÍN

El granadino acude al encuentro apoyado con una muleta tras la previsible rotura muscular que sufrió al caerse tras atravesar la línea de meta en la final. «Metí pecho como nunca, pero me había dejado toda la energía en la carrera y no fui capaz de levantarme. Al intentarlo, me reventó el isquio. Me revolqué y empecé a llorar, pero no de dolor sino de felicidad porque me vi medallista», describe Arián Téllez. «Dos semanas antes del campeonato tuve un susto y pensaba que no podría correr, pero gracias a mi fisioterapeuta Francis Buendía y a Manolo pude llegar y en la final lo di todo. Saqué todos los sentimientos guardados este tiempo. Aún no me explico cómo pude correr tanto en los últimos veinte metros», admite.

Cuando acabó la final, Mario López buscó la pantalla y se vio cuarto. Otra vez, por cuarto año consecutivo. «Me planteé si la vida no me estaba diciendo que ya no estaba como para subir al podio», reconoce. Sin embargo, un grito desde la otra punta de la pista de Dani Rodríguez le advirtió que mirase de nuevo, porque era tercero compartiendo el bronce. Un momento de compañerismo absoluto. «La medalla me supo a gloria, necesitaba volver a sentir que podía estar ahí. Es una recompensa a mi decisión de venirme a Granada, porque estoy absorbiendo el atletismo de otra forma. Este campeonato fue una lección de vida para mí», subraya.

Mario López agarra su medalla de bronce. PEPE MARÍN

Los 'Fuertes y Rápidos' volvieron a dar otro puñetazo sobre la mesa, aspirantes a ser reconocidos como núcleo de alto rendimiento. «O se dan cuenta y empiezan a apoyarnos, o van a salir ellos más perjudicados. Nosotros vamos a seguir a lo nuestro» advierte Arián Téllez. Van sin frenos.

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