Durán El Ejido vence al Ceuta y luchará por la Primera División

El partido arrancaba con los celestes muy concentrados desde el primer momento sabedores de cuánto se jugaban. Así, Motos lo intentó en el minuto tres y Cristian Rubio hacía lo propio en el minuto cinco, mientras que poco después también Musa se sumó a las acciones de peligro. Sin embargo, en esa misma jugada, los visitantes disfrutaron de una clara ocasión que sacaba bajo palos Cristian Rubio. El partido se fue acercando a la media parte y ahí fue cuando consiguieron los celestes romper el marcador. Fue en el minuto 18, obra de Cortés a pase de Motos, tras un robo de este último en cancha visitante. Un final de la primera parte con polémica incluida, ya que Everton vio primero una amarilla por simular una falta y tan sólo un minuto después, en el minuto 19, una segunda amarilla por el mismo motivo, en una jugada dentro del área celeste. Una expulsión muy protestada por los ceutís y que hizo que el partido se calentara más aún.

Si el primer gol celeste llegó en un momento importante, el segundo también lo hizo, ya que fue en el primer minuto de la segunda parte, por mediación de Josema en un fuerte disparo raso que entró pegado al poste derecho del portero. Cristian Rubio tuvo el tercero en sus pies en el minuto 23 en un disparo que dio en el larguero y salió escupido.

Sin embargo, el partido se complicó cuando en el minuto ocho los locales se colocaron ya con cinco faltas en su haber y los visitantes apostaron por comenzar a jugar de cinco.

Pese a ello, los de Óscar García Poveda demostraron una gran capacidad de concentración y un juego impecable, carente de fallos, defendiendo muy bien el juego en inferioridad, que además estuvo a punto de pasarles factura a los visitantes pronto, ya que en el minuto 30, Cortés marcó un gol que no subió al marcador porque Martínez Martínez lo anuló por haber tocado sin querer el balón y considerar que habían interferido en el juego.

Pero el tercero llegaría, sería a falta de cuatro minutos para el final, obra de Cristian Rubio. Con el pitido final, el equipo estalló de júbilo y es que podrá luchar por la Primera cuando en junio estaba en Segunda División.