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Carmen Mascaró, en el salón de su casa, con un ejemplar de su novela. J. E. C.

Las otras vidas de la parasitóloga Mascaró

Catedrática de la UGR en Biología, profesora en Farmacia y eminencia internacional, la granadina publica 'El hacha olvida, pero el árbol no', su primera novela

Viernes, 28 de febrero 2025, 23:58

Por la pared del salón cuelgan marionetas como flores de una enredadera. «Me encantan. Desde siempre», sonríe Carmen Mascaró al pasar a su lado. Y ellas, las marionetas, fingen que no escuchan el piropo y siguen a sus cosas, contemplando la vida. Desde allí, Pinocho, la bruja, el cazador y el resto de personajes han visto cómo, a lo largo de los años, Carmen rellenaba una y otra libreta con esa letrita suya tan de científica. «La mía fue la primera promoción de Biología de la Universidad de Granada. Saqué la cátedra muy pronto, con 33 añitos –ríe–, y he dedicado 48 años a la docencia». Experta en Parasitología, toda una eminencia de prestigio internacional, nunca dejó de lado su pasión por contar historias. Así que, cuando se jubiló, era cuestión de tiempo que las marionetas de su cabeza cobraran vida. «He escrito mi primera novela. Se llama 'El hacha olvida, pero el árbol no'. Y eso es algo que me hace muy feliz».

Carmen Mascaró Lazcano (Granada, 1950) es hija de Fernando Mascaró Carrillo, científico que fue director del IESPadre Suárez y presidente del Colegio de Farmacéuticos de Granada. «Hice Biología porque era lo que más me gustaba, como a mi padre, que era de Ciencias Naturales. Crecí en casa fascinada por las plantas, los animales y todo el mundo que nos rodea». Pero Carmen también es hija de María Gracia Lazcano Guisasola, catedrática de Griego oriunda de Éibar. «Crecí entre dos mundos, el andaluz, con la pata de conejo para el mal de ojo; y el vasco, con los ogros de un solo ojo y sus mitologías. Me fascinaba encontrar vínculos entre las leyendas de aquí y las de allí».

«Hice Biología porque era lo que más me gustaba, como a mi padre, que era de Ciencias Naturales. Crecí en casa fascinada por las plantas, los animales y todo el mundo que nos rodea»

Profesora muy querida y recordada por sus alumnos, dejó las clases poco antes de que se decretara el confinamiento por la covid, en 2020. «Coincidió así. Pero me fui feliz, he tenido una vida muy llena repleta de docencia, investigación y viajes, viajes de acá para allá. He viajado muchísimo». Uno de los destinos a los que más cariño guarda es Mozambique, donde marchó para dar un curso de Medicina Tropical junto a Federico Mayor Zaragoza. «El curso estaba patrocinado por la Unesco y la UGR, y los alumnos que venían de países empobrecidos pudieron participar gratis». Una de las chicas que se matriculó fue Emilia Virginia, mozambiqueña que terminó haciendo la tesis doctoral en Granada. «Incluso cuidé a sus dos hijos, Sergio y Patricia, que luego hicieron Ciencias Políticas y Arquitectura y ahora viven allí, en su país».

Pese a que la doctora Mascaró ha investigado decenas de temáticas diferentes, su campo base es la Parasitología, esto es, la rama de la Biología que estudia a los parásitos y su relación con lo que les rodea. «Empecé trabajando con amebas de vida libre, patógenas, creo que fuimos el primer grupo de España que lo trató. Viven en agua dulce y si te lavas los ojos con ese agua, pueden llegar al sistema nervioso central y cargarse a una persona en cinco días. Y todo eso se desconocía». También fue referencia en el estudio de las enfermedades asociadas al sida, como el Cryptosporidium. «En fin, me he movido por distintos terrenos y todos muy apasionantes».

Escribir

Todo eso, aunque no lo parezca, fue creando un poso en su cabeza. Un espacio que se agrandó con los años, al mismo ritmo que iba anotando ideas, personajes y situaciones en sus libretas de viaje. «Escribir siempre ha estado ahí. Siempre. Lo que pasa es que no había tenido tiempo de poner en orden mis escritos. Tengo montones de libretas que he ido escribiendo a lo largo de mi vida, personajes que han entrado en mi cabeza y que vivían conmigo. Este libro nace de ahí». Una historia de realismo mágico;una historia cruda y hermosa, como la vida misma.

El título, 'El hacha olvida, pero el árbol no', es un proverbio africano de la tribu bantú. «Significa que si tú maltratas a una persona, lo olvidas, no le das importancia. Pero el árbol, el maltratado, no lo olvida. Eso permanece». La novela cuenta la historia de la Niña, una pequeña sin nombre nacida en los años 50, en Andalucía. «Una época en la que había una pobreza importante en el campo, la economía de la supervivencia, algo que yo conocí muy bien». La Niña se criará en un orfanato, fascinada por la música y las historias, y de allí escapará para vivir una aventura extraordinaria que la llevará allende los mares, a lugares tan reales como imposibles… «Hay muchos paisajes, ambientes y personajes distintos. El libro te lleva por diferentes caminos, es toda una aventura». Carmen se recompone sobre el sillón, se frota la cara y sonríe. «Mis hijos dicen que soy yo. Eres tú, eres tú, dicen. Claro que no. No es nada autobiográfico, pero sí trato de transmitir mucho de lo que he aprendido a lo largo de los viajes, de las clases, de las investigaciones, de la tierra… de la vida».

«No es nada autobiográfico, pero sí trato de transmitir mucho de lo que he aprendido a lo largo de los viajes, de las clases, de las investigaciones, de la tierra… de la vida»

La novela se presentará oficialmente en la Feria del Libro de Granada, aunque ya se puede encontrar en librerías. «A ver si le gusta a la gente, supongo que dependiendo del resultado me animaré a rescatar otras historias de mis libretas», apunta Mascaró. Las marionetas asienten disimuladamente y la catedrática, con un gesto divertido, confiesa su otra pasión. «Cuando era jovencilla empecé a hacer teatro con Martín Recuerda. Me encantaba. Pero mi padre me dijo que tenía que centrarme en el estudio, así que aparté el teatro y la gimnasia, mis dos grandes aficiones».

Teatro y cine

Carmen, con su libro y las marionetas. J. E. C.

Tras jubilarse, además de ponerse a escribir su primera novela, se apuntó a dos cursos de teatro a través de la universidad. «Con una profesora chulísima que se llama Dora Albardíaz. Era una asignatura que tenía pendiente». La formación ya fue muy satisfactoria, pero es que resulta que uno de los hijos de Carmen (tiene tres) es el director de cine Fernando Osuna Mascaró. «Voy a salir en su próximo corto, con Mónica Bardem, Macarena Gómez y Pedro Nistal. Imagínate, feliz».

Mientras Carmen posa para la foto de la entrevista, lee un fragmento del libro en voz alta. «Aceptamos que nuestra existencia comienza el mismo día y hora en que nacemos. Nos desarrollamos a oscuras en el útero partiendo de la fusión de dos pequeñas células, flotamos envueltos en viscosas membranas al ser que nos alberga...». Las marionetas escuchan atentas a la científica, a la novelista, a la Niña de las libretas.

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