«Grabar una Granada vacía y mostrar su belleza más absoluta crea sentimientos encontrados»

Las palabras pasan, pesan y son, irremediablemente, el poso de las historias. Christian Gálvez (Móstoles, 1980) regresó a la televisión como aquel hobbit que sabía que su viaje siempre sería de ida y vuelta. En verano estrenó 'Alta tensión', en Telecinco, pero antes, a principios de año, se colgó la mochila para buscar la magia que se esconde en los rincones más bellos de Granada. Una Granada que, como el resto del mundo, vivía con horarios estrictos y grandes vacíos. Gálvez, su equipo y un halcón –sí, un halcón– rodaron aquí la mitad de 'La belleza nos une', un documental que aúna las tres pasiones del presentador y escritor madrileño: historia, arte y televisión.

Son casi las seis de la tarde del miércoles tres de febrero de 2021, fecha en la que se realizó esta entrevista. El rodaje terminó hace veinte minutos y el equipo se ha sentado en la entrada del Hotel Eurostars Catedral a comer un potaje de garbanzos. «Qué hambre da el Albaicín, ¿eh?», bromea Gálvez. Un par de cámaras salen a paso ligero, a ver si pillan algún café para llevar antes de que cierre todo. «¿El toque de queda es a las seis, no?». Ninguno de ellos sabía todavía que 'La belleza nos une' se estrenaría diez meses después, este lunes 27, en Cuatro (ya disponible íntegro en su web).

–¿Qué hace en Granada?

–Estamos haciendo un documental que mezcla el entretenimiento, la cultura y la divulgación histórica y artística de los patrimonios de la humanidad. Este es uno de los proyectos por los que me quedé en Mediaset.

–No parece poca cosa.

–¡Para nada! [ríe] Por este proyecto rechacé otras ofertas y me quedé en la que ha sido mi casa durante muchísimos años. Queríamos rodar antes, pero no pudimos con la pandemia.

–¿Por qué Granada?

–Lo que hace especial a este programa no es el hecho de recorrer los patrimonios de la humanidad, es el por qué nosotros los hermanos desde un punto de vista simbólico y metafórico. Por eso hermanamos de alguna manera a Granada y a Santiago de Compostela. Una de las cosas que más echamos de menos ahora son los abrazos, ¿verdad? Hemos querido mezclar los abrazos merecidos del peregrino en Santiago con los abrazos prohibidos de 'Los Cuentos de la Alhambra'. Y nos ha quedado una amalgama perfecta.

–¿Dónde habéis rodado?

–Empezamos en la biblioteca del Hospital Real y de ahí recorremos La Alhambra, la Casa de Zafra, los baños árabes, las teterías y el Albaicín, que lamentablemente no tienen todo el color y el ambiente que debería haber, porque desgraciadamente no hay bullicio...

–Historia, arte, literatura y televisión. Menudo regalo.

–Un regalazo. No sé si es el tipo de televisión que un público 'mainstream' quiere consumir, pero sí es el tipo de televisión que yo quiero hacer y con el que quiero intentar enamorar a la gente.

Los cámaras regresan de la Plaza de las Pasiegas con cuatro cafés en vasos de cartón. «Hemos pillado uno abierto de milagro», le dicen a Gálvez, que sonríe y les agradece el detalle. Trescientos días después de sorber ese café, es decir, el lunes 27, el documental llegó a su destino. Pero en ese café ya imaginaban un montaje tan espectacular como divulgativo: de los mitos de Cambre y el origen del Juego de la Oca en el Camino de Santiago, a la matanza de los Abencerrajes y la torre en la que se decidió el viaje que descubrió América. «¿Damos un paseo por la catedral?», sugiere Gálvez.

–¿Conocía Granada?

–Tuve la suerte de visitarla con la familia en 2013. La vi entera y disfruté con el ambiente granaíno de verdad, aunque todavía no conocía a gente a la que ahora le tengo mucho cariño, como a José Antonio Lorente. Ocho años después, grabar una Granada vacía y poder mostrar su belleza más absoluta me produce sentimientos encontrados. Para una producción audiovisual es una suerte rodar así, pero me produce un enorme sentimiento de tristeza ver que no hay gente disfrutando.

–¿Qué relación tiene con el profesor Lorente?

–Lorente era el único español miembro del Leonardo DNA Project, un proyecto internacional con los mejores científicos del mundo cuyo objetivo es la búsqueda, localización y extracción del ADN de Leonardo da Vinci. Yo entré gracias a una entrevista que le hice al profesor Lorente, en enero de 2017, para el ensayo 'Leonardo Da Vinci cara a cara'. Le pareció tan interesante mi investigación que me propuso para una conferencia en Florencia. A partir de ahí forjamos una amistad.

–¿Dónde nace su amor por la historia y el arte?

–Por la curiosidad. No recuerdo con especial pasión las clases de Arte e Historia del instituto, pero sí las de Literatura. De hecho, mi profesor, José Manuel Querol, sigue siendo uno de mis mejores amigos y participa también en 'La belleza nos une'. Es la curiosidad, algo que a veces no está bien visto en este país y si no tienes un papelito que diga que puedes hablar de Historia, no puedes hablar de Historia... Yo creo que si se habla desde el rigor y el respeto cada uno puede hablar de lo que quiera sin buscar confrontación.

–Y también está en la radio.

–En Cadena 100, actualidad, humor y buena música con Víctor Parrado, mi compañero, mi alma gemela. Me inventé un programa en pandemia para Rock FM, estuvimos de septiembre a diciembre. Fue tan bien que nos propusieron este reto semanal. No paramos y es muy guay. Además, desde Fénix Media tenemos varias producciones en marcha.

–¿Como qué?

–La familia Chaplin me encargó adaptar la biografía del genio británico. Escribí el libreto y lo estamos produciendo. Fue todo por una serie de extrañas y bonitas coincidencias. Fui a París a dar una conferencia sobre Leonardo a la Agencia Espacial Europea. El hotel estaba cerca de las oficinas de los Chaplin. Me presenté allí, les conté mi propuesta y hasta imité a Chaplin. Les gustó y una hora y media después me dijeron que sí, que me daban los derechos.

–Bueno, y están sus libros.

–Toca terminar la trilogía del Renacimieno con 'Salvar a Rafael' (se publica en marzo de 2022). Paloma Gómez Borrero me llamó para decirme que había localizado la casa donde Rafael vivió y murió. Íbamos a ir juntos, pero al mes ella falleció de un cáncer hepático. Entonces decidí no hacer el libro y me puse con 'Hannah', para demostrarme que podía escribir de oras cosas. 'Hannah' fue excepcionalmente bien. Y ahora, con el tiempo, quiero cerrar la trilogía. Se lo debo a los lectores y a Paloma.

En la Plaza de las Pasiegas, Gálvez mira con asombro todos los detalles de la imponente fachada de la Catedral. Luego se adentra por el Zacatín e imagina las historias que habrán corrido por esos estrechos pasillos de leyenda. En Bibrrambla surgen las palabras que pesan y pasan con 'Hannah', la última novela de Gálvez, y el periodista falla al oficio y se entromete en la entrevista.

–No puedo perder la oportunidad de que un personaje hable con su autor.

–Me llegó un texto, tu artículo, en el que se contaba una historia hermosa. Leyendo aquello en la que yo, de una manera reactiva, estaba involucrado, me emocioné. Me hizo soltar una lágrima. Después de todo lo que se ha escrito sobre mí... 'Hannah' está escrito durante el proceso de pérdida de 'Pasapalabra' en mi cadena. Fue un momento bastante dramático a nivel personal y laboral. Pero me sirvió para hablar desde un lugar en el que no había estado nunca. Para hablar de la pérdida. Esa historia que publicó IDEAL me inspiró mucho y decidí homenajear al autor, a ti, creando al Doctor José Enrique Cabrero, que es el que inicia la novela. Y te puedo contar que ese personaje que inspiraste ha llegado a Italia, República Checa, Francia, Portugal, Alemania, Polonia, China, Japón... En fin, me hiciste llorar con tus palabras. Y yo soy una persona que llora bastante poco.

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