No es tiempo de abrazos
Libro ·
Un grupo de fotógrafos granadinos interpreta con imágenes treinta textos sobre la etapa del confinamiento domiciliario hechos por los mejores aforistas de EspañaDice el diccionario de la Real Academia Española que un aforismo es una «máxima o sentencia que se propone como pauta en alguna ciencia o arte». Y dice también el DRAE que la fotografía es un «procedimiento o técnica que permite obtener imágenes fijas de la realidad mediante la acción de la luz sobre una superficie sensible». Pues bien, la fusión de ambos conceptos se llama 'No es tiempo de abrazos' y es un maravilloso libro obrado por Sonámbulo Ediciones en el que un grupo de fotógrafos granadinos, todos vinculados a la Asociación Fotográfica de Granada (Afogra), pone imagen a una treintena de aforismos realizados, 'ex profeso', por los más reputados autores de este género literario. Entre ellos, la profesora Carmen Canet que, por relación con Sonámbulos y Afogra, fue la encargada de conectar con los compañeros aforistas para que se sumaran al proyecto.
Un proyecto que se gestó durante el confinamiento domiciliario. «Buscando actividades para esos meses de encierro –señala Juan José Márquez, presidente de Afogra– a una de nuestra asociadas, Virginia Castillejo, se le ocurrió la idea de reflejar ese momento que estábamos viviendo, de miedo e incertidumbre, realizando fotos a partir de aforismos». «Hay binomios que son fantásticos», afirma Márquez, quien agrega que ha sido todo un reto para los miembros de Afogra estar a la altura de los mejores aforistas de España.
Una de las fotógrafas que ha participado es Virginia Castillejo. Se realizó un sorteo y a ella le tocó este texto de Lorenzo Oliván: 'Con tantas cosas ahora sin nosotros, tengo miedo a olvidarme hasta de mí'. Y ella planteó la imagen vertical con la que se ilustra este reportaje. Se ve a una mujer de espaldas, con el torso desnudo, abrazándose a sí misma –en realidad se trata de una autofoto–. «Me impactó de lleno, lo vi claro», refiere Castillejo en alusión a 'su' aforismo. «Mi intención –añade– era una reivindicación personal, el seguir siendo una misma y no olvidarme del abrazo de los míos; quería transmitir calor y seguridad». Castillejo apostó por la ausencia de ropa para que las texturas de la tela y los tejidos no despistara, y para acentuar, al mismo tiempo, la sensación de caída libre».
Lola González, otra de las fotógrafas que han plasmado su firma en 'No es tiempo de abrazos', trabajó sobre esta frase de Sergio García Clemente: 'Tu celda no es tan estrecha: cabe todo el mundo'. «Yo estaba viviendo en ese momento lo que relata Sergio», dice Lola González.La casualidad quiso que allí, en una estantería, tuviera una bola del mundo. La puso en el balcón, cogió una botella de plástico y disparó a través de su apertura justo para que la bola fuera el único elemento enfocado y el resto quedara como vaporizado, «como una niebla que poco a poco se va disipando para mostrarnos que, después de la pandemia, vendrá un futuro de sueños, de paseos por la montaña y de viajes». «Una proyección de esperanza en el futuro», subraya Lola González.
Abrazo de aforismo y fotografía
Carmen Canet comenta que en 'No es tiempo para abrazos' «sí que hay un abrazo, el de los aforismos, todos inéditos, con la fotografía». «Se han basado perfectamente en los textos», dice Canet. Textos que muestran esa búsqueda del yo en una etapa de desconcierto y que también muestran que «no sólo habían cambiado los paisajes exteriores, los del silencio y las calles vacías, sino también los interiores». Canet explica que el aforismo no es igual que un poema o un relato, «es el diario de un pensamiento». «Vas por la calle, por la casa, por el campo... y tropiezas con la idea; por eso los aforistas siempre llevamos una libreta en el bolsillo», cuenta Canet. Se escriben sobre la marcha y, posteriormente, si es necesario, se literaturizan para que queden redondos. Uno de los grandes atractivos de estas breves sentencias es que, a diferencia de los refranes, por ejemplo, siempre están abiertas a la interpretación y la imaginación del que las lee.
El prólogo de 'No es tiempo de abrazos' ha corrido por cuenta de Javier Bozalongo. «Cuando la realidad nos dice y nos impone que 'no es tiempo de abrazos', el arte nos recuerda que la cultura es el mejor de los abrazos que podemos recibir en este tiempo, dejándonos contagiar, ahora sí, por esta singular propuesta de reflexión sobre una realidad, ahora próxima, que este libro dejará inscrita en el tiempo», asegura Bozalongo.
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