Imagen y sonido
Así suenan las choperas de GranadaEl viento moviendo las ramas, las gotas de agua golpeando contra la hojarasca, el gorjeo de los carboneros... el profesor López-Montes compone la banda sonora de las alamedas
Prepárese para leer este reportaje de una manera diferente. ¿Quiere experimentar la sensación de estar en medio de una alameda sin salir de casa? Coja unos cascos, siéntese delante del ordenador -o active su móvil- y pulse el 'play'. El catedrático granadino José López-Montes ha compuesto una pieza a partir de los sonidos que se pueden escuchar en una alameda, uno de los cultivos históricos de Granada. Al mismo tiempo, puede disfrutar de una selección de las fotos que conforman la exposición titulada genéricamente 'Las choperas de Granada', que se puede ver hasta el 14 de abril en el Aljibe del Rey.
Este es el reportaje...
Corría el mes de enero, la época de la tala. Un hombre mira unas choperas aún en pie y deja a sus espaldas lo que un día fue un bosque lleno de vida. Así describe Jesús de la Rosa la impresionante imagen, titulada 'Desolación', con la que ha ganado el concurso organizado por la Asociación de Productores Marjal Chopo para subrayar los beneficios ambientales y culturales de este cultivo histórico en Granada. Una instantánea hipnótica que forma parte de una exposición que se puede ver en el Aljibe del Rey, de la Fundación AguasGranada, y que también se puede oír.
Así es. Porque más allá de la belleza evocadora de las veintiséis instantáneas seleccionadas para la muestra –se presentaron 194–, los espectadores disfrutarán de la sensación de escuchar las alamedas como si estuvieran en ellas. Los pájaros, el viento, la lluvia... una verdadera gozada. Una 'banda sonora' compuesta por José López-Montes, catedrático de Tecnología Musical en el Conservatorio de Granada, que grabó diez horas de sonidos en una plantación situada entre Fonelas y Pedro Martínez, en la ribera del río Fardes. Un sitio silencioso, donde apenas hay tráfico.
«Cuando me plantearon la idea, hace cuatro meses, fui registrando diferentes momentos para componer una pieza que, durante cien minutos, reprodujera el paisaje sonoro de las explotaciones de chopos», explica López-Montes . Un paisaje que es, a su vez, un espacio de resonancia con unas características acústicas singulares.«La disposición geométrica de las galerías de árboles hace que el sonido se difunda horizontal y verticalmente de una manera muy especial, como si fuera la nave de una catedral», dice. Todo ello genera una reverberación. Una caja de resonancia que provoca que las avecillas suenen distintas. «Una atmósfera que invita a la introspección».
Cuando sopla Eolo, por ejemplo, se forman millones de partículas sonoras como consecuencia del movimiento de las hojas. «Es un gran instrumento musical». «Recuerdo que aquella jornada venía el aire racheado desde el Norte, lo que generaba lo que llamamos 'ruido blanco', es decir, un sonido con energía suficiente en todo el espectro de medios, agudos y graves», comenta José López-Montes, quien también capturó ese momento mágico en que, después de un episodio de fríos, las temperaturas aumentaron. «Los carboneros, los grajos, los mochuelos... se activaron de golpe, una suerte de sinfonía de gorjeos absolutamente maravillosa».
«La colocación del micrófono directamente sobre el suelo también me permitió captar el instante en que las gotas de agua rompían contra el manto de hojarasca», relata. 'Canciones' que convierten la visita a 'Las choperas de Granada', que así se llama la exposición, en una experiencia inmersiva memorable.
Datos básicos
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Nombre de la exposición 'Las choperas de Granada'.
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Lugar Aljibe del Rey (placeta Cristo de las Azucenas, 2).
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Fecha Hasta el 14 de abril.
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Horario Lunes a viernes, de 9,00 a 14,00 horas.
Según Consuelo Vallejo , profesora del Departamento de Pintura de la Facultad de Bellas Artes y comisaria de 'Las choperas de Granada', este proyecto «pone en valor este patrimonio natural tan asociado a la Vega de Granada y a la comarca de Guadix, y su relación con el aprovechamiento de los recursos hídricos como la recarga de los acuíferos o el filtrado de los caudales». «A todo ello hay que sumar otros componentes que se vinculan con la salud emocional o la observación de una estampa tan identificadora de Granada», señala Vallejo.
El chopo en la construcción
'Las choperas de Granada' parte de una convocatoria de la Agrupación de Productores Marjal Chopo y de la iniciativa europea LIFE Madera para el Futuro, de la Universidad de Granada, que lidera el catedrático de Física Antolino Gallego. ¿La meta? Potenciar la utilización de la madera de chopo con fines estructurales. O sea, relacionados con la construcción de viviendas sostenibles.Y es que en las dos últimas décadas, este material se ha limitado a usos residuales como la fabricación de cajas para el transporte y almacenamiento de frutas y verduras por su ligereza y por su porcentaje de humedad. Esta utilización secundaria ha propiciado que la superficie explotada se reduzca a la cuarta parte de la extensión que había hace dos décadas, lo que en la práctica ha supuesto la desaparición de un elevado número de fincas. En estos terrenos se cosechan ahora espárragos, cebollas, ajos y olivos.
En la inauguración, celebrada el pasado 17 de marzo, Consuelo Vallejo presentó su obra 'Aurum, un paseo por los secaderos de la Vega', un pequeño cuaderno con textos y fotografías creado en 2011 para el Proyecto Huellas Latentes y que ahora se reedita. En ella se relata poéticamente un acercamiento a estas construcciones de chopo, a su forma de vida y a la necesidad de hacerlas pervivir en el futuro. En este mismo acto, el poeta Francisco Vaquero destacó la presencia de las alamedas en la biografía de Federico García Lorca, que pasó su infancia y su primera juventud entre los «chopos musicales» de las arboledas de Valderrubio. «Estos parajes constituyen un campo lírico por excelencia», aseguró.
«Dulce chopo, te has puesto de oro. Ayer estabas verde, un verde loco de pájaros gloriosos. Hoy estás abatido bajo el cielo de agosto, como yo frente al cielo de mi espíritu rojo». Lo escribió Federico.
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