Sierra Nevada, la mejor 'modelo'

Javier tenía once años. Un chiquillo inquieto que canalizaba su energía dando saltos en el campo con los scouts por los alrededores de Granada. ¿Y qué hay en los alrededores de Granada? Una montaña muy grande y muy hermosa que se llama Sierra Nevada. Y allí que se fueron Javier y sus colegas. «Subíamos a una cima, correteando, y pensábamos que habíamos llegado al Mulhacén, pero poco después nos dábamos cuenta de que había un pico por encima y allí que íbamos, con la sorpresa de que después había otro más alto, y luego otro más alto, y otro más... hasta que llegamos al Mulhacén», explica entre risas.

Aquel zagalín de 11 años, Javier Ríos, se ha convertido en un experimentado montañero de 65 años igual de intrépido, pero con una mochila cargada de experiencias y anécdotas que acaba de contar en un libro que se presentó el 12 de marzo en Granada ante un auditorio de quinientas personas y que a los pocos días había agotado su primera edición. Una mochila, por cierto, donde nunca falta su Canon 6D. Porque Javier ama Sierra Nevada igual que ama la fotografía. Por eso esta obra que acaba de publicar en la editorial Círculo Rojo solo se podía titular de una manera: 'Aprende fotografía descubriendo SierraNevada'.

Javier suma siete exposiciones y hoy añadirá la octava. Inaugura 'Cuatro estaciones Sierra Nevada' para explorar, mediante una sucesión de impresionantes imágenes, la historia del parque natural a partir de la paleta de colores que deja en el macizo el otoño, el invierno, la primavera y el verano. Será en un lugar lleno de encanto como la Casa Zafra. Historia y naturaleza se darán la mano, de esta forma, para mostrar todos los encantos que hacen de Granada una provincia diferente para propios y extraños. «La gente no sabe apreciar lo que tenemos», lamenta Javier.

Según Javier Ríos, hay varias razones que convierten Sierra Nevada en un lugar adictivo. «Solo hace falta que la pises una vez para comprobarlo». La primera de ellas, el «vértigo» que produce la naturaleza por su belleza abrumadora «y porque nos hace sentir diminutos». Y es que hay espacios de una hermosura sin parangón. «En los últimos meses he podido recorrer los frondosos bosques del norte de España, y ninguno tiene los tonos, los olores y la situación privilegiada que el Camarate», afirma.

Pero Sierra Nevada no es solo un disfrute para los sentidos. También significa reto, «lograr objetivos que requieren un esfuerzo». «Unas veces se consiguen y otros no; lo importante es ser consciente de cuándo puedes o no puedes».Y es que no resulta complicado encontrarse en la Sierra con verdaderos temerarios que, como les vengan mal dadas, pueden pasar más de un apuro. «No hace mucho –recuerda Javier Ríos–, descendiendo del Mulhacén con crampones porque había mucho hielo y mucho peligro, nos cruzamos con dos alemanes que ascendían con pantalón corto y zapatillas de deporte; les advertimos de la imprudencia que estaban cometiendo, pero no nos hicieron caso porque no fueron capaces de asumir los riesgos».

Hay un tercer gran motivo, según Ríos, para acercarse a Sierra Nevada. Lo excitante que resulta estar en contacto con una flora y una fauna formidables, y observar los animales en libertad. Sierra Nevada está catalogada como Reserva de la Biosfera por su rico patrimonio botánico. Hasta 2007 había nieves perpetuas.

Unos atractivos que se convierten en arte tras ser capturados por Ríos, del que Luis Ordóñez, prologuista de 'Aprende fotografía descubriendo Sierra Nevada', ha dicho: «La fotografía de Javier es sencilla, sin aditivos, sin trucos informáticos». Y es que Javier no oculta su 'aversión' hacia el Photoshop y el manipulado que resta veracidad a una instantánea. «Una cosa es tocar los niveles básicos de parámetros como el brillo o el contraste con programas como Lightroom, y otra muy diferente inventarse una realidad a partir, por ejemplo, de la fusión de varias tomas», reflexiona Ríos, quien agrega que las mejores fotos no dependen de tener el equipo más completo, sino del ojo de quien 'aprieta el gatillo'.

Ríos defiende el valor de la autenticidad en fotografía y el ser capaz de ver lo que pasa desapercibido para el resto. Un ángulo, un detalle, que cautiva al espectador. «A los ojos de mucha gente parecemos frikis porque, si hace falta, nos tiramos al suelo buscando una perspectiva distinta o madrugando todos los días para disfrutar de esa luz del amanecer –también del atardecer– que dota a las escenas de una iluminación y un cromatismo que no sucede, por ejemplo, a las doce del mediodía».

'Aprende fotografía descubriendo Sierra Nevada' combina fotografía, montañismo, turismo rural y gastronomía. Una suerte de cuaderno que acerca a la historia y las leyendas de Sierra Nevada, recorriendo sus rutas más sorprendentes.

En una primera parte, el autor describe con detalle diez rutas imprescindibles de senderismo que ilustra con sus fotografías. En la segunda, comparte nociones básicas de técnica fotográfica, explicando paso a paso cómo lograr el encuadre y la luz perfectas, además de consejos y trucos. Lo hace usando como referencia las mismas fotografías elegidas para cada ruta, permitiendo al lector reproducir las instantáneas en sus paseos por la Sierra.

«Es un libro muy dinámico y vamos a jugar con él, yendo hacia atrás y hacia adelante», explica Ríos, quien aspira a que el público le pierda el miedo a la cámara y salga a disfrutar de la montaña. Exactamente igual que él.

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